El fin de semana cumplí años. A mí sí me tocó cuando
los simpson sólo pasaban un capítulo por semana y los papás no te dejaban
verlo. Me tocó ver el programa En Caliente de Joserra y la final a la que llegó
el Celaya. Snif. Lo que es más, cuando estaba muy chico era necesario
sintonizar la tele, había un arillo detrás del botón de cambiar canales que
girabas para ver bien el canal. En la noche no había programación,
sencillamente no pasaban nada. Bailé mucho en mi fiesta de celebración y ahora
no aguanto las piernas, me duelen como si hubiera metido goles toda la noche en
mis sueños. Hace 2 años que no meto un gol. Mi último disparo a puerta rebotó
en los dos palos, caraja madre. Me aterran las consecuencias de que el mundo
esté cambiando tan en chinga, dice Cormac McCarthy que querer cambiar al mundo
es vanidad pero que las cosas que ocurren en el mundo te den miedo es
envejecer. ¿Es mi caso? Dice el protagonista humano en la peli nueva de los
Muppets que madurar es convertirte en la persona que quieres ser. Veremos qué
pasa, lo que es un hecho es que tengo lo que resta del 2012 para tomar
decisiones, planear mis siguientes movimientos y ver si consigo eliminar de mi
cabeza la telaraña espantosa de que ya estoy grandecito y necesito equilibrio
económico.