Hoy amanecí pensando que no podemos seguir dándonos el lujo de ignorar el triste estado de las cosas en nuestro país. El viejo axioma de "ponerse a chambear" ya no es suficiente: vivimos en un sistema que amplifica las diferencias sociales, donde la salvación consiste en tener la "suerte" de estar del lado de los menos jodidos. Es un sistema que provoca y celebra el racismo y el clasismo como una forma de autocelebración, de confirmarse diariamente que "lo logramos, vivimos endeudados y soñando con el auto, las vacaciones y la vieja del vecino, pero al menos no somos unos mugrosos jodidos". Es un sistema desigual y lleno de injusticias, capaz de producir 53 millones de pobres (según el propio gobierno), y la masa clasemediera, tan ensimismada en su drama cotidiano de superación, cada vez tiene menos conciencia política y social. En las últimas semanas, en Twitter y Facebook, donde todo mundo opina (me incluyo), se detonaron cualquier tipo de comentarios fúricos de esta clase media, frustrada por el tráfico (y un montón de cosas más, supongo), acusando a los maestros de la CNTE de huevones, indios, nacos y un largo etcétera, sin ninguna señal de información sobre el tema, de análisis, de cuestionamiento. ¿Por qué están en el DF, qué vienen a decir, qué pelean? Estos señores pueden tener o no razón en sus reclamos, pero me escandaliza más el descrédito automático solo por ser quiénes son, por verse como se ven. A pesar de que los maestros ejercieron un supuesto derecho constitucional, esta clase media se regocijó ayer de que el gobierno "recuperó" un lugar público. Ante semejante manipulación de las cosas, ante semejante desinformación, ante semejante odio, sigo en shock. ¿Qué chingados se celebrará este puente además de tener días gratis de descanso? Que tengan un feliz Grito, a mí este país me tiene entre deprimido y encabronado.
Ruy