Si en el espacio de ayer de tu blog, te refieres a mí, te
diré que no te metas con mis sentimientos, porque esos, son muy reales para mí:
son lo único verdadero que tengo en mi vida. Y con ellos no te metas, porque lo
que siento por ti es muy real. Para ti es muy fácil decir las cosas, platicarlas
y explayarte en tu blog, pero no fuiste capaz de decírmelas de frente, cuatro
veces te pedí que nos viéramos. Y tú te negaste, confundiste mi comprensión a
tus rechazos con indiferencia y eso no
es justo. Cómo quieres que peleé ante tus silencios y cortantes diálogos,
todavía recuerdo lo que me escribiste una vez: “ no quiero pelear, adios”…,
demasiado tarde…, no me platiques…etc, etc, etc.
Y no me digas “farsante”, porque eso no es cierto, podré ser muchas
cosas, mojigata , tonta, lo que quieras, pero nunca, nunca fingiría un sentimiento
–odio a las personas hipócritas- mucho menos a las personas que amo. Jamás he
fingido y eso si me da mucho coraje, que tu creas eso. Eso me ratifica una vez
más que nunca entendiste, que no se puede encontrar una explicación, ni una
conceptualización de los sentimientos de las personas en ningún texto, eso no se
aprende en los libros, podrás encontrar algunos patrones de conducta
generalizados, -como un arma para conocer al otro, para prever sus acciones y
estar preparados para ellas- pero las historias de las personas son únicas e
individuales, para conocerlas: sólo te falta escuchar, abrirte un poco más para
que puedas diferenciar un sentimiento verdadero, de la pose de un enamoramiento.
No pongas esas barreras infranqueables, lo sé el desnudar tus sentimientos y
alma conllevan un gran riesgo, pregúntamelo a mí, pero es una experiencia única
cuando te percatas de que eres completamente vulnerable hacia esa
persona.
Y no me vuelvas a decir que son discursos de políticos,
porque no se vale que reciba ese tipo de contestaciones de ti.
La nunca ha sido, ni será una farsante.