viernes, 31 de diciembre de 2010

Despedida

Se terminó el año y la verdad no tengo ganas de hacer un recuento, aunque en general siento que fue muy positivo lo que me ocurrió el primer semestre, tan positivo que no me puedo poner de grinch para estas épocas, (fuck). El próximo año espero que pinte muy bien, por lo pronto mi primer gran evento será el 14 de enero, ahí se presentará un trabajo que he realizado por años y que por fin saldrá a la luz. Y bueno, ya plasmado agradecí por él a las siguientes personas y son las mismas a las que quiero agradecer para este año. Simplemente porque en algún momento de mi vida me dieron algo que me sirvió para crecer. Gracias a todos (están por orden alfabético no empiecen a jorobar).

Adrian Guerrero
Adriana Munive
Alba Garay
Alejandra González
Alfonso Mendiola
Alma Aguilar
Antonio de la Mora
Antonio Vázquez
Arturo Arreguín
Benita QL.
Blanca Juárez
Braulio Hernández
Carlos Bortoni
Cathy Ortiz
Adriana Martínez
Citlalli Hernández
Claudia Gil
Daniel Alatorre
David López
David Sánchez Espinoza
Dennis Gómez
Diana E. García
Diana Ortiz
Edith Lira
Elitania Salgado
Elizabeth Pérez
Elizabeth Sainz
Elsa Neri
Enrique Lavalle
Erandi Rubio
Erick Ovilla
Fabiola Flores
Fernando Garay
Fernando López
Gabriela Márdero
Gerardo Téllez
Gloria Ávila
Haidee Rivera
Héctor Bezares
Héctor Lira
Hugo Marriot
Itzel Morfín
Ivonne I.
Jael Flores
Jacqueline Ortega
Javier Castañeda
Jesús Mujica
Joaquín Alpizar
John Saxe-Fernández
José Félix Hoyo
José Zamudio
Juan M. González
Karina Vázquez
Laura Santoyo
Lucia Cruz
M. Isabel Montañez
Maira Téllez
Manuel Lezama
Marco P. Martínez
Marcos González
Martha Pérez
Mauricio Verdalet
Miguel Ugarte
Mireya Jiménez
Miriam Armas
Naybi Montoya
Nayelli Popoca
Norma Borbón
Norma Vázquez
Nydia Gutiérrez
Oswaldo García
Paola La D.
Patricia González
Patricia Villanueva
Pedro P. Rojas
Regina Rodríguez
Ricardo Rojas
Rodolfo Ortiz
Rogelio Galindo
Rubí I.
Ruth Álvarez
Ruth Silva
Santiago Hurtado
Socorro Rangel
Sofía Giles
Susana Hernández
Vanessa Fuentes
Verónica González
Verónica Ortiz
Víctor Herrera
Víctor Quiroz
Viviana Castillo


El próximo año los reconocimientos serán con foto.

"Así, la Ciudad de México es (...)

(...) un comedero, es un bebedero, es la coreografía del subempleo alrededor de los semáforos, es un teatro de escenarios ubicuos, es el frotarse de cuerpos en el Metro, es el depósito histórico de olores y sinsabores, es una primera comunión meses antes de la boda, es el anhelo de un cuarto propio, es la familia encandilada ante la televisión, es el santiguarse de los taxistas al paso de los templos, es la incursión jubilosa y amedrentada en la vida nocturna, es un paseo por los museos voluntarios e involuntarios, es el ir al cine como si se fuera a un videoclub sin variedad de títulos, es la cacería de la tipicidad que sobrevive, es la expedición de franquicias que subrayan la falsa y asombrosa semejanza con una ciudad norteamericana."

Carlos Monsiváis en el prólogo de Guía del pleno disfrute de la Ciudad de México (1994) de Jorge Legorreta.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Libros de autoayuda

Me han pedido que recomiende un link para accesar a los mejores libros de autoayuda. En lo personal yo no creo en ese tipo de libros, pero para algunas personas en ocasiones les resulta útil el consultar este tipo de textos. Para ver la lista de libros completa simplemente vayan al siguiente enlace.

Salud.

Sobrevivir a una relación

PELOS ENJABONADOS
Para ellas no existe nada más asqueroso que eso. Es común que las mujeres usen un jabón para manos, otro para cara y otro para cuerpo. Nosotros usamos uno para todo. En nosotros es común que si se acaba el de la ducha, tomen el de manos y luego vuelvan a dejarlo donde estaba. Para ellas será preferible ir cargando la mugre en los dedos, que batirse en entre nuestros nada-agradables pelos masculinos.

-TIP DE SUPERVIVENCIA-
No te bañes. Depílate los pelos. Compra un jabón para tí.

QVMT

Borja Pérez para hoy, el capítulo uno y el dos dividido en dos partes.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Mi hermana


Hace unas semanas mi hermana se recibió de enfermera por parte de la UNAM, por lo que tuvo un año redondo, que bien por ella.

sábado, 25 de diciembre de 2010

¿Cómo te da gripa?

Que asco de vida

Hoy, ha muerto mi abuela, a la cual quería mucho. Cuando he ido a buscar a mi abuelo al tanatorio para irnos me ha dicho: "espera, que voy a buscar a la abuela, que hace rato que no la veo".

Hoy, mi casa está llena de gente. Todos están viendo el Barça-Madrid. Mi abuela está celebrando su 93 cumpleaños sola.

Hoy, era el aniversario con mi novio y me llevó a su casa, todo muy romántico y tal. Me tumbé en la cama y me dijo que tenía una sorpresa para mí pero que me tenía que vendar los ojos. Yo ilusionada accedí y al cabo de 5 minutos esperando me dice que me la quite y se corrió en plena cara.

Hoy, trasteando el ordenador de mi pareja he descubierto una carpeta llena de vídeos porno. Hasta aquí todo normal, hasta que me he dado cuenta que casi en la mitad salía él con otras chicas. El último fue grabado hace 4 días y puedo reconocer la habitación puesto que era la nuestra.

Hoy, mi novio me dejó después de cuatro años de relación. Le pregunté el por qué y simplemente me contestó con un "por que me quiero follar a otras". No tengo palabras.

Hoy, le he regalado a mi novia un ramo de flores y un gatito persa de dos meses. Me ha dicho que se quedaba los regalos pero que me había utilizado para darle celos a su ex, y que ahora que ha hecho efecto va a volver con él. Después de dos años.

Más en www.ascodevida.com

viernes, 24 de diciembre de 2010

La Navidad Digital

De lo que pasa cuando el sentido cambia...

Estuve leyendo cosas que escribí, lo que pensaba hace dos o tres años…ello me remontó a lo que sucede cuando el sentido que le atribuyes a algo, a alguien cambia... (?) Algunas veces creemos que una opinión, una creencia, una actitud, una emoción, siempre va a estar allí, que le sabemos tan nuestra que le guardamos un espacio donde habitar entre nosotras, tal como los zapatos, o la ropa que usamos, tienen un cajón o un hueco en alguna parte del ropero o la cama… es lo que es sin preguntarte por qué lo es… (O aun haciéndolo, no por ello deja de ser…)

Pero que hay cuando te das cuenta que al zapato se le mete el agua, que la ropa esta desgastada, que al colchón le saltan los resortes, que un espacio deja de ser, que tu área de trabajo ya no es la misma, que una persona deja de estar… que los roles, y todo ello se ha transformado… que te mudas de casa tres veces en 5 años cuando viviste 23 en otro lugar, que era tu lugar, pero que ahora apenas reconoces… que te enamoraste una vez, y tuviste que desenamorarte otra, que vestías de negro casi siempre y ahora usas el naranja a qui estoy… que tu hit era Joaquin Sabina, y ahora escuchas Song Around The World… y que te enamoraste otra vez… siempre de distinta manera… porque te atraen otras cosas, y esa opinión, creencia, actitud, emoción a la que le guardabas una fiel devoción, no es que haya desaparecido, sin embargo, se ha transformado… y que siempre es valioso dejarles un espacio, por que han sido parte… pero que en otras más vale renovarse… para no caer en la cuenta que en casa y personalmente tienes una vieja bodega acumulando cosas que ya no te sirven porque te das cuenta que ya ni usas…

lunes, 20 de diciembre de 2010

QVMT

Capítulos nada navideños de Borja Pérez. El uno y el dos.

Sobrevivir a una relación

Aunque en este siglo 21 parezca que ya no existen modales de etiqueta, siempre es mal visto que, si la invitas tenga que pagar su parte o, peor aún, que ella pague toda la cuenta. No seas avaro y accede a hacerlo por lo menos una vez. Así no te quedarás en la mente de la tipa como el tacaño que nunca paga nada o que todo lo quiere compartir. No te conviene.

-TIP DE SUPERVIVENCIA-
Invítala a lugares baratos o a tu casa.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Alice

Ya hace años hablé de la serie original de HBO llamada Alice, sino recuerdan pueden leerla aquí. Hasta ahora no hay segunda temporada pero lo que decidieron hacer es crear un especial de 2 horas de la serie.


Lo que encontramos para el especial es la vida de Alice dos años después de lo ocurrido en la primera temporada. La gran sorpresa es ver a una Alice tragada por la ciudad, lo que la había hecho resaltar y mostrarse como diferente lo había perdido. La nueva Alice es más conformista, más pasiva, más del montón. Sus sueños y metas se habían simplificado y el personaje se vuelve un elemento más de la gran metropoli.

Definitivamente me quedé pensando mucho en mi vida. Mis parejas siempre han tenido ese estilo único de Alice, mujeres llenas de sueños que le hacen ver al mundo lo distintas que son sin importar ningún tipo de voz. Amo eso. Esa es la razón que cuando llegué a estar con una mujer pasiva, sin propuestas, sin iniciativa, terminaba alejándome rápidamente. Lo malo de eso es que nunca les comenté la razón por la que terminaba con ellas. Supongo que no lo entenderían.

No puedo decirles en que termina Alice, mejor busquenlo. Pero hay un final positivo, por lo menos para mí. Por lo menos me quedo con el deseo de seguir buscando más Alices por ahí. No es fácil, no es rápido, pero es tan placentero el tiempo que dura.

