
Regreso de donar sangre, proceso que me llevó más de tres horas (supongo que así es el proceso para los que somos de sangre azul).
Trabajadora social: Tienes alguna enfermedad o algún dolor.
Yo: Lo único que tengo roto es el corazón.
Ella: ¡Bueno! Ese no es ningún problema, se puede arreglar en este momento.
Yo: Glup!
Después de 2 horas regresé con ella para el trámite final.
Ella: Toma asiento Eduardo.
Yo: ¿Sabes mi nombre?
Ella: No es fácil olvidar un corazón roto.
Yo: Eso es verdad. mmmmmmm, ya me voy.
Ella: Ven cuando quieras.
¡Maldición! ¿Por qué esa señora mayor de 40 si se animó y el sábado en la disco ni una colegiala me hizo caso? Y eso que yo estaba bien sexy.
Mmmmmmmm, como que ya no me gustó este post.