viernes, 31 de mayo de 2019

Odio tanto que

Hoy ha sido uno de los días más frustrantes de mi vida, en dónde el coraje y la incapacidad se combinan de tal manera que las lagrimas se quedan atoradas en los ojos y permanecerán por días, y entonces generarán que mi apariencia sea más lastimera de la que ya es.

Resulta que en mi trabajo, es decir en la Secretaría de Educación Pública, atacaron por sorpresa y empezaron a despedir al personal, a pesar de que ganaron su lugar de forma legal y que han mostrado con los años un compromiso y calidad en el trabajo, pero eso no importó ante el discurso de austeridad.

De los despidos no tengo mucho que decir, se realizó rápido y de una manera en que la gente no tuvo tiempo de razonar y reorganizarse. También se hizo de manera ilegal porque al final te obligaban a renunciar cuando lo correcto era que te estaban despidiendo.

Las razones o la justificación de los despidos son lo de menos y van acompañadas de un desencanto que sobrepasa la política de austeridad de López Obrador, del cual ahora no me quedan más que pensamientos vomitivos.

Mi frustración se termina canalizando en el ser humano y en sus estúpidas creencias, es decir el karma, dios, la virgencita, los horóscopos o cualquier estupidez que la masa llega a creer. Para mi todas esas cosas son viles patrañas y la razón es muy simple, hoy vi como el mal ganó y por goleada. Venció el amiguismo, los corruptos, los tramposos, los que dan mordida, los que realizan el mínimo esfuerzo. Veré a mi jefa y sabré que por muy corrupta que sea nunca le pasará nada, ya que sus palancas o lazos de poder son tan fuertes como para reírse de esos dioses que la masa cree que existen.

Y esa es la lección que me llevo a la cama hoy, los buenos nunca ganan, sus dioses no existen, la ley del más fuerte seguirá siendo la regla general.

Y si bien esto lo sabía desde hace muchos años a veces cuando hablo con ustedes, les llego a creer un poco, pero ya no.

P.D. Espero que duerman bien Raquel Bernabe y Aurora Saavedra, corruptas de mierda.

lunes, 27 de mayo de 2019

Enchufe





Los disfuncionales del amor

Mi amiga L supo desde muy pequeña que sentía fascinación por las mujeres.
Se enamoraba de los gestos, las voces, las manos.
Reparaba en peculiaridades de las chicas que a mí simplemente me pasaban de noche, por eso supe que lo suyo era en serio y lo mío no.
Alguna vez jugamos a ser novias pero yo me aburrí pronto y se lo confesé, todavía recuerdo su cara, esa expresión de tristeza en una niña de nueve años que podría contener todos los misterios del desamor.
Después de mí, ya adolescente, tuvo una novia. Era su vecina. Con ella se desbordó en un tórrido romance. L con su pelo largo de amazona y su nariz afilada, la otra de rostro amable y redondo, flequillo despeinado. Verlas juntas era  presenciar un espectáculo de vitalidad que desgarraba el alma.
Trepaban por los toldos de los coches, consumían paletas de hielo como yonquis, se amarraban trapos de hippies en el pelo y andaban siempre con las manos entrelazadas. Pronto, como suele llegar el juicio de los demás, la gente del barrio empezó a mirarlas con desprecio.
Así que una señora de las que nunca faltan, se apersonó a hablar con la mamá de L para sugerirle que vigilara los pasos de su hija.
Y se fue todo a la mierda.
Encerraron a L, la llevaron a la iglesia pentecostés a la que la madre asistía y la sometieron a una especie de exorcismo, sí, un exorcismo en los años 90. No la vimos durante más de un mes. La novia deambulaba por las calles con una desolación que parecía derrumbar con su estela los edificios a su paso.
Y después L reapareció. Adiós pelo de amazona, sonrisas electrizantes, ojos encendidos.
Era otra, llevaba un vestido largo y la melena recogida en una trenza rígida, gruesa como látigo romano. La estampa que viene a mí cuando pienso en ella se parece a esas mujeres que salen de misa cubriéndose el rostro con un velo negro, la representación de la vergüenza pública. A sus catorce años.
Se casó dos veces con parejas heterosexuales, un matrimonio peor que el otro. La última vez que tuve contacto con ella le pregunté si tenía hijos, respondió que no, que tenía miedo de que Dios la castigara con su descendencia por lo que ella había hecho en aquellos años.
Sentí un tirón en el pecho, rabia y tristeza. Navegué largo rato por sus fotografías en Facebook, sus fotos de esposa del segundo marido.
¿Quiénes son los disfuncionales del amor? ¿los que se atreven a hacer una elección distinta o los que fingen hasta que la muerte los separa?
La señora del Facebook sigue llamándose L pero ahora tiene la mirada rota, el pelo corto y escaso. Y publica sentencias contra la comunidad LGBT citando fragmentos de la Biblia.
Y yo sólo puedo pensar en este poema de Karmelo Iribarren: La tragedia.