Ya es diciembre Edith espero llegues pronto a Alemania.
Momo te recuerdo cada vez que veo Scott Pilgrim, definitivamente tu eres mi Ramona Flowers.
No menciono más personas porque me quemo, jajajaja.

No ando muy de buenas y eso se demostrará en el siguiente miércoles músical, la última rola me parte, chale.

sábado, 18 de diciembre de 2010

La I de Pixar

Que asco de vida

Hoy, es mi noche de bodas. Mi mujer esta dormida y me estoy masturbando en el baño.

Hoy, mi madre me ha dado el regalo de mi cumpleaños, que fue hace una semana. Estaba muy ilusionada porque decía que "había acertado de lleno" y "me iba a encantar". Es el juego de mesa de Sálvame. MATADME.

Hoy, mi novio me ha dejado. Su razón ha sido que no somos sexualmente compatibles, dice que ahora que va al gimnasio está demasiado bueno como para salir con una gorda como yo.

Hoy, estaba discutiendo con mi hija de 13 años porque ella quería alquilar un local con un grupo de chicos mayores que ella, a mí no me parecía bien y le decía que sólo iba a ir ahí a beber, a lo que ella me ha dicho: "mira mama, si quiero beber, bebo, si quiero fumar, fumo, y si quiero follar, follo. ¿Te queda clarito?".

Hoy, mi hijo ha salido del armario. Yo me he alegrado muchísimo por él, igual que mi marido. Pero ahora el pobre tiene que aguantar que su hermano pequeño le llame maricón de mierda a todas horas.

Hoy, fui a comer a casa de mis suegros por primera vez. Estaba jugando con la sobrina de mi novio y me vomitó encima. Del asco que me dio le vomité en la cabeza.

La semana pasada, me llamó mi ex-novio a las tantas de la mañana para decirme que me echaba de menos y que no podía vivir sin mí. Yo, emocionada le dije que yo también lo había echado de menos y que quería volver con él. Su respuesta fue "mierda, eres María, es que me equivoqué de número". Quería volver con su última ex-novia, no conmigo.

Hace unos meses, que estoy enamorada de mi mejor amigo. Llevo todo el día arreglándome porque esta noche hemos quedado para salir solos. Me acaba de llamar diciéndome que anoche conoció a una chica. Quiere que la conozca esta noche.

Más en www.ascodevida.com

viernes, 17 de diciembre de 2010

Sobre la lectura

Me gusta creer que el requisito principal para ingresar o no al cielo es uno: el último libro que leíste vivo.

Yo por eso hoy crucé cuando el semáforo de los autos estaba en verde y no usé condón y estoy pensando en cambiar mi foco descalzo. No temo morir bajo la siguiente circunstancia... hoy, desnudo, cansado y crudo terminé de leer Adios a las armas de Ernesto Hemmingway.Insupersable novela. Mienten los que comentan que es una historia de amor.

Los quiero. Y por eso me voy a la cama tranquilo. Porque estoy consiente de que no importa si hoy los aplasta un auto o no usan condón o se electrocutan... sé que irán directo al paraíso prometido debido a que anoche, previo al sueño, se despidieron de novelas importantes. No ya las mugres que venden en samborns, no ya los bestsellers mal traducidos que venden en Samborn´s. Tampoco esas novelas extensas que no son sino el reality show de la literatura, lecciones de cómo contar una mala historia. Hablo de toda la literatura de moda. Tramas de vampiros y magos adolescentes e intrigas medievales, libros de autoayuda, terceras parte de algo muy extenso, novelas mexicanas del narcotráfico y sus sicarios...

Yo sé que los lectores de este blog entretienen sus aburridas tardes en material valioso.

Nos vemos en el paraíso.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

lunes, 13 de diciembre de 2010

QVMT

Borja Pérez regresa para ustedes, el primer capítulo y el segundo ya.

Sobrevivir a una relación

PALOMITAS ESCANDALOSAS
Algo tan inocente puede ser verdaderamente odiado y fastidioso si lo haces como cuando vivías tus infantiles años mozos. No detestan que las comas, si no que lo hagas con lujo de ruidos escandalosos, con ese sonido espantoso que sale de la fricción entre tu mano y el cartón, en pleno momento dramático o de suspenso.
-TIP DE SUPERVIVENCIA-
Come un hot dog. Hace menos ruido ¡pero huele más!

domingo, 12 de diciembre de 2010

sábado, 11 de diciembre de 2010

Mr. Pimpon

La familia

Me he encontrado con dos páginas maravillosas, imposible no reírse. La primera trata sobre familias retratadas con sus mascotas (casi seguro que muchas mujeres van a decir ahhhhhhh que bonito!!!!!). La segunda es sólo de fotos familiares (vaya que hay gente loca). Enjoy.

Además les dejo un video dedicado a toda chica que en algún momento despertó sin saber que había hecho el día anterior, darle aquí.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Recordando

En la escuela de monjas donde estudié decían que cuando estabas menstruando no debías sentarte en el piso (de chinito) porque te podían dar dolores. Y, gran punto, que no debías acercarte mucho a los hombres porque ellos olían tu menstruación y se excitaban.

Que un hombre podía darse cuenta de que no eras virgen. Al momento de penerarte una especie de radar en su pene lo detectaba y entonces ya no te iba a querer ni respetar.

Que si un hombre no tenía sexo seguido, le daba calentura o sea, fiebre.

Bueno yo pensaba que en el momento en que un hombre te penetraba en seguido los millones de espermatozoides comenzaban a salir, es decir no conocía el término de eyaculación. Casi me dio el supiritaco cuando presencié una justo en mis manos.

Que en tu primera vez no te podías embarazar.

Este es bueno: que si dabas un beso muy largo, de lengua, con baba y todo el asunto te podías embarazar (no me pregunten cómo) y que si dabas sexo oral lo mismo.

Que si ibas a hacer pipí en cuanto acabaras de tener sexo no te podías embarazar.

Que si como mujer tocabas tus genitales, los hombres se daban cuenta, como si quedara una huella de tus dedos que ellos podían advertir. (Obvio, los hombres eran una especie extraña, con una hiper inteligencia o detectores especiales a la que había que aprender a engañar).

Tuve amigas que cuando les bajó por primera vez pensaron que estaban enfermas o que habían tenido un accidente digestivo ya que nadie les dijo que les iba a pasar eso.

Un amigo era obligado por su madre a lavar sus sábanas si tenía una eyaculación nocturna y lo regañaba por ‘andar soñando’ cochinadas.

Elsy Reyes

jueves, 9 de diciembre de 2010

El Banco de los pobres

Tal vez la única manera de combatir efectivamente la pobreza sea actuando familia por familia y a distancia tanto del Estado como de las instituciones de caridad. Muhammad Yunus, director y fundador del Grameen Bank de Bangladesh e inventor de los microcréditos, dictó la siguiente conferencia magistral en la Fundación Rafael del Pino de Madrid.

¿Cómo funciona el Banco Grameen? ¿Por qué es diferente a todos los demás bancos? Primero quiero dejar claro que no soy banquero, no he sido formado como banquero ni pensé jamás convertirme en banquero. Por tanto, en lo que me vi involucrado fue en algo más o menos accidental, obligado por las circunstancias. Bangladesh se independizó en 1971. Nos ilusionó muchísimo. Finalmente habíamos salido de un tipo de relación que no funcionaba con Paquistán. Por fin podíamos tomar nuestras propias decisiones políticas, podíamos diseñar nuestra sociedad a nuestro gusto y convertirnos en la nación de nuestros sueños. Pero, como pasa con todos los sueños, especialmente con los sueños de las naciones recientemente independientes, se pueden convertir en pesadillas. No siempre se dirigen en la dirección esperada. Esto mismo pasó en los primeros años de Bangladesh. En lugar de mejorar nuestra situación económica, cundió la hambruna en el país. Muchas personas murieron de hambre.

En esa época yo daba clases en una de las universidades de Bangladesh. No sienta bien, no es agradable enseñar economía en el aula, explicarle a los alumnos las elegantes teorías y cómo pueden resolver todos los problemas económicos, para salir y no ver más que hambre y muerte. Uno se pregunta para qué valen las teorías económicas de libro de texto si no son útiles para las personas que están muriéndose o a punto de morir, y no por alguna enfermedad en particular: se mueren porque simplemente no tienen un poco de comida. Por tanto, me sentí muy inquieto, como muchos otros en Bangladesh que se sentían descontentos y desencantados con la forma en que iban las cosas alrededor de nosotros. Y pensé que no tenía sentido y que era totalmente inmoral enseñar aquellas teorías que no significaban nada. Sentí que quizás podía hacer algo: podía ser sencillamente un ser humano y ser útil a otro ser humano. No se necesita un certificado para ser útil a otro ser humano, y no se tiene que leer libros de texto para hacerlo. Una relación de humanidad es suficiente para ello.

Hice exactamente eso: fui por los pueblos buscando una oportunidad para ser útil. A lo mejor no era mucho, pero me iba a sentir mejor si hacía algo aunque fuese para una sola persona. Vi muchas cosas pequeñas, cosas que antes ignoraba. Mis libros de economía nunca mencionaron todo eso que tenía que ver con la realidad de la vida de los pobres, de las personas en Bangladesh. La universidad estaba tan sólo a unos pasos de aquel pueblo, pero casi nadie sabía cómo se desarrollaba la vida en ese lugar.

