Y en algún momento dejé de hacerlo, no porque me dejaran de pasar cosas malas, sino porque había decidido que era momento en que me pasaran cosas chidas, de buscar sueños, de estar con alguien que me quisiera, de vivir de manera mas menos decente, pero no. Eso nunca llegó, y aquí me tienen hundido en el mismo maldito hoyo y más deprimido que nunca, pero con un blog en el que ya no me estaba desahogando.
Así que lo lindo termina ya, regresarán las historias deprimentes que vivo a diario y que no es difícil relatarlas puesto que todas son reales. Maldita sea.
Ángel Caído
