Realmente me pregunto qué lleva a un hombre a sentarse a
escribir algo. Estas líneas por ejemplo. Mi 2012 ha sido un sube y baja
emocional similar al del resto de humanos. Vi ciertas películas jefes, leí
cosas valiosísimas y trabajé en un libro. Trabajé 3 años en ese libro. La forma
como lo escribí fue la siguiente: trabajaba un mes y descansaba dos. O
trabajaba dos y descansaba cuatro. Los meses de descanso leía y -a veces-
escribía. (Lo malo de leer es que provoca la necesidad de contar historias
propias, a lo mejor si existiera una pastilla que le bloqueara a uno esa
necedad sí la tomaría. Es decir: la felicidad) Escribía en la noche, corregía
en la mañana. Escribía pedo, corregía crudo. Como si la vida fuera la cosa más
sencilla. Para mí, escribir ya no es opcional, es algo que hago y ya, casi casi
de manera natural. Publicar un libro no me hace ni mejor ni peor eskritor. Lo
que tengo que hacer es leer mucho, documentarme, leer más, escribir y borrar.
El mundo no está hecho para escribir, eso es algo que ya todos sabemos.