lunes, 28 de noviembre de 2011

Lo que siempre te quise decir (05-03-2007)


Yo ya sabía desde hace un mes que esto iba pasar, no te lo puedo asegurar, pero creo que en fondo, yo lo propicié, y lo deseé. ¿Por qué? Porque me di cuenta que tú y yo somos muy diferentes. No lo sé tal vez eso fue lo que nos atrajo en un principio. Lo que me duele es que no me hayas conocido en realidad como soy, como dices en el correo presumimos cosas, sin tener la certeza de que era realmente, lo que ambos sentíamos o pensábamos y que por nuestras personalidades no nos permitimos revelar. Por ejemplo: yo no quería basar una relación en el sexo, por mi parte. Por la tuya considero que con el tiempo te diste cuenta de que yo no fui: la novia para presumir con los amigos, alumnas o ex compañeros de trabajo; ni sofisticada ni mucho menos alguien que busca en lo alternativo algo diferente, debido a que soy una persona que se encuentra a gusto en su mediocre medianía y ahí es, en donde quiero estar. Lo que yo valoro en las personas no es su dinero, ni su inteligencia ni su belleza, para mí lo más importante son: los sentimientos de las personas. Y eso fue algo que me movió mucho de ti.

Me da gusto que hayas sido tú, él que tomó la decisión de terminar con la relación. Así cumplí con mi promesa de que no sería yo la que te dejaría, sino tú.

Por eso en los últimos cuatro correos, me di la oportunidad de tratar de decirte, todo lo que en el primer mes me hiciste sentir –tarde, efectivamente, pero las cosas sucedieron así-. De nueva cuenta te doy las gracias, por todo lo que vivimos en ese mes. Te lo reitero una vez más fue maravilloso. Eso es lo que me llevo de ti.

Igualmente, te deseo suerte.
MIG