Vi cómo sufría la gente por no tener una cantidad pequeñísima de dinero. Tenían que pedir prestado el dinero a prestamistas, a usureros. Y los usureros se aprovechaban y convertían a estas personas prácticamente en esclavos, porque literalmente trabajaban para ellos. Lo poco que ganaban se lo quedaban los usureros y tenían muy poco para sí mismos. Así pues, tuve una idea. Si les podía proporcionar este poquito de dinero, probablemente las cosas iban a serles más fáciles. Por tanto, hice una lista de personas que necesitaban esta pequeña cantidad de dinero. Cuando la terminé, la lista contenía 42 nombres. La cantidad total de lo que necesitaban era veintisiete dólares. Fue impresionante para mí, porque como profesor de economía enseñaba sobre los planes nacionales de desarrollo de un país, cómo se elaboraba el plan quinquenal, cómo los planes quinquenales cambiaban la calidad de vida de los pobres en Bangladesh. Allí hablamos de millones de dólares, de miles de millones de dólares de inversión. Nunca hablamos sobre menos de un dólar por persona para sus necesidades. Realmente era una gran sorpresa. No sabía qué respuesta podía dar en una situación como ésa. De todas formas, di los veintisiete dólares a esas 42 personas y les dije que devolvieran el dinero que debían a los usureros. Les dije que, utilizando ese dinero, podían seguir con su trabajo y guardar todo el dinero que generaran. Les dije que podían devolverme el dinero cuando estuvieran en condiciones de hacerlo. Pero la ilusión que se generó en esas 42 personas fue lo que me llevó a involucrarme en todo esto. ¡Estaban tan contentos! Para ellos parecía un milagro que alguien realmente les diera dinero sin las condiciones de los usureros. Y se me ocurrió la idea de que, si puedes hacer tan feliz a tanta gente con una cantidad tan pequeña de dinero, ¿por qué no hacer más de lo mismo?

Estaba planteando la forma de hacerlo cuando se me vino a la cabeza que, en lugar de hacerlo yo con mi dinero, debía intentar encontrar alguna solución institucional para que continuara con el proyecto aun cuando yo no lo pudiera atender. Las personas habrían establecido su derecho, por lo que podrían recibir el dinero cuando lo necesitaran. Así que acudí al banco. Se trataba del banco que estaba situado en el mismo campus donde daba clases.

Cuando propuse al director del banco que debía dar préstamos a los pobres del pueblo donde vivíamos todos, casi se cayó de la silla. No podía creer siquiera lo que le había propuesto. Dijo: “Es imposible, no se puede hacer”. “¿Qué tiene de imposible? Es una cantidad tan pequeña de dinero la que tendrá que dar que no les hará daño a ustedes”, contesté. “No es cuestión de hacernos daño. El dinero no es lo importante. No es la cantidad. Es sólo que, por principio, no puedo dar el dinero a los pobres”, me dijo. “Eso es muy curioso, porque se supone que se presta dinero a personas que lo necesitan, y ellos son los que lo necesitan”, repliqué. Me dijo: “No, aunque lo necesiten, no pueden conseguir un préstamo bancario porque no son solventes”. Tuvimos una gran discusión sobre quién merece recibir un crédito y quién no, pero se mantuvo en su postura de que un banco no puede prestar dinero a la gente pobre porque no tienen solvencia. Ésa fue la lección más importante para mí. Fue mi primera lección de banca, y se me ha quedado.

He estado luchando con esto durante los últimos veintiséis años, y probablemente seguiré intentando convencer al mundo de que los pobres merecen recibir un préstamo tanto como cualquier otra persona en el mundo. Los pobres son, en muchos casos, más merecedores de un préstamo que los ricos, especialmente en Bangladesh, donde los ricos que piden préstamos de los bancos no los devuelven y se salen con la suya: nadie puede tocarlos porque son personas poderosas.

De todas formas mantuve mi postura de que algún banco debía al menos intentar dar dinero a los pobres en el pueblo. No encontré ninguna forma de hacerlo, todo el mundo decía lo mismo. Finalmente, se me ocurrió una idea que funcionó. “Me ofrezco como aval. Firmaré todos sus papeles, darán el dinero a las personas que yo identifique y asumiré el riesgo. Así, todas sus reglas están aseguradas y me pueden dar el dinero”, propuse. Sonaba muy razonable, pero los bancos tardaron tres o cuatro meses en decidirse. Hizo falta que escribiera muchas cartas, con planes de cómo iba a hacerlo y cómo el banco iba a responder.

Finalmente, en 1976, después de acordarlo todo, di el primer préstamo a la gente a través del banco. El director me advirtió que el dinero nunca iba a volver, porque había cometido un error al dar dinero a los pobres. Le dije que asumiría el riesgo, que no tenía idea de si el dinero volvería, pero que creía que era legítimo hacerlo. Y lo hice. Afortunadamente para mí, se devolvió cada centavo. No tuve ningún problema. Y me encantó que fuera tan fácil porque todo el mundo me estaba metiendo miedo de que la cosa no iba a funcionar.

Cuando le dije al director de la Facultad que el préstamo había funcionado, éste replicó: “Bien, puede que haya funcionado en un pueblo, porque es pequeño y vas detrás de todo el mundo para que te lo paguen, pero si lo haces en dos pueblos no te lo devolverán”. Lo probé en dos pueblos, uno al lado del otro. Y funcionó. No le impresionó en lo más mínimo. “Quizá lo debes hacer en cinco pueblos”, dijo. Así que fui y lo hice en cinco pueblos, para convencerlo de que también funcionaba. Funcionó, pero tampoco quedó convencido. Cada vez que me parecía que el banco iba a aceptar ya el hecho de que los pobres merecían recibir préstamos porque me habían devuelto el dinero sin ningún problema, seguía aumentando el número de deudores que aceptaba. Y cada vez decía el director del banco que no, que tenía que experimentarse con otro número de pueblos.

Llegó el momento en que me pregunté ¿por qué intento convencerlo a él?, ¿por qué se habían vuelto tan importantes sus decisiones para mí? Al principio no tuve idea de si iba a funcionar o no, pero después de realizarlo unas cuantas veces, en muchos pueblos, me convencí de que lo que veía era lo correcto, de que lo que estaba comprobando era la realidad. Lo que él decía era algo totalmente fabricado, una completa mentira, una postura sin fundamento. ¿Por qué no crear mi propio banco, un banco que trabajara para los pobres? Así que me centré en eso, en averiguar cómo establecer un banco para los pobres.

Presenté mi propuesta al Ministerio de Hacienda de Bangladesh y no los convenció, porque pensaban que iba a crear más problemas para ellos. Me explicaron que ya tenían muchos bancos y que todos creaban problemas, porque daban dinero a los ricos que nunca se ocupaban de devolverlo, por tanto, ¿por qué establecer un banco para crear más problemas? Les dije que no pedíamos dinero, por lo que no debían de preocuparse: sólo queríamos su autorización. De todas formas, ésta tardó otros dos años.

Finalmente, nos convertimos en un banco, el Banco Grameen, en 1983, y empezamos a trabajar poco a poco para ampliarnos. Aprendimos muchas cosas, cosas que se dicen de una manera, se creen de una manera, pero la realidad de la situación nos enseña una historia completamente distinta. La primera se nos presentó con mucha claridad. Me enzarcé en una especie de batalla con los bancos existentes, los bancos convencionales, no sólo sobre la cuestión de prestar dinero a los pobres, sino particularmente a las mujeres, sin tomar en consideración si eran ricas o pobres. Mi alegato contra los bancos era que no sólo negaban préstamos a los pobres, sino que los negaban también a las mujeres. Di ejemplos de las estadísticas del sistema bancario de Bangladesh: de todos los prestatarios de todos los bancos, ni siquiera el uno por ciento resultaban ser mujeres. Algo no estaba bien en su sistema, que no podía satisfacer las necesidades de las mujeres. Argumentaban que no era verdad, que intentaban dar préstamos a las mujeres, pero que ellas no venían a pedirlos. Di ejemplos de sus reglas, según las cuales, si una mujer quiere pedir un préstamo, si acude al director con su proyecto, el director siempre le pregunta: “¿Lo ha consultado con su marido?” Si ella dice que sí, luego el director le pregunta: “¿Apoya él su proyecto?” Si le dice que sí, entonces el director responde: “Pues, ¿por qué no trae a su marido el lunes y podemos hablar del proyecto?” Pregunté: “¿Por qué el mismo director, cuando acude un hombre al banco con su propuesta, no le plantea una pregunta similar: ‘Lo ha tratado con su mujer?, ¿apoya ella su proyecto?’ Y finalmente, ‘¿por qué no trae a su mujer el lunes y hablamos del proyecto?’” Algo estaba mal en todo eso: era asimétrico. Se mantenía a las mujeres fuera del sistema. No pasó nada, no hicieron nada al respecto.

Cuando empecé mi trabajo quise asegurarme absolutamente de que la mitad de los prestatarios fueran mujeres. Se trataba de una decisión a propósito del debate que mantenía con los bancos en ese momento. Tomar la decisión fue mucho más fácil que ponerla en práctica.

Me enteré de esto de la forma más difícil, porque cuando acudí a las mujeres pobres en los pueblos de Bangladesh para convencerlas de que recibieran préstamos de nosotros, nos miraban con incredulidad: “¿Qué es lo que nos quiere dar?” Pensaban que estábamos intentando meterlas en algún lío, literalmente huían de nosotros. Una explicación que oía con frecuencia era que no sabían qué hacer con el dinero, ¿por qué iban a aceptarlo? “No quiero meterme en líos. Nunca he tocado dinero en mi vida, esto crearía un montón de problemas para mí”. Otro argumento frecuente era: “Mi madre me dijo cuando murió que nunca debía pedir prestado nada a nadie”.

Escuchamos eso y pensamos que debíamos hacer frente a estas posturas, por lo que ideamos una respuesta a la segunda explicación. “Sí, su madre era una persona muy sabia. Le dio los consejos correctos. Lo mejor que podía hacer era aconsejarle que no pidiera prestado nada de nadie, porque cuando murió su madre no existía el Banco Grameen. La única manera en que podía obtener dinero era a partir de los usureros, y si pide un préstamo a un usurero, su vida ha terminado. Es la esclavitud. Así que le dio un buen consejo. Pero puede usted estar segura de que si estuviera viva hoy, le aconsejaría enérgicamente que se uniera al Banco Grameen, porque sabría que es muy diferente de los usureros”. Luego le dábamos la explicación de lo que era el Banco Grameen y de lo que eran los usureros. Y seguimos desde allí. Eso las hacía pensar, en lugar de descartarnos totalmente de entrada.

