domingo, 25 de febrero de 2018

Creo en el amor

A veces me parece que me ando por la vida rompiendo las señales porque mi fe es más grande que mi miedo. Que no me ando por las ramas porque lo mío es revolcarme en la tierra. Que, de ser posible, el lodo me hinche las entrañas.
Siempre he elegido el camino más culero para llegar al lugar más hermoso. ¿Sabrá Shiva, Jesucristo o Buda por qué? ¿Quetzalcóatl? ¿Los dioses del olimpo? ¿Los pigmeos, mesopotámicos, polinesios, sardos, vascos, zulús, nórdicos, incas? ¿Sabrá la diosa de mi vecina?
¿Será porque entre la prudencia y la sensatez, elijo la pasión, la verdad en crudo? Porque entre la pena y la desesperanza, me atraviesa la dicha, la gloria. Será porque sé cuando duele, hiere, cuando me hace llorar. Gritar. Porque reconozco el pie en la yugular. El cuchillo en la yugular. Cualquier cosa en la yugular. Porque me pregunto qué es la luz, la sombra, arriba, abajo, qué de todo es lo que quema con más rabia.
Pero la verdad es que no sé hasta que, de pronto, me bebo un té de flores con una hoja de albahaca mientras miro a la calle y observo. Será porque entre la templanza y el cuidado, elijo la resistencia y el fuego. Porque la elijo a ella. Porque me quemo.
O porque elijo ser inmenso. Infinito.
Será porque creo en compartir el pan. En que las puertas se cierran por miedo o por dolor. Porque creo en la compasión. En la gente buena. En la ternura. En los árboles que retiemblan. En la luna despierta. Creo, –y llámeme como quieran: Hipi, idealista, puto, dizque reformado, piojoso, bobo, malabarista de palabras, lugares, tonterías y gracias comunes– de verdad creo en el amor.

En Michoacán












sábado, 24 de febrero de 2018

El color de la maldad

Final


Terminó el proceso de evaluación y terminé haciendo lo mismo de siempre, haciendo lo que los demás hacen mal. Estoy agotado y no he dormido. Vaya que estoy cansado. Estoy harto.

viernes, 16 de febrero de 2018

Regresando


El trabajo está terminando, poco a poco regreso a la normalidad. Ahora a poder disfrutar de la vida o en su defecto a esperar que la muerte me lleve lo más pronto posible.

sábado, 3 de febrero de 2018

Imprime a tu chico ideal




Mi vida ahora


Durante algunos meses al año mi vida se reduce a trabajar, trabajar hasta morir. Es justo este momento que estoy pasando por esta etapa. Llevo semanas sin ver televisión, sin hacer lo que me gusta y prácticamente me duermo, como y trabajo y repito el ciclo, esta parte no esta chida ya que me afecta en salud y relaciones interpersonales. El caso es que en la semana renunció una compañera, la situación la acabó, y en verdad se entiende. No sé si vale la pena seguir trabajando así por esta cantidad de dinero.