lunes, 30 de mayo de 2011

QVMT

Verónica regresa y Borja en una peli.

Recordando


Hoy amanecí con una erección del tamaño del mundo. Me gustaría llamarte y decirte que fue porque soñé contigo, pero: ni me atrevo, ni me creerías.

La erección pasó sin pena ni gloria: me bañé y bajé a desayunar. Ya en la mesa, mi esposa comenzó con la cantaleta de siempre: vacaciones, niños, "nosotros"... es tan estúpida, nada que ver contigo. Como siempre, terminé discutiendo con ella y me fui a la oficina.

Al llegar me encontré en el elevador con aquella gorda de contabilidad, la que se traga sus garnachas con refresco light, ¿la recuerdas?... Me preguntó qué había sido de tí, le dije que no tenía idea, me creyó y comenzó a tragarse unas galletas a medio terminar que sacó de su bolso... estúpida gorda, jamás bajará de peso con esa actitud. ¿Recuerdas lo mucho que nos divertíamos invitándola a comer cuando estaba a dieta?

Al salir del elevador ya me esperaba mi secretaria para recitarme todos y cada uno de los pendientes que tendría para hoy; todo estaba en orden, sería un día como cualquier otro: lleno de mierda y aburrimiento. Comencé a eliminar mis pendientes uno por uno, eso sí, siempre contigo en mi mente.

Terminó mi patético día en la oficina y no quise regresar a casa, decidí ir a ese bar que tanto te gusta y al que fuimos tantas veces —sí, el ciego saxofonista sigue tocando ahí, aún recuerdo la manera en la que te hipnotizabas al verlo tocar—. Pedí lo de siempre: dos whiskys (sí, también ordené el tuyo), poco a poco se convirtieron en cuatro... seis... ocho (seguía ordenando los tuyos)... y fue entonces cuando me llené de valor...

Un día como hoy, pero de hace un año, me hiciste rejuvenecer; me demostraste que la vida es complicada porque nosotros así lo queremos; me llevaste al cielo y de regreso... Un día como hoy me dijiste que querías que esto durara para siempre. Un día como hoy me pediste que huyéramos juntos y nos olvidáramos de todo, te dije que sí y seguimos disfrutando de nuestra pequeña fuga laboral: éramos cómplices en un mundo de traición —o alguna cursilería similar dijiste—...

Una noche como hoy, pero hace un año, al salir de aquel hotel modesto, ya teníamos el plan para huir juntos: sólo era necesario que yo arreglara un par de cosas y al día siguiente nos iríamos... No pude. Llegué al día siguiente y ví la nota que dejaste pegada en mi monitor:
"Para cuando estés listo, ya estaré harta de tí.
ADIÓS."

Las palabras de esa nota siguen haciendo eco en mi mente: Desde hace un año no he vuelto a sonreír sinceramente. Desde hace un año no he tenido un momento de alegría como los que me dabas cada cinco minutos. Desde hace un año mi esposa amanece cada día más estúpida, nada que ver contigo. Desde hace un año soy incapaz de ignorar el hedor a mierda que desprendo.

Es por eso que he manejado seis horas para llegar hasta la puerta de tu casa y tratar de hacerte recordar el porqué debemos —y necesitamos— estar juntos... Sé que estás ahí, pero te has negado a abrir la puerta. Sé que disfrutas saber que sufro, has estado al pendiente de mí todo este año. Sé lo mucho que disfrutabas cuando pateabas un perro mientras caminábamos por la calle; al no abrirme, me has recordado lo que soy: un perro... TU perro.

Hoy me ha quedado claro que ya no te sirvo, que tal vez nunca te serví... y si no te sirvo a tí, no quiero servirle a nadie.

Un día como hoy morí en tu puerta con ésta carta en mi mano izquierda y con una jeringa en la mano derecha... Sí, usé aquella inyección letal con la que me dijiste que habías matado a tus padres —investigué antes, claro está—: sí, es altamente funcional.