De todas formas, tardamos seis años en llegar finalmente a un nivel en que el número de los prestatarios hombres y mujeres se equilibrara. Nos ilusionamos muchísimo. Finalmente lo habíamos logrado. Después empezamos a notar algo extraordinario: el dinero que llegaba a la familia a través de las mujeres se traducía en muchísimo más beneficio para la familia que la misma cantidad de dinero llegada a la familia a través de los hombres, en todos los casos.

En primer lugar, si la madre era la prestataria, invariablemente el beneficio del préstamo iba directamente a los hijos. Nunca se veía nada distinto. El impacto de los ingresos de la madre en los hijos y las hijas de la familia es muy visible. Otra cosa que se nota es que ella maneja el dinero que recibe del banco con muchísima precaución y cuidado. Eso viene de la propia experiencia que tiene como mujer en una familia pobre: desarrolla la habilidad de gestionar recursos escasos en la familia. A ella siempre se le da una cantidad muy pequeña, pero las exigencias que tiene que satisfacer con esa cantidad tan pequeña son enormes, así que tiene que estirar todo con mucho cuidado para que pueda satisfacer tantas demandas de la familia como sea posible. Así pues, cuando recibe el dinero aporta esa habilidad especial que ya tiene. Y tiene una visión a más largo plazo, e intenta salir de la situación de pobreza en que se encuentra de una manera muy sistemática. Trata de seguir los principios muy estrictamente para que nunca pierda ningún beneficio del préstamo que ha recibido. Así que, viendo este panorama, cambiamos nuestro planteamiento completamente. En lugar de ser equitativos, manteniendo a los hombres y a las mujeres en un nivel de igualdad, fuimos un poco audaces: desde ese momento en adelante íbamos a centrarnos sólo en las mujeres.

A la gente no le gustó, pero seguimos adelante y lo pusimos en práctica de forma sistemática. Esto frenó nuestro trabajo, porque encontrar mujeres para unirse al Banco Grameen fue un proceso muy lento. Hoy, el 95 por ciento de nuestros prestatarios son mujeres, y muchas de las cosas positivas que han ocurrido con el Banco Grameen se deben a ellas. Lo han hecho tal como es. Y estamos muy orgullosos de que han cambiado sus vidas, las vidas de sus familias y todo lo que tienen alrededor. Cuando vemos a una mujer pobre recibiendo un préstamo solemos preguntarnos qué hace con ese dinero si no tiene ninguna formación. Básicamente son mujeres analfabetas, ¿cómo pueden gestionar un negocio?

Cuando una mujer se entera de que su vecina se ha unido al Banco Grameen y se ha comprado una vaca y está criando la vaca, vendiendo la leche y ganando dinero, su mente se pone en marcha. Hemos funcionado a través del ejemplo: la idea de echar a andar un negocio la asusta, pero cuando se le presenta de forma concreta todo le parece más sencillo. Hoy día hay una gran variedad de actividades en las que están implicadas las mujeres en el Banco Grameen, y en ese camino han superado la pobreza.

El Banco Grameen es la institución más estudiada –el proyecto de investigación más grande– del mundo. Todos tienen curiosidad sobre lo que hacemos y quieren enterarse. Piensan que sólo estamos lanzando grandes afirmaciones, que no pueden ser verdad. ¿Cómo pueden los pobres cambiar sus vidas sólo con préstamos? Creen que debe de haber algo más, que exageramos u ocultamos información. Así pues, vienen y nos estudian. Algunos son estudios muy rápidos, otros son continuos y duran varios meses o un año, pero el resultado de todos es muy satisfactorio para nosotros, porque todos los investigadores hallan que la renta de los prestatarios aumenta de forma continua, y que los niños de estas familias están avanzando en muchos aspectos, especialmente en términos de nutrición.

La nutrición en las familias del Banco Grameen es mucho más alta que en las otras familias. Se ha demostrado una y otra vez. La mortalidad infantil es muy alta en Bangladesh, pero los estudios demuestran que se ha reducido en un 37 por ciento a lo largo de un periodo de diez años. No somos un programa de salud, ni un programa dedicado a la infancia, pero se crea algo en el sistema que ha hecho reducirse la mortalidad infantil sistemáticamente.

Las condiciones de la vivienda en familias del Banco Grameen también son mucho mejores que las condiciones en otras familias, porque el banco también ofrece préstamos para la vivienda. Cuando quisimos ofrecer este tipo de préstamos, todo el mundo decía: “Están locos. Dar préstamos para comprar una vaca es suficiente, pero si dan préstamos para la vivienda será un desastre. Una vaca da leche y se paga el préstamo vendiendo la leche, pero una casa no da leche. ¿Cómo se va a pagar el préstamo para la vivienda?” Insistí en que la forma en que vive la gente pobre –techos con goteras, suelos de lodo– perjudica la productividad. Si tuvieran un buen techo y un suelo seco, las mismas personas podrían trabajar más y cambiar sus vidas. Introduje el préstamo para la vivienda en 1984 y tuvo una gran acogida por parte de la gente.

Cuando hablo de préstamos para la vivienda no hablo de grandes cifras sino de cantidades muy pequeñas. Cuando empezamos, estos préstamos sólo eran de cien dólares y paulatinamente han ido aumentando hasta seiscientos dólares: una enorme cantidad de dinero para ellos, con la que construyen casas bonitas. Se sorprenderían ustedes de cómo esta cantidad de dinero puede dar lugar a una casa tan bonita, con un techo de estaño, cuatro pilares de hormigón, una letrina y un acceso al agua potable. Todo eso sale de los préstamos para la vivienda de entre trescientos y seiscientos dólares.

Hasta ahora hemos concedido más de medio millón de préstamos para la vivienda y no tenemos ningún problema. Es un préstamo a diez años, y lo pagan en plazos semanales. Las casas terminadas son para ellos unas estructuras increíbles, porque la forma en que vivían antes sólo era apta para los animales. La dignidad que eso les aporta es importante. Trabajan mucho para asegurarse de nunca saltar ninguno de los plazos de pago, para que puedan convertirse en propietarias de propio derecho de la casa que han creado.

Muchas personas siguen visitándonos. Muchos preguntan por qué no hacerlo en sus propios países, por lo que el microfinanciamiento ha empezado a extenderse. Existen actualmente casi cien países en los que hay programas de tipo Grameen, con los mismos resultados. Una vez más, me planteo la pregunta: ¿Es legítimo decir que los pobres no son aptos para recibir préstamos, después de haberlo demostrado una y otra vez, año tras año, mostrando con qué diligencia pagan su crédito y al mismo tiempo cambian sus vidas? ¿Puede decirse que los pobres no son solventes? Para mí es muy razonable decir que la verdadera pregunta que debe plantearse no es si los pobres merecen la confianza de los bancos, sino si los bancos merecen la confianza del pueblo.

Hemos creado una estructura de instituciones financieras a la que la mitad de la población del mundo no tiene acceso. Todas las instituciones financieras que hemos creado alrededor de nosotros sólo tratan con la mitad más alta de la población del mundo. La mitad más baja no tiene ningún acceso a todo eso. Probablemente ellos no saben lo que pierden, porque nacen en esta situación, no saben lo que es contar con servicios financieros de todo tipo.

Supongamos que todos nos despertáramos mañana y nos enteráramos de que todos los bancos, todas las instituciones financieras, han dejado de funcionar de repente. ¿Cuál sería nuestra sensación? ¿Cómo seguiríamos con nuestras vidas? Nuestras tarjetas de crédito no funcionan, los cheques no funcionan, los bancos no funcionan. Nada que tenga que ver con el sistema financiero funciona, ni la bolsa ni los fondos de inversión. ¿Cómo sería la vida? Sería como la de toda esa mitad de los habitantes del planeta que no tienen nada de esto.

Ahora, imagínense otro escenario. Supongamos que las personas que ahora rechaza el sistema bancario se despierten mañana y se enteren de que de repente cuentan con todo tipo de servicios financieros: tarjetas de crédito, chequeras, cuentas bancarias, bolsa. Su economía estaría en auge, vibrante, su actividad saldría a chorros. Y ya no serían pobres, porque las personas tienen su propia capacidad para cambiar sus vidas. Cada ser humano está dotado con una enorme capacidad, un enorme potencial, pero la sociedad no permite que ésta salga. Utilizo el ejemplo de un árbol bonsái. Es un árbol grande, pero al ponerlo en una pequeña maceta, sólo se convierte en un árbol pequeño. No crece más porque no tiene el apoyo para crecer. Las semillas son las mismas, pero debido a que el apoyo es muy pequeño, no crece. Los pobres son iguales que cualquier otro ser humano, con toda la capacidad que tiene cualquier otra persona, pero no tienen el apoyo de la sociedad. Por tanto, son pequeños. Y los miramos como negligentes: “Mira, no han crecido, son pequeños.” No nos sentimos responsables.

La pobreza no es obra de los pobres, sino del sistema que hemos creado alrededor de ellos. Tenemos que volver al principio y enterarnos de cuáles son las instituciones que los rechazan: ésa es la parte importante.

Hemos declarado el objetivo de desarrollo del milenio, y el mundo entero ha participado. Todos los líderes mundiales, todas las naciones, han firmado para reducir el número de pobres en el mundo a la mitad para el año 2015. No hay ninguna polémica, todo el mundo está de acuerdo, existe un consenso global. Pero, después de firmar el documento, ¿qué hacemos para lograrlo? Ésa es la pregunta que nos tenemos que plantear. ¿Qué estamos haciendo al respecto? Ya han pasado dos años y quedan trece, ¿vamos a llegar al 2015 y simplemente olvidarlo sin más, tal como hicimos –recordarán– en las décadas de los ochenta y los noventa? Educación para todos para el año 2000. Salud para todos para el año 2000. Muchas cosas para todos para el año 2000. Y el 2000 llegó y se fue. Ni siquiera nos molestamos en averiguar lo que habíamos logrado. Todo cayó en el olvido.

