Después de despedir una voz; la ansiedad descansaba, un estilo
desolado y las manecillas cruciales. Bienaventurado recorría una a una la
añoranza pérdida, bastante, bastante, bastante era para mí... no me acuerdo de
la oscuridad oblicua, no recuerdo de la candidez de tu piel, no me acuerdo de lo
que vivía, no recuerdo tu silueta, no me acuerdo de entre las sombras, no
recuerdo de tus movimientos seductores, no me acuerdo de aquel sitio tan
asqueroso, no recuerdo quién es el que más vale, no recuerdo los trapos
desvestidos de tu conciencia, no me acuerdo de tu imaginación tan endeble, no
recuerdo nuestros cuerpos encendidos en la amargura del sexo, no me acuerdo de
cuanto te soñé, no recuerdo cuando te mencioné, no me acuerdo de la noche, no
recuerdo aquellos senos que nunca besé, no me acuerdo de aquella, no Recuerdo
tus labios, no me acuerdo de la mesa en que sollozábamos, no recuerdo la
sedosidad de tus manos, no me acuerdo de tus maravillosa mentiras, no recuerdo
la evocación de tu nombre, no me acuerdo de la llanura en donde olvidé, no
recuerdo el grito de dolor, no recuerdo esa sonrisa tan gentil, no me acuerdo de
tu resentimiento, no recuerdo cuando me olvidaste, no me acuerdo cuanto me
olvidé, no recuerdo a donde voy, no me acuerdo de mis locuras, no recuerdo mis
preferencias, no me acuerdo entre los vasos vacíos, no recuerdo con quién
dormitaba, no me acuerdo de la verdad, no recuerdo mi mentira, no me acuerdo
cuando moría, no recuerdo mi nombre, no me acuerdo cuanto me arrepentía, no
recuerdo... De tiempo en tiempo entre tiempo... ¿De lo que recuerdo y me
acuerdo? Es que me obligo a mitigar el pasado.
francizko zoza