Si son seguidores del blog sabrán que soy fan de los Final Fantasy en extremo, casi todo lo que diga Final Fantasy lo termino comprando y me tomo el tiempo para jugarlo por lo largos que son.
Pero hoy tengo todo el tiempo del mundo, así que le quise dar una oportunidad a Final Fantasy XIII. El mérito no fue acabarlo en una semana (66 horas dedicadas) sino haberlo jugado con una mano al haber perdido la izquierda. Lo logré y eso me pone feliz.
Del juego, extrañamente la historia busca llevarte a un lindo recorrido que otras entregas lo han hecho de maravilla. Lo malo es que es tan lineal que justamente deja de sentirse un Final Fantasy, no hay ni siquiera oportunidad de platicar con gente, puesto que los escenarios carecen de ellos. Se trata de ir de un punto al otro con muchísimos malos y si lo logras la recompensa será ver una secuencia de la historia con unos gráficos perfectos, disculparme pero eso no es suficiente para atraparme.