Hay
una parafilia nueva, una obsesión por juguetear con
el móvil mientras te encuentras con otro veco en
silencio. Gracias a la modernidad, se han terminado los
“silencios incómodos”. Ahora todo mundo puede
sustituir sus “silencios incómodos” con un “silencio mientras
hago algo con mi móvil”.
Podríamos haber
charlado de cualquier cosa, del clima, del Gomierdo. Lo
que fuera. Pero no. Era más probable que uno
de los dos, o incluso los dos, sacaramos el móvil y pretendiéramos
hacer algo no necesariamente importante.
Sólo algo.