El tiempo siempre acecha por la espalda
y, tras soltar un rugido, fluye ante
nuestros ojos hasta desaparecer.
Detente
por mucho que el tiempo muestre sus colmillos
para empujarte a un bello pasado.
No mires al frente
tú esperanza reside únicamente en el fangoso caudal oscuro
que acecha a tu espalda.