martes, 23 de octubre de 2007

Estoy muerto pero sé que la muerte no es así


Los muertos duermen bien

no se levantan ni se enfurecen

con sus esposas

su cara blanca

como una flor en una ventana cerrada

se alza y me mira

mientras husmeo en las sombras

de mis manos

la cortina se fuma un cigarrillo

y una mariposa negra muere

en un accidente de carretera

un búho, del tamaño de un minúsculo reloj

estalla, vamos, vamos

me dice, como Jerusalén

fue prostituida

en salas llenas

de cruces podridas.

Las 5 am

ahora la hierba me horada la nariz

con murmullos de acorazados y valles

en la luz mancillada que ilumina

las aves fascistas.

Apagué la luz y me metí a la cama

a su lado,

ella piensa que

balbuceo un amable agradecimiento

mientras estiro las piernas

a lo largo del ataúd

acomodándome y perdiéndome

lejos de las ranas

y la fortuna.



Bukowski.