“México era pobre, perturbado, en anarquía, casi en ruinas, qué podía hacer para contener la mano de nuestro poder, para impedir el avance de nuestra grandeza. Nosotros somos anglosajones americanos; era nuestro “destino” poseer y gobernar este continente; ¡estábamos obligados a hacerlo! Éramos un pueblo elegido y esta era la herencia asignada a nosotros: habíamos de empujar a todas las demás naciones ante nosotros!”
Resumen del pensamiento del presidente James Polk. En American Whig Review, 4 de Julio de 1846.