Asume tus logros y descubre cómo conservar y prolongar el éxito de cada meta alcanzada.
> Créetela. Sí, fue a ti a quien le dieron ese ascenso y avanzó cinco posiciones en el organigrama, o a quien eligió la mujer más codiciada de la ciudad. Eres tú quien se ganó ese aplauso, perdió 20 kilos o recibió una increíble oferta laboral. Te lo mereces, vívelo. En ocasiones la pérdida del éxito proviene de no asumirlo porque es fácil sentirse poco merecedor de él.
> Elimina la culpa. Suena extraño pero solemos sentirnos culpables de manera inconciente cuando algo maravilloso nos sucede. Proviene de lo poco que nos enseñaron sobre merecimiento. A la mayoría nos machacaron que todo debe costar sudor y sangre, al lograrlo, sentimos remordimiento. Tíralo a la basura o comenzarás a auto sabotearte.
> Fluye. Cuando una mejora llega a tu vida, te parece difícil adaptarte a ella. Se llama miedo al cambio. Pese a parecer lo que siempre deseaste, dar el salto puede ser atemorizante. Permítete la sensación pero no dejes que te invada. Relájate, date cuenta que sigues siendo la misma persona pero en mejores condiciones y verás que te acoplarás.
> Haz oídos sordos. La felicidad incomoda y no faltará gente que te quiera hacer ver las ‘desventajas’ de tu nuevo logro o que de manera literal trate de detenerte y tirar su envidia de manera velada. Aprende a escuchar pero también a identificar cuando los consejos tienen una doble intención e ignóralos.
> Detecta el auto sabotaje a tiempo. Quizás el veneno de la gente hizo efecto o tus propios miedos te están paralizando pero estás perdiendo por lo que tanto luchaste. Analiza por qué está sucediendo y busca ayuda. Pídeles a aquellos viejos amigos o a tu mujer que te escuchen y ayuden a reconocer qué es lo que te está pasando. A veces, hablar de nuestras angustias, ayuda a desaparecerlas. Se llama desahogarse. Y no dejas de ser ‘hombre’ por hacerlo.
> Quítate el disfraz. No pongas pretextos para huir del éxito. Puedes decir a la gente ‘esto no es lo que esperaba’ cien veces pero una voz dentro de ti no parará de decir ‘la verdad, es que no me siento listo o es mucho para mí’. Los valientes no son los que se atreven a hacer las cosas sin temor si no quienes hacen las cosas a pesar de su temor. Envalentónate.
> Cuida el ego. Puedes irte al otro extremo: a sentirte el rey del mundo y volverte un patán prepotente. No es más que otra forma de gritarle al mundo ‘tengo miedo de ser yo, porque la verdad ya ni sé quién soy’. Equilibra. Mi padre decía ‘Nunca olvides que el dinero, la fama y los halagos se van más rápido cuando alardeas de ellos’.
> Comparte. A menos que tu meta lograda haya sido una mujer (ella es personal e intransferible), analiza los beneficios que tu buena fortuna puede darle a la gente. Retribuir al desarrollo de los demás hará más placentero tu ‘nuevo estado’. Y siempre sucede que por ‘ley’ te llega más.
> Conserva. Es posible que el éxito te sepa amargo cuando por él pierdes a quienes amas. No te permitas descuidar a tu mujer, familia o amigos por tus nuevas responsabilidades, ocupaciones o grupos sociales adquiridos. Al principio puedes sentir que eres el centro del mundo pero cuando te descuides serás el centro pero de tu departamento vacío.
> Sé constante. Muchos logros se van como agua porque una vez obtenidos, los descuidas. No te confíes. Las metas se crean día a día. En especial si se trata de una mujer. El que esté a tu lado no es sinónimo de pertenencia perpetua.
> Celebra lo adecuado. En efecto, te mereces un aplauso y quizás una parranda pero hay quienes festejan por meses su nuevo puesto y cuando la resaca los deja pensar, se dan cuenta que lo perdieron todo en el transcurso.
> Disfrútalo. Hay quienes una vez que tienen algo, se quejan todo el tiempo. Es una forma de no querer merecerlo encontrándole fallas -aunque en el fondo no quieran perderlo. Deja las críticas o de tanto repetirlas, la vida te concederá el deseo.
> Expande. Haz de esos ‘quince minutos de fama’, una vida de éxitos. Todo se trata de ir poco a poco, saboreando los momentos y dejando que sucedan sin perderte de vista. Felices logros.