"...La disputa entre quienes afirman que el mundo
fue creado por Dios y quienes piensan que surgió por sí mismo se refiere a algo
que supera las posibilidades de nuestra razón y nuestra experiencia. Mucho más
real es la diferencia que divide a los que dudan acerca del ser que el fue dado
al ser humano (por quien quiera que fuera) y a los que están incondicionalmente
de acuerdo con él.
En el trasfondo de toda fe, religiosa o política,
está el capitulo del Génesis, del que se desprende que el mundo fue creado
correctamente, que el ser es bueno y que, por lo tanto, es correcto multiplicarse. A esta fe la
denominamos acuerdo categórico con el
ser.
Si hasta hace poco la palabra mierda se remplazaba
en los libros por puntos suspensivos, no era por motivos morales. ¡No pretenderá
usted afirmar que la mierda es inmoral! El desacuerdo con la mierda es
metafísico. El momento de la defecación es una demostración cotidiana de lo
inaceptable de la Creación. Una de dos: o la mierda es aceptable (¡y entonces no
cerremos la puerta del water!), o hemos sido creados de un modo
inaceptable.
De eso se desprende que el ideal estético del
acuerdo categórico con el ser es un mundo en el que la mierda es negada y
todos se comportan como si no existiese. Este ideal estético se llama
kitsch.
Es una palabra alemana que nació en medio del
sentimental siglo diecinueve y que se extendió después a todos los idiomas. Pero
la frecuencia de su uso dejo borroso su original sentido metafísico, es decir:
el kitsch es la negación absoluta de la mierda; en sentido literal y
figurado: el kitsch elimina de su punto de vista todo lo que en la existencia
humana es esencialmente inaceptable..."
MK