EDITOR
Hola, Miguel, soy Pedro Fernández, editor de Publicaciones Atlas. Te
escribo para decirte que hemos leído tu novela “El Ingenioso Hidalgo Don
Quijote de la Mancha” y estamos muy interesados en publicarla. Nos parece que
tiene varios elementos que podrían funcionar muy bien en las librerías. No es
que vaya a convertirse en la novela más grande de la historia, pero creo que
con algunos ajustes podríamos hacer de ella un producto rentable.
Lo primero que habría que cambiar sería el título, es muy poco
atractivo. Cuando la gente lo vea en la librería tiene que querer comprarlo de
inmediato. Yo te propongo llamarlo “Electric Quijote”, “Quijotex, encuentro
final” o “KABOOM!!”. En cuanto a la portada, ya he encontrado un dibujante. Le
he dicho que queremos un Quijote impactante. Que esté ciclado pero parezca
vulnerable, que derroche sexualidad a la vez que ternura. Y por supuesto, que
esté en lo alto de una montaña apuntando al cielo con una espada de la que sale
un rayo que llega a las nubes.
Otra cosa importante, el protagonista es demasiado viejo. Es imposible
que el público conecte con un señor tan mayor. Te propongo quitarle el “Don”,
para darle un toque más desenfado, y convertirlo en un chico de entre 22 a 24
años (la edad que tú elijas). Así será mucho más atractivo para el público
juvenil y podrás reescribir las escenas de acción dándole la agilidad propia de
alguien que tiene esa edad.
En cuanto a la narrativa, es evidente que a la novela le falta dinamismo
y frescura. No sé si debería ser más dinámicamente fresca o más
refrescantemente dinámica. O igual es simplemente dinamizar un poco más el
frescor hasta que la trama se refresque más dinámicamente. Bueno, ya sabes a
qué me refiero.
El personaje de Sancho Panza me encanta, me parece muy divertido. Es
feo, gordo, va en burro… Yo le pondría también acento andaluz, para acabar de
rematar la faena. Por ejemplo, en lugar de decir: “Señor Quijote, esos no son
gigantes, son molinos”, que diga: “Ezo no zon higantes, ome… Ezo zon un viaje
molinoh…” ¿Ves como tiene mucha más gracia? Además, Sancho está al servicio del
Quijote, tiene que ser andaluz por fuerza.
Hace falta una escena de cama con Dulcinea. No tiene que ser muy
explícita, pero sí tórrida. Con un revolcón de un par de páginas bastará, pero
la tensión sexual tiene que resolverse. De hecho, creo que este es uno de los
mayores fallos de la novela, el no saber aprovechar la historia de amor. Pero
tranquilo, he tenido una idea para introducir una trama romántica: Primero
Quijote y Dulcinea se conocen, luego se enamoran, más tarde tienen una pelea, y
cuando parece que ya no van a estar juntos… ¡Pam! Se reconcilian y acaban
besándose bajo la lluvia. Esta trama es genial, porque a parte de ser original
e inesperada, nos ayudaría a enganchar al público femenino, ya que las mujeres
solo leen un libro si tiene romance.
La frase más importante de una novela es la primera. Te lo digo porque al
leer “En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…” me di
cuenta de que era algo que desconocías. Es muy poco comercial, si alguien la
leyera pensaría: “Si no quiere acordarse es porque seguro que pasó algo malo.
No quiero leer un libro de cosas malas, quiero cosas buenas, porque bueno es
mejor que malo”. ¿Entiendes? Tienes que cambiarla, y procura que la nueva frase
contenga las palabras “felicidad”, “armonía” y “supersexy”, son sinónimo de
éxito.
Necesitamos introducir product placement en la novela. Siempre que
Quijote llegue a una venta, tiene que pedir Queso Hermanos Martín, seguro que
nos dan un pastón. Y pon que Dulcinea siempre viste de Angelo De Lucci, he oído
que es el diseñador que más paga por este tipo de cosas. Además, Quijote debe
ir al menos una vez a Villajoyosa y comprarse una cacatúa, mi cuñado va a abrir
una pajarería allí y sería muy buena publicidad. Él no pagaría nada, pero
bueno, en esta vida no todo es ganar dinero.
Otro tema importante es la localización. Castilla es un lugar muy feo y
aburrido. El lector se imagina el paisaje, ve que es un páramo, se aburre, y
deja de leer. La acción debe trascurrir en un lugar espectacular, vistoso y
llamativo. La historia principal de la novela no tiene mucho interés, pero si transcurre
en un sitio chulo, el lector no se dará cuenta. Yo te propongo algo tipo Nueva
York o Londres. O si quieres mantener los paisajes desérticos, en Marte, seguro
que allí Quijote podría vivir aventuras mucho más sorprendentes. Y también
dinámicas.
Me ha dicho un pajarito que eres manco. Creo que esto habría que
aprovecharlo al máximo en la foto de la contraportada. Cuando te la hagas no
escondas que te falta un brazo, hazlo muy evidente. Te dará un aire muy
interesante, como de artista atormentado. Esto a la gente le encanta. Además
podrías ponerte un parche en el ojo, y para rematar un loro en el hombro. Yo me
encargo de conseguirte uno, mi cuñado tiene pajarerías, te lo dejará muy
barato.
Finalmente, el lenguaje de los personajes es demasiado elevado.
“Vuestras mercedes” “alborozar” “lleváronle” “facer” “malandanzas”, etc… Sé que
lo que voy a decir es lo que siempre dice un directivo encargado de publicar
una obra creativa, pero aun así lo diré: “Esto tiene que entenderlo hasta mi
madre”. Es así, y tu novela está llena de palabras raras que la gente normal no
usa. Que yo las entiendo, pero el ciudadano medio no, porque es muy tonto. Hay
crear obras que sean lo más simples posibles, es la única manera de que algo
triunfe. Si mantienes el lenguaje florido, te aseguro que una novela así jamás
de los jamases interesará a nadie.
Bueno, Miguel, pues estas era las únicas cosillas que creo que deberías
modificar. El resto lo veo bien. Esperamos que hagas los cambios pronto y
podamos lanzar tu novela en navidades, que con el rollo de los regalos se vende
mucho más. Un abrazo.