Eres más alta que la claridad de la tarde y no apareces.
Eres más leve que un vuelo de libélulas y no apareces.
Eres más suave que la espalda de la brisa y no apareces.
Eres más joven que la sombra de un niño y no apareces.
Eres la más presente de todas las mujeres y no apareces.
Francisco Hernández.