lunes, 15 de agosto de 2016

Me gustan las historias de amor

Admito que me gustan las historias de amor, desde niño me embriagué de ellas desde todos los ámbitos, principalmente en novelas y películas. Sin embargo, las historias de amor que me gustan no caen en el mundo de Disney, en realidad lo mio son esas historias en donde el amor no se logra concretar.

Pio Baroja, Camus, Hemingway, Bukowski, Sartre, Dostoievski son de mis favoritos, al igual que películas como Blue Valentine, Leyendas de Pasión, entre muchas otras que no recuerdo el nombre básicamente porque tengo mala memoria. 

Todo esta introducción es el pretexto para contar que estoy jugando nuevamente Final Fantasy X-2. En una primera parte vemos una historia de amor, entre Tidus y Yuna, que va creciendo gradualmente y que te arropa de manera perfecta, ya que nos vamos enamorando de ellos y del amor que va despertando. Al final, ambos se tienen que separar dejando un gran vacío en Yuna a pesar de saber que lograste salvar al mundo. 

Para esta segunda parte, han pasado dos años después de que Yuna y Tidus se separaron, el mundo sigue girando, pero ella añora a su pareja. Todos los lugares que visita lo remiten a él. el juego te transmite una gran nostalgia y aunque tiene momentos felices, siempre hay una pequeña molestia, es como una especie de piquetito que te recuerda: él no está, ni estará conmigo. 

Y es entonces que Yuna le canta a ese amor que ya se fue. Un momento épico en el juego y que me remite a cosas que viví hace 15 años (que fue la primera vez que lo jugué), experiencias, recuerdos y añoranza a tanta gente que se ha ido y que continuará desapareciendo. 


Soy tan feliz con este juego, pero sé que me acerco al final.