Un día como hoy deberías de ir a nuestro bar, ordenar dos whiskys, pedirle al ciego que toque "Then I'll Be Tired Of You" y brindar a mi salud...

Adiós

domingo, 29 de mayo de 2011

Thalia, Araceli, Santiago, Oscar

Verdaderos excompañeros de generación, realicé varios trabajos con ellos, comí con ellos, platicábamos de todo, pero una vez que la carrera terminó no volví a verlos. Espero tengan una linda vida, eso es todo.

sábado, 28 de mayo de 2011

Observando la vida

PeoPLe from Alvaro C on Vimeo.

Que asco de vida

Ayer, celebramos el cumpleaños de un amigo, salimos por Madrid y al cumpleañero no le dejaron entrar a un local porque supuestamente iba de "sport". Le dejamos una camisa elegante para que volviera a probar y la respuesta de los porteros fue textualmente: "mira, no puedes entrar aquí porque eres negro".

Ayer, por la noche, estaba viendo una película en la cama, comiendo palomitas. Con la luz de la pantalla vi que tenia algo en las sábanas, entre el bol de palomitas y yo. Pensando que era una palomita que se me había caído, la cogí y me la metí en la boca. Era una cucaracha. Sí, llegué a masticar.

Ayer, estaba haciéndolo con mi novia en el salón de mi piso porque estábamos solos. Entonces ha entrado por la puerta mi compañero de piso, nos ha mirado y a dicho: "Si la vida fuera como una peli porno ahora me dejarías unirme". Después de unos incómodos segundos de silencio se fue a su cuarto. Mi novia entonces me preguntó: "¿Le decimos que sí?".

La semana pasada, entró en la farmacia una chica, me pidió un test de embarazo y como la noté muy nerviosa me ofrecí a ayudarla, le dije que podía usar el baño. Luego le ayudé a leerlo y le expliqué que daba positivo y que estaba de 3 semanas. Angustiada me respondió: "¿Y no pone de quién es?".

viernes, 27 de mayo de 2011

Ilusión

Me gustaría experimentar el nivel de ilusión que tienen las gorditas que andan para todos lados cargando y presumiendo sus dos litros de agua diarios. Y las envidio. No por gordas con voluntad, sino por su voluntad. Así nomás.

Analizando un poco más, me doy cuenta de que todos somos hasta cierto punto como la gente que vive a dieta. O la que compra cosas a crédito. O la mujer que se maquilla camino a donde sea. O el cuarentón que se inscribe en el gimnasio. O la mamá que experimenta con una nueva receta. O las parejas que se prometen eternidad. O etcétera. El punto es que a todos, en mayor o menor escala, nos mantiene vivos la ilusión. Siendo fatalistas, la gente sin ilusión está en su mayoría muerta. Por eso me intrigan tanto los vagabundos.

Los ejemplos que pongo son bastante absurdos, pero casi puedo ver a Dios con un control remoto frente a su pequeño universo convertido en pantalla. Riéndose. Cambiando el canal para ver y disfrutar de las diferentes situaciones a las que se somete la gente con tal de que sus ilusiones tomen forma. It's alive!, gritarán muy pocos.

Queda claro que las ilusiones de cada quién deben respetarse, aunque no por eso todas pierden gracia. Las mías, por ejemplo, son de las que más me burlo. En secreto, eso sí.

Resumiendo:
Creo sinceramente que ilusión no es más que sinónimo de chiste en algún idioma desconocido y celestial. Pero qué.

lunes, 23 de mayo de 2011

Que quede claro

No sé qué te ha hecho pensar que me sigues importando. Desconozco lo que hagas, dónde estés y con quién (insisto, no te pongo atención). No me interesa saber si tu vida marcha como quieres o si las cosas se te están complicando. Me importa poco si eres feliz o no. Mi vieja costumbre de recordarte y llamarte cuando estoy borracho ha desaparecido. Descarto automáticamente toda posibilidad de comunicarme contigo. Tus mensajes, llamadas y correos pidiendo un poco de atención (y que por supuesto no contesto), me tienen sin cuidado. Tu existencia ha dejado de ser importante para mí. Aquel poder que tenías para convencerme con tus palabras, se lo ha ido mucho a la chingada. La imagen de tu cuerpo, ha dejado de hacerme salivar.