Espero que el 2015 no llegue y se marche de esta manera. Tenemos que tener mucho cuidado, trabajar mucho, para asegurar que este compromiso mundial se mantenga. Al intentar conseguirlo estoy seguro de que prestaremos mucha atención al microcrédito, porque es un instrumento que cambiará las vidas de los pobres radicalmente. Otro aspecto será la tecnología de la información. Si se logra llevar la tecnología de la información a los pobres, junto con el microcrédito, ambos serán herramientas muy potentes para ayudarlos a salir de la pobreza con su propia iniciativa, no la de otros. Sólo hay que llevarles los medios, y luego ellos cambiarán su propio mundo.

Ésta es la historia que quería compartir con ustedes. Espero que reflexionen sobre por qué no prestamos dinero a los pobres, por qué no les llevamos todas las demás facilidades que disfrutamos nosotros mismos.

Muhammad Yunus

Células cancerosas

Las células del cáncer son aquellas
a las que se les olvidó cómo morir.
Enfermera,
Royal Marsden Hospital

Se olvidaron de cómo hay que morir
y, así, ensanchan su vida tan letal.

Yo y mi tumor luchamos cordialmente.
Esperemos que no haya un doble muerto.

Necesito que muera mi tumor,
un tumor que se olvida de morir
pero que, en su lugar, planea matarme.

Pero recuerdo cómo hay que morir
aunque ya mis testigos estén muertos.
Pero recuerdo aquello que contaban
sobre tumores que los dejarían
tan ciegos y tan sordos como eran
antes del nacimiento de ese mal
que les trajera aquel tumor a cuento.

Ya secas, morirán las negras células
o cantarán y harán su voluntad.
Tan quedamente crecen noche y día
que nunca sabes, nunca dicen nada. ~

Harold Pinter

Marzo de 2002
Traducción de Hernán Bravo Varela

lunes, 6 de diciembre de 2010

Aniversario del Blog

Pues llegamos a un año más de seguir haciendo y participando en este blog que ya forma parte de mi vida. Hoy no hay recapitulación ni agradecimientos, simplemente quiero expresar que vivo un momento feliz de mi vida, es muy chido estar enamorado pero más que eso, es muy chido tener tantas amistades y que cada una de ellas te haga sentir valioso, supongo que es lo que me hace seguir sonriendo ante la vida.

Les quiero dejar 3 rolas que eschuché en la semana y simplemente no pude dejar de cantarlas, hoy no hay QVMT.





La última se las debo, todo depende de que mis planes de fin de semana se cumplan.

Noche de ronda

Luna que se quiebra sobre las tinieblas de mi corazón
Agustín Lara

Bernardo Benavides, servidor... Antes de que te lleguen con chismes, permíteme ser el primero en orientarte: has llegado a la gloria burocrática, la panacea presupuestal... Status quo, mi hermano... No rezongues, ni propongas... Hazme caso: si te da por andar de contreras, atente a las consecuencias... me permití observar que llegaste del brazo del Licenciado Revilla, viejo encomiable. Si es tu padrino, enhorabuena mano... Nadie lo desea de enemigo, ni aquí ni en China... Te hablo rápido, antes de que llegue la Señorita Rebolledo porque está prohibido intercambiar chorcha, pero con ésta me despido: No te dejes encandilar con las secres... Te juro que son mujeres falsas... Invéntate a diario pretextos para concentrarte en tus papeles, haz como si trabajaras con intensidad cívica, responsabilidad heroica o qué sé yo... Luego le seguimos, ai viene la Rebolledo...

El Licenciado Rolando Revilla cortejaba a mi madre desde que salí de la secundaria. Sólo algún vecino chismoso y malpensado podría decir que se aprovechó de su viudez y de nuestro desamparo. La verdad es que Rolando siempre ha sido como un padre para mí: firmaba mis calificaciones en la escuela, nunca me faltó ni una sola quincena para mis gastos de camión y comidas, en más de una ocasión ayudó a mi madre con los papeles de su pensión y hasta me consiguió empleo en el Departamento de Devoluciones Fiscales del Ministerio en donde había hecho su carrera administrativa.

Qué bien le haces al pendejo, manito. Te estuve observando todo el día y por ésta que parecía que estabas bien clavado en tus papeles. Ni creas que me engañaste: luegoluego se notaba que sólo andabas vaciando los cajones del escritorio que te asignó tu padrino. Ése era el lugar de Ramiritos... si vieras que era buena persona... Con todo y que has de haber hallado sus postalitas pornográficas... ¿A poco las tiraste?... Quédatelas, no seas buey. Luego te vas a aburrir y ai vas a andar buscando en qué entretenerte... ¿Te late que te invite la cena? Hoy me pagaron mi quincena, con todo y bonos... Ándale, alotra quincena te toca a ti... Ai te sigo platicando.

Mi primer día de trabajo entré del brazo de Rolando, como si en verdad fuera su hijo. Me instaló en mi escritorio con un sentido abrazo y unas palabras que jamás olvidaré: Ya eres un hombrecito. Siempre contarás conmigo, y ahora yo sólo espero formalizar mi presencia con tu madre. Ese mismo día me hice amigo de Benavides, por lo visto un funcionario con muchos años de andar en esto.

¿Que me dices de estas calles? A que ni las conocías... Ni me preguntes de los edificios... Te asustarías con lo que sé: me he aprendido de memoria los nombres de casi todos los inquilinos y hasta qué fue de ellos. Échale un ojo a ese palacito, ¿a poco no está a toda madre?... No te me canses compañero, nomás faltan dos cuadras y vas a ver qué cenita nos espera... Es una fonda a tutis plais móder... Deja que yo pida (caldo de pollo, dos sopes y muchos frijolitos aquí pa’l joven, hoy empezó labores y le toca menú de advenedizo) y deja que te comparta mis errores, pa’ que no los repitas... Mira mis dedos, amarillos. No te claves con el vicio del cigarro. No te lo digo por salud, sino por aspecto. A mí me vale madres si te encochinas los pulmones... Lo importante es tener manos inmaculadas... por los papeles... por los saludos... ya verás por qué te lo digo. Ora, mira mis dientes: son postizos... Si no quieres acabar así: aplícate la pastillita de fluoruro diario, cepillazo en las noches... En este oficio se precisan sonrisas enigmáticas, fosforescentes, bien brillosas... Ahora, mira mi cara, ¿qué le ves? Arrugas y una cicatriz... no te la pases como yo, risa y risa, mira las arrugas... No tienen solución (tráiganos una jarra de jamaica, éste la va a necesitar)... De la cicatriz, sólo te digo que te pongas muy chango... En este mundo hay muchos envidiosos y por todos lados hay rateros... estamos rodeados de puros culeros... Chango, mano, siempre alerta... (¿Qué pasó con los chilitos, doña? Me extraña que siendo araña se caiga usté de la paré)... Te ves cansado... Mañana le seguimos... Descánsale...

Mi madre me esperó hasta casi las nueve de la noche. A la pobre ya le andaba por saber cómo me había ido y nos quedamos platicando hasta casi las doce. La sentí muy emocionada, y hasta orgullosa, pero con todo y todo no se perdió su capítulo de Anita de Montemar, esa telenovela que rige sus emociones y hasta le dicta sus criterios. No hay quien la sonsaque de que el libreto de esa opereta es viejísimo y que los anuncios de los patrocinadores son de puros productos caducos... bien superados por los de importación. De todo lo que le platiqué, se le hizo muy importante que tuviera ya escritorio, ventana y papeles; no le gustó que hubiera muchachas entre los diecisiete funcionarios que ocupamos esa sección de la dependencia; tampoco le gustó mi reciente amistad con Benavides (No vaya a ser un degenerado mijito. Uno nunca sabe) y le emocionó francamente el chisme que le conté de Rolando, las palabras que me dijo al instalarme en mi puesto. Esa noche y las siguientes, caímos dormidos como piedras. Hasta el momento no puedo quitarme de la cabeza cómo me cambió la bendición: Déjate descansar mijito... Llevo años preparando estos momentos con Dios y con Rolando... Con el trabajo entraba a una nueva vida, mi madre ya no me daba bendiciones de niño ni de ángeles de la guarda... Me sentí un hombre... Con todo el significado que implican sus sílabas.

¡Puntualazo! Así me gusta y así no vas a tener broncas con la Rebolledo. Aprovechando que no está (va’llegar como a las once... hoy hay guardia en Los Héroes) te traje mis catalejos. Apunta pa’ las azoteas, amiguito, ya verás cómo anda la servidumbre en este valle de lágrimas (¡Hay una que lava los martes que ya verás que tamaño de piernón loco!)... ¿Qué más te has encontrado en los cajones de Ramiritos? ¡Pobre cabrón! Pa’ mí que le faltó valor y paciencia... Se le hizo poco el Departamento y ai andará vagando como pendejo... Nos vemos a la salida... Te invito a cenar... No te apenes, ya te tocará... cuando cobres tu primera quincena.

Mi puesto en el Departamento de Devoluciones Fiscales no sólo me abría las puertas al desarrollo profesional (por algo elegí no estudiar en la Universidad), sino que además me descubrió la Ciudad que yo desconocía. Ya me lo había advertido Rolando (¿Hace cuánto que no vas al Centro? Tu vida transcurrió en un lindero, ¡espérate a que conozcas de verdad la grandeza de tu Ciudad!) Desde la ventana que tocaba mi escritorio se veía el volcán nevado (que siempre se me olvida su nombre) y echaba borbotones de humo gris que se mezclaban con la blanquísima nieve y luego con el verdísimo y los ocres de la lejanía. Bajo la ventana, el paraíso multicolor de los vendedores deambulantes de la Plaza Mayor, con el Mercadito de la Virreina en medio. Enfrente, la Catedral Basílica, en donde está nuestra Madre, y al lado el mismísimo Palacio Imperial.

¿Ya te subiste al de abajo? No güey, no es albur: el de abajo es el Subterráneo... logro máximo de nuestra Holy Revolution y joya de nuestra ingeniería moderna, como dijo el Preciso Díaz Medina el día de la Inaugaration, “el Metro es la resurrección de nuestros canales prehispánicos”... ¿A poco te vienes en camión desde tu casa? N’ombre, si lo que mejor te conviene es el Metro de la Estación Coyotes (de retache, ai mismo tomas el camión pa’ tu casa)... diecisiete estaciones (nomás acuérdate que somos diecisiete en la office y nunca pierdes tu bajada)... Te queda a dos cuadras de la Plaza... ¿Cuántos días llevas ya en el Depa de Devoluciones Fiscales? Espérate a que pases tu primera quincena, o mejor, a partir de la segunda, y empieza a pedirme Comisiones de Indagación. Son los papelitos que hago en la oficina... son como vales y con ésos te da salida la Rebolledo... ¿Cómo que para qué? Pa’ perder tiempo, güey. Además, ¿cómo esperas deambular la Cuidad más inmensa del mundo, si no es tomándote tiempitos lejos de la chamba?

