Observa con qué facilidad escribes
sobre pájaros. Pero ¿cuántos has
palpado
amorosamente con el calor de tus manos?
¿Cuántos han latido
realmente
bajo la presión de tus dedos?
¿Acaso los has descrito
sin
olvidar detalle como quien
conoce bien un cuerpo amado?
¿Los has liberado
acaso
del peso de tus palabras?
Juan Calzadilla