Resumiendo...
La comezón que me provocabas en ese punto inalcanzable de la espalda: ha desaparecido. Lo más raro, es que fue gracias a tí y no de la manera en que yo esperaba... Por eso mismo: De ahora en adelante, me limitaré a seguirte ignorando.

QVMT

Borja se inventa un terremoto, la segunda parte acá.

sábado, 21 de mayo de 2011

Los gritones

Que asco de vida

Hace unos meses, estaba con mi padre en una conocida tienda de ropa deportiva cuando fui a enseñarle una sudadera, la dependienta me la quitó y me dijo que qué hacía, yo le respondí que iba a comprarla y ella me dijo literalmente: "Vale, pensé que la ibas a robar, como eres negra".

Hace unos años, exactamente 3, me dejo el chico que me gustaba. Aunque me costo mucho, conseguí olvidarle. Hace unos meses me apunté al gimnasio y he perdido 15 kilos. El otro día me vio y me mandó el siguiente mensaje: "Si llego a saber que te ibas a poner así de buena no te dejo, ¿Te apetece que quedemos a tomar algo y hablamos de lo nuestro?".

Ayer, les dije a mis padres que soy lesbiana. Hoy, escribo desde el piso de mi actual novia, ya que me han echado de casa con todas mis pertenencias en bolsas de basura. No puedo volver nunca más y debo fingir no conocerlos si me los cruzo por la calle. Gracias por todo, papá y mamá.

Hoy, estaba duchándome en mi casa. Mi novio, que estaba de visita, ha entrado en el baño y ha escrito en el espejo "Te dejo". Y se ha ido.

Hoy, he ido al entierro del padre de un amigo. Después de la misa he ido a darle el pésame, me he puesto nerviosa y le he dicho felicidades. Dos veces.

Ayer, me lié con una chica en una discoteca, y no paró de auto-definirse en toda la noche como "una caja de sorpresas". Cuando la cosa fue a más y le metí mano, pasó de ser "una caja de sorpresas" a "un PAQUETE de sorpresa".

Hoy, no, hace unos días, mi mujer me dijo que estaba embarazada. Por hacer la broma, le dije "Pues a saber de quién es, porque soy estéril". Entonces me confesó que se había acostado con otro.

Ayer, le dije a mi mujer que me apetecía hacer el amor, a lo que me respondió "Estoy con la regla, otro día mejor". Está embarazada de 3 meses, se le olvidó ese pequeño detalle. Genial excusa.

viernes, 20 de mayo de 2011

Aprendí que...

En los últimos meses aprendí que...