En vísperas de mi primera quincena tuve mi primer arrepentimiento. Salí del Departamento sin despedirme de Benavides. De hecho, lo evadí. Pensé que correría a alcanzarme en la Estación Plaza Grande del Subterráneo y dale de nuevo con la cenita de advenedizos. Pero en la puerta de la Secretaría, tomé camino hacia el otro lado y me monté en la bicicleta colectiva hacia la estación del Metro Teatro Blanquito, la que está cerca del Palacio Mármol. Catorce días de recorrer treinta y dos kilómetros diarios, trece días de andar por debajo de la tierra sólo porque así lo recomendaba Benavides, casi una quincena de no hacer nada más que limpiar cajones y archiveros de un burócrata papelero... Dos semanas de hacerme pendejo, de ver por la ventana como quien mira un paisaje pintado, de no poder coquetear con las secres de la oficina ni con las gatas que adornan las azoteas... Pero mi madre mantenía la misma ilusión del primer día y seguía durmiéndome con la bendición de adultos... Mi arrepentimiento no pasó de pensamientos perdidos en el vagón del Metro. Toda intención por abandonar mi trabajo y enrolarme en la Universidad se desvaneció apenas crucé el umbral de mi casa. Mi madre se había quitado el luto y era la primera vez que la veía en colores desde que hice la Primera Comunión y la casa estaba inundada, repleta, llena de aparatos y aparatitos: licuadora, estufa de cuatro quemadores, refrigerador (chiquito, pero refri al fin), ventilador de mesa y, desde luego, una inmensa televisión de colores. Es que en los Almacenes Azteca, desde que se enteró el Gerente que trabajas –y en el Departamento, y además recomendado por Rolando– me concedió crédito... ¡Estamos en la vida, mijito, y todo se lo debo a tu decisión... y a la ayuda de Rolando... y a la misericordia de Dios que así sea!

Ayer te me pelaste condenado: ¡No vieras la que te tenía preparada! Resulta que Coquis y Lupita no son tan falsas como creí... Y resulta que les gustaste y ya teníamos preparada una velada exorbitante... Pero me saliste con la nerviolera de la primera quincena... ¡Claro que lo sé! A todos nos pasa... Apenas vas a cobrar el primer chequecillo y se nos arruga el alma... nos da por pensar que cualquier otra cosa sería mejor que la de trabajar, aunque nos paguen... ¿Por qué crees que fallamos los penales en el fut? ¡Por lo mismo, güey! A todos se nos arruga alóradelora... Pero no te me achicopales, amiguito. Hoy cobras y no en cheque: me enteré que la Rebolledo ya te cambió tu lana a billetes y monedas, crujientes y sonantes bróder... Y ai te va lo mejor: por encima de mi escritorio pasó el oficio, firmado por el mismísimo Licenciado Rolando Revilla, en donde ordena el depósito quincenal en cuenta de ahorros a nombre de tu jefecita; pa’ ti, varias Comisiones de Indagación a la semana y dos bonos mensuales en puritito efectivo... ¡Ya la hiciste, mi buen! A mí me tardaron tres años antes del primer bono y a la fecha no me han autorizado lo de la cuenta de ahorros... ¿Cómo que pa’ qué?... ¡No mames pinches mames! Tu lana es tu lana, y con lo que le depositan a tu jefecita queda saldada tu obligación de hogar... ¿No entiendes, verdá?... Revilla te está becando la vida, güey. Te dije, ni reclames ni propongas, sólo hazte pendejo (que, por cierto, te sale muy bien) y gózale... gózale, mi buen.

Quería decirle a mi madre que mejor intentaría estudiar en la Universidad, pero los electrodomésticos me hicieron callar. A la pobre se le veían los ojos llorosos, no sé si por la emoción o por ver tan de cerca el televisor (además, a colores: para ella, que siempre había andado de luto). Ni hablar de la cena (¡cuál menú de advenedizo ni qué ocho cuartos!): filete de carne pura de res, leche pura de vaca, queso-queso de leche y pan de huevo... Si nomás por nostalgia le pedí tortillas. Mi sobremesa se volvió más bien una hipócrita descripción de mentiras con las que yo dizque “dominaba” el ancho mundo... Le exageré lo del papeleo en la oficina, le inventé que ya firmaba los oficios y hasta que dictaba ordenanzas. A tanto llegué que, cuando terminó Anita de Montemar (ahora a colores) y empezó el noticiero con la alharaca de las humaredas que sigue escupiendo el volcán que se me olvida su nombre, la convencí de que había estado tan ocupado en el Departamento que ni tiempo tuve de mirar por la ventana... Como película de cine, la pobre quiso darme un cumpleaños adelantado y entonces sacó la radiograbadoratrescanalesdiscocompactodigital de Almacenes Azteca... Sucumbí y se acabaron mis ganas de renunciar a la burocracia, ingresar en la Universidad... Esa noche dormimos con música. Ya me ganaba el sueño cuando me dio mi bendición... al fondo, las voces del Trío Los Panchos armonizaban la noche como un verdadero coro de ángeles...

¿Cómo ves? Te lo dije, compañero. Ai tienes el comprobante de depósito, guarda tus bonos en tu escritorio y las Comisiones de Indagación bajo llave. Son oro puro, mi buen, yo sé lo que te digo... Está por llegar la Rebolledo, así que te informo rapidito... La onda es noche de ronda... tunait, hoy, orines de gato y no se vale rajarse... Ya están apalabradas la Coquis y la Lupita... Noche de ronda, compañero, ¿Revilla y Rebolledo? ¡La vida misma!... Yo sabía que m’ibas a salir con eso, pero permíteme que te lance la verdad: Revilla en persona, que es como decir que personalmente, le va a entregar la cartilla de ahorros a tu jefecita. Yo mismo vi los sellos y la firma del Meromero en el oficio que le permite tomarse la tarde de hoy quincena... Sé que la verdad es dura mi valedor, pero tampoco te hagas el péndex... ese noviazgo lleva años y hoy, siendo jueves, el Licenciado Revillazo se toma toda la tarde y, como quien dice aprovechando, también el viernes para Comisión de Indagación (yo mismo sellé los vales) y ten por seguro que quiere pasársela con tu santa madre... Así que resígnate carnalito y prepara tus pilas for tunait is Rondas Nait... ¡Aguas, ai viene la Bruja!

¿Soñé? ¿Se me saldría en la sobremesa? ¿A poco pensé en voz alta?... No me acuerdo, el caso es que me veo hablándole en voz baja... estamos en mi casa, rodeados de electrodomésticos... Me veo describiéndole la Avenida Renovación... ocho carriles, más de cien coches zumbando sin tener que obedecer ni un solo semáforo... la esquina de Héroes Derrotados con la Calzada Reivindicación... una camarilla de ocho jovencitos realizan una limpieza integral de parabrisas, carrocería y espejos en menos de treinta segundos... Hablé del atrio de la Capilla Antonina donde se juntaban los más audaces tragafuegos... Le conté o soñé que, desde la ventana de mi escritorio, se ven las filas de los desempleados en espera de un milagro: plomeros, carpinteros, abogados, contadores, filósofos, ingenieros, poetas, arquitectos... todos los oficios recargados en las rejas de la Catedral Basílica con su respectivo letrero anunciando sus tarifas con el sello de la Oportunidad Democrática, el mismo sello que usamos en todos los oficios del Departamento... Hablé de calles que parecen de otra época, con edificios cargados de siglos y a la vuelta edificios caídos con el Gran Terremoto que desde entonces no han podido levantarse, a pesar de Oportunidad Democrática... Todo cabe en la ciudad, madre. He visto vendedores de libros que nadie lee, cerilleros que venden encendedores, calendarios caducos, horóscopos mentirosos, dietas falsas, dulces rancios, viajes inconcebibles y seguros de vida desfilando en cada vagón del Metro... Hay periódicos de colores y puestos con más de setenta revistas que cambian cada cuatro días y perros de todas las razas y pájaros soñolientos por la contaminación ambiental... He visto todo, madre. Todo, que me marea... Chiles en polvo y frutas enchiladas, ratas que son como liebres y ancianos que lloran solos, legiones enteras de hombres con lentes oscuros y rebaños de mujeres tristes, niños apretujados a las espaldas de las inditas en un rebozo que es como una hamaca, hablando-cantando lenguas que jamás había escuchado. Millones de voces deambulando en boca de las más raras caras, bocas chuecas, lunares horribles, labios pintados y ojos volteados. He visto pies descalzos, con botas, en sandalias, con huaraches... ¿Soñé? ¿Pensé?... Hablé de faldas abiertas hasta el muslo y faldones que caían hasta el huesito. Hablé de escotes y de escaparates repletos de prendas íntimas... ¿Cómo pude decírselo o siquiera soñar que se lo decía? A mi propia madre, que lava en secreto sus calzones para no meterme ideas... He visto la felicidad anónima en gentes que apenas caminan, en las caras de los locos que chocan coches, en la ira de un hombre pegado a la sirena de una ambulancia y en la desesperación de un policía... He visto un ángel de oro puro que parece que vuela sobre las calles anchas y letreros por todos lados y estatuas de caballos inmensos con jinetes desconocidos... Todos los días veo el mismo avión, grandísimo y pesado, que se posa en la pista de Los Llanos como si fuera una garza, justo en medio de la Zona Multifamiliar... He visto tantas cosas, madre, que estoy cansado... Son demasiados ruidos... demasiadas ideas revueltas en tan poco tiempo... Yo no quiero terminar como Benavides... Hay gente hablando sola por las calles... Todas las miradas me parecen perdidas... Estoy en una pecera, sentado en mi escritorio... ¿Por qué me cansa la vida, madre?... ¿Soñé todo esto?... ¿Por qué se murió papá?... ¿A donde se nos fue?

