Aún no tengo cuarenta y ya siento que todos los años se me han
ido, me conozco menos que nunca, hago cosas que antes no me hubiera atrevido a
realizar, no sé ni cuál es mi color preferido, mi comida favorita y entiendo
como la mitad de lo que he aprendido.
Tengo miedo de morirme sin existir, tengo ganas de irme a ver qué
pasa, de ver si me encuentro en el camino; pero me aterra la idea de conocerme
y enterarme que soy solo un pedazo de nada con ganas de matar.
Creo que estoy triste pero a mi edad ya no se tienen lágrimas; este
par de ojos tan bonitos solo sirven para cerrarse y para evitar ver.
Ni siquiera sé si estoy triste o estoy feliz, o si estoy.
De a ratos es muy bonito vivir.