Estamos solos, y llenamos nuestra existencia de adornos que nos hagan olvidarlo.
Últimamente amanezco con ganas de vender mi alma. Nomás por curiosidad. Quisiera saber si pediría lo que siempre he deseado o si la emoción del momento me haría pensar en otras opciones.
Y es que en el fondo soy más pendejo de lo que me siento.