¿Tons qué? ¿Ya te hiciste a la idea? Noche de ronda, mi amigo... Ni me salgas con eso, mano. Tu madre ya se merece una pareja, Revilla ha hecho mucho por ustedes y no hay más que hablar. No te des más vueltas. La única vuelta que te toca es tunait con Rondas Nait... Pa’ que no te agüites, ai te va el delirio: estamos amarrados al Departamento mejor remunerado que ha dado la Oportunidad Democrática; somos jóvenes (tú más que yo, aunque yo no canto mal las rancheras) y tenemos toda una vida por delante (quincenas, comisiones, bonos, vales, ahorros y papeles y más papeles)... agrégale dos nenorras que han resultado ser más aventadas de lo que parecían (es más, te dejo a la Coquis pa’ que veas que soy cuate) y tu primer pago ya con depósito y bonos abonados te lo entrega la Bruja Rebolledo en exactamente cuarenta y cinco minutos y en billetes crujientes, pagaderos al portador y en monedas contantes y sonantes. ¿Qué más quieres, güey?... Así que déjate de pendejadas y de andar rumiando... No, para nada Señorita. Sólo estaba felicitando al compañero por su primera quincena en el Servicio. Sí cómo no, en seguida. Con permisito...

Dormía y escuchaba la voz de mi madre en colores. Dormiste muy mal, mijito. Me pareció oírte llorar, y hace mucho que ya no hacías eso... Te tengo un tecito de maravillas, el Japi Espiris que anuncian en la tele... A ti te debo esta despensa, mijito... Ándele, báñese y alístese que hoy es día grande... Vas a desayunar fresquecito, ya te prendí el ventilador, y además con noticias en la tele... Ya mejor ni le pregunté si hablé dormido. Tampoco me animé a decirle que preferiría no cobrar, que desearía seguir anónimo y sin voz que envejecer burócrata y con nómina. Le rompería lo poco que le queda de vida... es joven y no quiero pensarla vieja, pero todos los años de luto y soledad le han envejecido las ideas... Siempre andaba como sonámbula, como si le pesaran los recuerdos. Ahora siento que todo este tiempo sólo anduvo sopesando que Rolando me colocaría en un trabajo y ahora veo que tanta alegría por la despensa y tanto alboroto por los electrodomésticos son como si distrajera su cabeza por haberme negado la Universidad... Como si me hubiera vendido a los gitanos... Como si regalara a la Oportunidad Democrática... otro sacrificio en el altar de la Patria, igualito que los Héroes Cadetes del Bosque...

¡Ajajái! ¿Qué se siente? Retacada la cartera y forrado el saco, hasta monedas pa’ propinas. ¿Te preguntó algo la Bruja? Por poquito y nos cacha... Se me hace que ya le gustaste también a la Rebolledo. Línguili-línguili, ligador. Pero ni se te ocurra, ésa sí que te devora: una de ésas te hace casarte con ella a güevo y te vuelve un esclavo que no te la acabas... ¿Sigues con eso? Pues entonces háblale a tu mamacita, ai’stá el teléfono... ¡pues órale güey!... Háblale y calma tu neurona... ¿Y no hay quién le pase recados? Pues habla a la tiendita de la esquina, pero eso sí, a la próxima quincena cómprale un teléfono... Revilla de segurito te tramita el oficio de volada...

¿Ya tranquilazo? Sale, ahora vamos a Los Espejos y nos echamos por lo menos cuatro brindis... No te apures, si no se trata de empedarse. Pide limonada o lo que sea, de todos modos, el delirio que te espera con la Coquis no te lo vas a acabar... (Para mí, una piedra doble y pa’l advenedizo una limonada... No se burle que nos vamos.) Es que ganan más si te empedan y les duele servir limonadas... Ni le hagas caso, que te tengo que contar el plan... ¿Te gusta la música? ¿De qué época? ¡Sácale, me saliste más locochón de lo que pensaba! Bueno, ya habrá tiempo para esos ritmos rocanroleros... ¡Salud! Por tu nueva vida... Te lo pregunto por que los jueves de quincena hay un código de todo el medio burocrático: es día de China libre, barra libre, todo libre... ¡Delirio total, fuera máscaras... la vida misma!... Perdón (¿nos trae otra ronda?), a lo que iba: hasta que triunfó la O.D. los funcionarios y servidores estábamos condenados a andar como sonámbulos, como zombis de la chamba a la casa y de la casa a la chamba. Pero llegaron los nuevos tiempos (¡Salud!) con jauja y de unos años pa’cá se ha popularizado el delirio, ¡la verdadera vibra, pa’ que me entiendas, tú tan rocanrolero! Desde luego hay mamones que siguen de zombis, pero cada quincena aumenta el número de iluminados que le entran al delirio que estás apunto de descubrir... Ai te va: cada jueves de quincena se convierte en un baile de máscaras... como un sueño... como película de cine, pero a la carta, mi hermano... (¡Otro salud!, porque deveras me emociono)... Es como una telenovela que escribimos todos los profesionistas profesionales, todos los pedestres pedernales de esta méndiga Suidad... toda una red de changarros, tugurios, antros, bares, discotecas, cafés, restaurantes, cines, museos y hasta iglesias metidas en esta onda... No, no te me espantes, no estoy pedo ni drogado... En cuanto me acabe este trago, nos vamos al Bodegón de Prendas (es como un Almacenes Azteca pero de ropa y sólo entran los que trabajamos en el gobierno de la O.D.)... No güey, si no vamos a comprar nada. Todo se alquila (ya pasado mañana te reembolsan lo que dejes en prenda por las prendas, valga la redondancia)... Vas a ver, el Bodegón está lleno de ropa, enseres y detallitos pa’ disfrazarse... No, no es broma, güey. Pélame y escucha: se trata de disfrazar el delirio, cualquier antojo que traiga cada quien... Claro que puedes ir solo, pero lo mejor es juntar un grupito, definir el divague común entre todos y a divertirse... ¡Por algo triunfó la Oportunidad Democrática en este pinche país!... (Otras aquí, igual )... Sí, orita nos vamos... Así empieza tu Noche de ronda. Si quieres, a la próxima quincena nos la aventamos rocanrolera, pero para hoy ya está preparada la onda Rondas Nait... Además, a las nenorras les latió más así y ni modo de cambiarles la jugada... ¿Ya te intrigué, verdá?... ¿Cuáles instrucciones? Aquí no hay reglas. Todos nos vestimos a la Agustín Lara, en el Bodegón hay de todo: esmóquines, trajes de pachuco, sombreros a la Jomfri Bógar, cigarreras de plata... ¡hasta coches, güey!... La Coquis y la Lupita se van a vestir de rumberas (¡Salud!, y las del estribo... sí, ya tómate un fuerte, ni que te me fueras a mariar)... La onda es que ya andamos tantos metidos en este vals que no es clandestino ni secreto... ¿La ley? ¿Cuál? Si los que andan vestidos de policía también bailan en la misma frecuencia, compañero. ¡Todos disfrazados para Rondas Nait!... Del Bodegón de Prendas nos vamos –¿te gustaría en un Packard ’46?– derechito al Antifaz Rojo... N’ombre, ya verás qué club... un tugurio de lujo: palmeras de neón, pista circular, mesitas con lamparitas, meseros de filipina blanca y ¡qué orquestones!... Dansin an dansin hasta las dos de la mañana, bróder... y de allí, al Piano Bar, apoyado sobre la cola del pianazo pa’ cantar puras de Agustín Lara, con el mismísimo Flaco de Oro pa’ que se nos ablanden la Lupita y la Coquis... N’ombre, güey, no es el Agustín Lara de adeveras. Se me hace que te estás empedando... Es idéntico y canta igualito, pero no es el mismo... Dos horas de bohemia pura y luego (Otra piedra doble, plis)... Perdón, ¿en qué me quedé?... ¿Ah, verdá? ¿Ya te dejé picado?... Luego del pianito, nos montamos de nuevo en el Packard, ya muy juntitos los cuatro, tomamos la carretera a Las Esfinges y derechito al Hotel Encanto, que tiene la misma ambientación para tu Noche de ronda... ¡Órale! Vámonos ya, nomás me acabo este traguito... págale al señor... Ahora te tocaba pagar a ti... Vas a ver qué reventón, te va a encantar... Claro, luego la armamos rocanrolera, con todo y Elvis, güey...

No es un sacrificio. Mi madre luchó muchos años para sacarme adelante, la mera verdad, y lo menos que puedo hacer es recompensarle todo su esfuerzo. Se merece todos los electrodomésticos que se le antojen. No pierdo nada, y al contrario, gano mucho… tengo un puesto en el Departamento de Devoluciones Fiscales, nada menos… Aunque Bernardo Benavides y hasta la propia Señorita Rebolledo y hasta los quince nombres que hacen el bulto sean acomodaticios inmóviles, estoy seguro de que hay progreso para mí en la Secretaría… Ai’stá Rolando: si está tan arriba es porque empezó desde abajo y quién me dice que el tal Ramiritos, que ocupaba antes mi lugar, no esté ahora cobrando en un puesto más importante… más billetes crujientes… mejores bonos… más ocio. Además, viajar en Metro me divierte y ando de punta a punta como un autentico viajero... En la Universidad hay puro sonámbulo... a mí me cuadra más deambular despierto... ¿Hablaría dormido con todas las arañas que traía en la cabeza?... Pobre de mi madre...

¿Cómo lo sientes? Te queda al puro pelo. Ni mandado hacer encuentras un esmoquin así... ¿Cómo me ves? Idéntico a Pol Jáinrid, el de Casablanca, güey... Ya verás cómo se van a ver las nenorras y ya verás qué antrazo el Antifaz Rojo... ¿Te gusta en negro el Packard? Pues, órale maestro, manos al volante... No importa, yo manejo. Pero pa’ la próxima tienes que aprender a manejar, amiguito... ¿Cómo la ves desde ai? Hasta parece película, ¿no?... N’ombre, no seas pendejo, ¿cómo van a cambiar toda la ciudad para una sola noche? Es la misma, nomás que no es igual... Velo como escenografita... ¡Todos de Noche de ronda! Préndele al radio, a ver qué nos toca oír... ¡Déjale, es nada menos que Dámaso Pérez Prado, señores y señoras, y no chingaderas!... Ésas sí son canciones, compañero... Relájate, buey... escucha esta vibra y déjate llevar...

