-Güey no mames.
-Eso mismo dije yo. Lo hice dos veces, las dos veces salió azul.
-¿Y qué vamos a hacer?
-Pues ya habíamos dicho, ¿no?
-Pues sí.
-¿Y qué te late que sea?
-¿Y de qué sirve pensar en eso ahorita?
-Pues no sé, pero desde que empezaste a sospechar a mí me late como que es niño.
-Un niño. Uta. Un niño; me cae que qué pinche miedo.
Chilanguelina