No se quieren,
pero apenas se les nota.
Han hecho de ello,
de ocultar su tragedia,
la razón de su vida.
Son unos profesionales
de la desdicha.
Cuando se mueran
—y se despierten en el infierno—,
les parecerá un día normal.

viernes, 24 de mayo de 2019

Congruencia



Hoy han pasado dos semanas que estoy prácticamente sólo en el trabajo, pero es solo porque no tengo ganas de hablar con nadie y todos respetan y aceptan mi punto de vista. En cambio mi jefa lleva meses que poco a poco se ha ido quedando sola sin que se de cuanta que no cuenta con nadie para ninguna situación. En estos momentos acaba de solicitar un dato que siendo jefa es tonto que no lo conozca, sólo porque no soy tan mala persona decidí dárselo.

jueves, 23 de mayo de 2019

Lluvia

Llueve. 
Y estoy pensando en ti. 
Y estoy soñando.
Nadie vendrá esta tarde
a mi dolor cerrado.
Nadie.
Solo tu ausencia
que me duele en las horas.


Gabriel García Márquez 

lunes, 20 de mayo de 2019

Enchufe



Ajedrez

Porque éramos amigos y a ratos, nos
amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.
Pusimos un tablero enfrente
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.
Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.
Henos aquí hace un siglo, sentados,
meditando encarnizadamente
cómo dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.

Rosario Castellanos

viernes, 17 de mayo de 2019

Actualización


Escucho en otras dependencias del gobierno las presiones económicas y de recorte de personal que se están realizando. En cambio en mi trabajo no hay movimientos e incluso termina siendo injusto que en hasta el chofer esté en la nómina. Ni modo, así las cosas.

lunes, 13 de mayo de 2019

Enchufe



Cartas a Chepita

“Estoy terriblemente solo. Te necesito, no puedo defenderme más contra tu ausencia y mi soledad. Te esperaré a las 4 de la tarde en el lugar de siempre ¡ Cualquier día de éstos ! Mañana, el lunes, el martes yo estaré ahí aguardándote, creyendo…”

— Jaime Sabines

viernes, 10 de mayo de 2019

Ciclos


Hoy mi compañera de trabajo con quien llevo 5 años juntos ha decidido renunciar, se va de se la SEP no porque sea mala en lo que hace, no porque gane poco o porque le estén ofreciendo un mejor empleo. Se va porque no soporta el nivel de incompetencia de mi jefa y el grado de descaro y corrupción que hay en el área.

Lo triste es que se quedan personas que no trabajan nada y que cobran grandes cantidades de dinero a costa de la Educación en el país. Lo peor es que ante los casos de corrupción, la jefa se justifica diciendo "espero que entiendas lo que tengo que sufrir". PATÉTICA

viernes, 3 de mayo de 2019