Mis relaciones con las mujeres eran naturales, sueltas, fáciles, como suele decirse. Las amaba, según la expresión consagrada, lo cual es lo mismo que decir que nunca amé a ninguna. La misoginia me parecía vulgar y tonta, de manera que siempre juzgué mejores que yo a casi todas las mujeres que conocí. Sin embargo, al colocarlas tan alto lo más frecuente era que las utilizara en lugar de servirlas.
Camus.