lunes, 15 de enero de 2007

En mis días

Cuando una mujer dice que está en sus días es que inegablemente ha llegado Andrés, el que llega cada mes. Para mi los días previos son fatales. Me pongo de mal humor, pienso en pendejadas, me deprimo, todo me ofende, etc. El día antes del descongelamiento del bisté es de malestar absoluto, me siento inflamada y fea. Nada me queda, nada me gusta. No encuentro peinado, maquillaje, ni ropa que me haga sentir cómoda.

Para colmo de males hay que montarse en el caballo que por muy delgado que sea es incómodo. Ya se me quitó la obsesión de mirarme el trasero para ver si se nota o no. La onda son los tampones, no batallas y como dice el comercial, no se siente nada. El problema se torna grave si por alguna razón no traes repuestos pero gracias a la solidaridad femenina, y que seguramente habrá 50 mujeres más que están en su periodo, puedes pedir "prestado" aunque no es conveniente regresarlo usado. Ni que fueran Drácula para hacerse un té.

No importa si eres Scarlett, Angelina o Britney a todas les llega mensualmente. Tengo muchas compañeras que en verdad suele ser un calvario, tanto que les dan dolores de espalda y cólicos insufribles que apagan con dolacs, buscapinas o un cocktelito de analgésicos. No salen de sus casas y evitan cualquier compromiso social. Un cólico es como si te agarraran los ovarios con mucho odio, te los jalaran y les dieran choques eléctricos. No creo que sea parecido a una patada en los huevos.

El ataque de las hormonas puede ser impredecible. Pasado el cuarto día yo me pongo bien ganosa. Tanto que desgloso meticulosamente la anatomía masculina. Todos los sitios te parecen propicios para el apareo. Cuando se quita la marea roja todo regresa a la normalidad hasta el próximo periodo. Así que cuando una mujer está en sus días o no, apapáchenla, díganle lo bonita que se ve y cuanto la quieren pero sobretodo no olviden un rico abrazo.

Güerotix