¿Son sueños? ¿Me drogaría Benavides? ¿Soy sueño? Siento que viví todo el delirio tal cual lo organizó Benavides... ¿Quién organiza qué?... Las calles de esta misma ciudad convertidas en otras, parecidas, casi idénticas... coches descontinuados circulando como si ayer los hubieran verificado por la contaminación actual... cientos de gentes disfrazadas, con la misma moda de burócratas en “noche de ronda”... En un semáforo, Benavides compró con billetes antiguos y devaluados un cacho de lotería ya caducado por décadas... en ningún lado había cigarros con filtro (se acaban joven, se acaban)... la radio mandando saludos de mentiras, informando de guerras que ya sabemos quién las ganó y tocando boleros olvidados... ¡Qué inmensa farsa burocrática!... La Coquis besándome como si me conociera de años... y yo bailando ritmos que sólo conocía por la televisión... Desde que entramos al Antifaz sentí que nos seguía una mirada... Toda la noche lo vi viéndome varias veces... Pensé que vendería droga o que sería uno de los productores de esta película de cine que ni acabo de entender... Hasta creí que era amigo de Rolando y que quería revelarme la broma de este carnaval de burócratas alcoholizados... En el Piano Bar se me volvió a quedar mirando, pero ya estaba asombrado con el pianista... ¡idéntico a las fotos y la misma voz que las películas de Agustín de adeveras!... El de los ojos me seguía mirando... aproveché que Benavides cantaba abrazando a las dos secres borrachas para escaparme al baño... allí me abordaron los ojos...

Haga lo que tenga que hacer, como si no estuviera yo aquí... Si nos sorprenden es peor. Usted es el hijo de Ornelas y acaba de ingresar al Departamento de Devoluciones Fiscales. ¿Qué de dónde lo conozco? Me llamo Rodolfo Ramírez... Ramiritos... usted heredó mi escritorio... No me interrumpa, apenas tenemos tiempo... Conocí bien a su padre, llegamos a ser buenos amigos... hasta que Rolando Revilla lo mandó desaparecer... lo hizo con muchos... lo intentó hacer conmigo, hace ya años... ¡Cálmese! Apenas tenemos tiempo... Revilla dejó papeles, oficios sellados... se descuidó... dejó pruebas de las desapariciones... de la deliberada ocultación que le endilgó a tu padre... ¿Qué por qué lo desapareció? Para quedarse con su puesto y, tal como lo trabajó desde hace años, con su madre y con usted... Pero se descuidó... hace tres meses llegó el expediente a mi escritorio... el mismo que ahora ocupa usted... O se equivocó Revilla o algún archivista olvidó quemar esos papeles... Usted comprenderá, para mí fue como encontrar un tesoro... la explicación palpable a toda la irracionalidad que venía yo viviendo desde que ingresé al Departamento... Por unos días, fui dueño de una secreta verdad inobjetable, pero alguien me descubrió y delató... Revilla me mandó desaparecer... ¿Qué por qué no me mató? Si estamos todos muertos, muchacho... En mi época, me durmieron con el café... A ti te tocó ir a cenar con Benavides... “Menú de advenedizo”... no hay escape... ¿No notaste rara a tu madre desde el primer día de tus labores?... Seguramente te hicieron efecto rápido las aguas de jamaica o las limonadas... A ella, de seguro le endilgaron el veneno en las despensas (en la leche, la mantequilla o las infusiones para toda queja) y luego la marearon como compensación con el placebo de los electrodomésticos... Así es con todos... Lo único que nos queda es la huida... No preguntes... Es lo menos que puedo hacer por ti... Se lo debo a tu padre... Te espero a las siete de la mañana en la Estación de Los Llanos... Lo podemos lograr... Ya lo arreglé...

Salí del baño como si entrara a un sueño. Algo le transmití a Benavides en cuanto volví a la mesa porque se puso nervioso y le entraron las prisas por irnos al Hotel Encanto... La Coquis ha de comprender que yo nunca había estado así con mujeres. Por algo prefirió quedarse dormida ante mi falta de interés... Dormida, aunque yo la veía como muerta... Desinterés, cuando en realidad lo que sentía era asco y pavor.

El asco que siento por Rolando. Asesino disfrazado de padrastro. Burócrata que me reclutó para tapiar uno más de sus crímenes. Asco de Benavides que ahora me entero que me fue matando lentamente con sus cenitas y sus orientaciones turísticas. Asco y náusea de reconocerme parte de esta ciudad de muertos, noche de almas deambulantes que se disfrazan con cualquier dimensión de sus antojos. Asco de este delirio que me hizo salir corriendo del Hotel Encanto.

Si supiera manejar, me habría robado el Packard. ¿Robárselo a quién? Por lo menos, tiré a la alberca las llaves de ese coche fantasma y salí corriendo del hotelito de la muerte para que ni me siguiera Benavides. ¿Será mi padre el que permitió que se detuviera un camión que venía de Las Esfinges?... Un camión redondete, de estos que circulaban hace años... que sólo se ven en el cine... o en el juego macabro del que creo huir.

Pavor más que miedo al volver de madrugada a esta oficina y llenar estas hojas que no sé si existen o si las quemará un archivista o las leerá otro muerto. La madrugada me trajo aquí, quizá para no ver a mi madre dormida y muerta en brazos del difunto asesino Rolando Revilla. Dan pavor estos pasillos abandonados, esta ventana al desierto desde este Ministerio Inexistente... Pavor en cada papel... hoja por hoja –con sellos, con lemas, con rúbrica– que me confirman lo que me confió Ramiritos... Paso a paso, la crónica de mi propia amnesia... la desaparición de mi padre... la liquidación del propio Ramiritos... la muerte de Benavides en 1946... la muerte de mi madre el día que entré a trabajar... mi propia muerte.

No sé si sueño que muero o vivo ya muerto en este silencio de asco y de pavor... En la Catedral Basílica han sonado ya las campanas del rosario... A este Ministerio de Muertos empezarán a llegar los fantasmas que fingen hacer la limpieza, los burócratas deambulantes y puntuales... Ramiritos ha de estar esperándome en la Estación de Los Llanos... ¿Para montarnos en un tren a dónde? ¿Un avión a qué época?... Siento terror de náusea... Siento que me vence el sueño... Cada mueble de esta oficina huele a perfume de la Rebolledo... El mismo perfume que usará ahora mi madre... Suena el teléfono de mi escritorio... La claridad de la ventana empieza a delinear la desahuciada silueta de esta cuidad inexistente.

Jorge F. Hernández

domingo, 5 de diciembre de 2010

Inuyasha

Después de varios meses de dedicarme a ver el anime titulado Inuyasha por fin llegué al final de una serie maravillosa. Alrededor de 200 capítulos fueron necesarios para contarnos la aventura de Kagome e Inuyasha para acabar con Naraku que se apoderó de la Shikon.


Aunque la historia está llena de fantasía, me parece que tiene elementos muy maduros que hacen que esta serie sea considerada una de las mejores que se han creado. No cae en el humor exagerado, se manejan temas de amistad y traición y hay una bella historia de amor que le da fuerza en todos los capítulos.


Ver al Moje Miroku casarse y tener tres hijos con Sango, ver el verdadero corazón de Seshumaru y por último la decisión de Kagome de estar al lado de Inuyasha son elementos que dejan un gran sabor de boca y que simplemente no ocurren tan seguido en los trabajos de occidente. Ampliamente recomendado si tienen oportunidad.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Broma pesada


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Que asco de vida

Hoy, estaba recogiendo las cartas del buzón. Entre carta y carta me he encontrado una hoja en la que ponía zorra, le dado la vuelta y era una foto de mi hija desnuda.

Hoy, después de 9 años mi novia me ha dejado por que dice que mi mejor amigo folla mejor que yo.

Hoy, mi madre ha decidido que va a vender a mi perra. Me ha obligado a escribir a mí los carteles, mientras lloraba.

Hoy, al salir del colegio (estoy en segundo de bachillerato) he visto a cuatro chavales insultando y pegando a mi hermano de 13 años, he ido corriendo y he empezado a repartir hostias. Ellos, han salido corriendo diciendo que se chivarían. Esta tarde han llamado del colegio. Estoy expulsado por agresión a unos alumnos.

Hoy, me he enterado de que mi madre fue prostituta antes de casarse con mi "padre".

viernes, 3 de diciembre de 2010

Potencia Exportadora


Si nos referimos a mariachis, producción de tequila, huelgas de hambre falsas y reos con excursiones programadas, es posible que seamos una potencia; pero les comparto este espectacular que vi de camino al trabajo y me puso a pensar algunas cosas.



El anuncio reza “México se consolida como potencia exportadora”. ¿Qué tal les parece esta afirmación?
A simple vista podemos pensar que si lo dice un letrerote debe tener algo de razón. ¿Que no México exporta retehartas cosas?

¿Cuántas personas pasarán frente a este espectacular y lo absorberán sin meditarlo? Se mimetiza entre anuncios de refrescos, conjuntos residenciales y demás. Lo cierto es que miente o al menos exagera.
México antes de la Copa Mundial de Fútbol estaba rankeado en el lugar 17 de la FIFA, ¿podríamos decir que éramos una potencia? Por cierto después de Sudáfrica estamos en el lugar 24.

Pues después de una analisis intenso de 3 minutos en Google veo que México es el lugar 14 del mundo en exportaciones, ¿entonces podríamos decir que somos una potencia? Estar entre los 14 mejores de algo no te hace ser potencia en nada. ¿O sí?

Lo publicistas y los que escriben los discursos siempre confían en que uno creerá lo que lee en letras grandes pero no siempre sucede.