En un sentido
estricto, el amor es un invento de juglares para convencer a las reinas de que
mantuvieran el linaje real intacto."Cómo estás enamorada, le serás fiel a
tu amo ahora que esté cumpliendo sus obligaciones guerreras, nada de dejarte
seducir por el apuesto herrero". De alguna manera eso devino en canciones
de Ricardo Montaner o Zoe. Estamos muy saturados sobre el tema. A lo mejor me
equivoco pero siento que todo mundo abandona su hogar con la esperanza tácita
de encontrar ese día alguien capaz de proporcionarle todas aquellas cosas que
uno no puede darse por sí mismo. Y el entorno no ayuda porque en cualquier
viaje en microbús uno escucha, formadas en hilerita, canciones y canciones y
canciones que sobrevaloran al susodicho sentimiento. Es imposible encender la
tele y que en el 89% de los canales no se encuentre una historia de amor. Nos
educan a ello. Y dentro de esta desenfrenada búsqueda el mundo se divide en
dos: los que tienen el amor y los que no. Ambas parcialidades son atacadas por
el mismo demonio malvado: la insatisfacción. Creo yo. En todo caso existen los
felices ("y felices los felices", dice Borges) y como nadie
experimenta en cabeza ajena quiero dejarle un mensaje a las personas que, en
este día del 2011, tienen a alguien consigo: weis seán tranquilos, jamás de los
jamases abandonen a una persona que les promete amor. Quiéranla, quiéranlo. No
hay muchas otras opciones en este mundo tan feo.