• El futbol soccer apesta.
• La cultura del sospechosismo está arraigada en la sociedad mexicana.
• No sé que pasó en realidad con Paulette y con el Jefe Diego.
• Soy adicto a la ruleta.
• El sistema de juego funciona de manera moderada.
• Puedo hacer dieta.
• Puedo dejar una liquidación de siete años de antigüedad por arriesgarme a algo.
• Indianapolis es el mejor equipo y los veré siempre.
• Nadie entiende lo que es ser historiador.
• Puedo comprar una libreta de 150 pesos para intentar comprender a alguien.
• La cultura de la excelencia laboral vía el estrés no es lo mío.
• Hay productos light muy buenos y hacen la sencilla diferencia de una dieta de mil kcal menos al día.
• Soy un social media expert que le caga el mote y simplemente tengo sentido común.
• Cada vez me gusta más el alcohol.
• Uno siembra lo que cosecha.
• El sonido de los LP de acetato es insuperable.
• Puedo levantarme todos los días a planchar camisa y corbata.
• Tengo amigos entrañables hechos en otros trabajos.
• Extraño a muchas personas.
• Apoyaré a mis amigos en las buenas, en las malas y en las pendejas.
• Puedo dejar a un lado mis usos y costumbres más arraigadas.
• Me encanta viajar con mi mujer.
• El gobierno de México no puede hacer nada digno.
• Mientras los egresados de universidades privadas tomen el control del país esto no mejorará.
• Los números son más importantes que las ideas en las empresas. (La cultura del excel en negro)
• Me da tristeza la inseguridad en México.
• Extraño poder subirme a un auto e ir a cualquier destino en mi país sin algo de miedo.
• Tecolutla apesta.
• Nueva York rockea.
• Reafirmo mi idea que las ciudades son libros que se leen mejor de noche y con los pies.
• Se siente una diferencia entre un cuerpo con niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos en orden y otro que no.
• Soy fan de Green Day.
• La cultura está a la baja.
• Ya no soy joven y muchos ‘chavos’ me cagan por incultos y pendejos.
• Es sencillo hacer bacalao a la vizcaína.
• Siempre se puede ser mejor pareja, y es sencillo si se quiere.

Aprendí esto y otras cosas…

jueves, 19 de mayo de 2011

LA LECTURA COMO FRACASO DEL SISTEMA EDUCATIVO

POR GABRIEL ZAID

Gabriel Zaid analiza en este ensayo la última encuesta sobre los hábitos de lectura en México, cuyos resultados son descorazonadores por partida doble: porque revela el vasto océano de nuestra ignorancia y porque demuestra taxativamente cómo los nuevos universitarios no leen.
Leer por gusto es algo que se contagia, como todos los gustos, viendo a los entusiastas sumergidos en un libro, o escuchando el relato de sus aventuras. Tradicionalmente en México, muy pocos adquirían ese gusto en casa. Para la mayoría, el foco de contagio era la escuela: sus maestros, compañeros y amigos. Así como no abundaban los médicos hijos de médicos, pocos grandes lectores eran hijos de grandes lectores. Pero las aulas presagiaban que, en el futuro, se multiplicarían.

Desde hace un cuarto de siglo, el esfuerzo educativo ha sido intenso. Según el sexto informe del presidente Fox, México ocupa 1.7 millones de maestros en el ciclo escolar 2006-2007: más del doble que en 1980-1981. Desde entonces, la población escolar ha subido de 21.5 a 32.7 millones, en grupos más pequeños (19 alumnos por maestro, en vez de 29). También subió la escolaridad promedio de la población económicamente activa: de cinco a nueve años. El gasto en educación (casi todo público) subió del cinco al siete por ciento del PIB. Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), las familias dedicaban el dos por ciento de sus gastos a la educación en 1977 y el once por ciento en 2005: cinco veces más.

Pero, según la Encuesta nacional de lectura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, dos de cada tres entrevistados declaran leer lo mismo o menos que antes, a fines del 2005. Sólo el 30% declaró leer más. El 13% dice que jamás ha leído un libro. Y cuando se pregunta a los que no están en ese caso cuál fue el último libro que leyó, la mitad dice que no recuerda. El 40% dice que ahora lee menos. También un 40% dice que nunca ha estado en una librería. Dos años antes, en la Encuesta nacional de prácticas y consumo culturales, también de Conaculta, el 37% dijo que nunca había estado en una librería.

Al 40% que dijo leer menos se le preguntó a qué edad leía más. El 83% (del 40%) dijo que de los 6 a los 22 años, o sea la edad escolar. Si de los entrevistados se escoge a los que tienen de 23 a 45 años (o sea los beneficiarios del gran impulso educativo), los números empeoran. El 45% (en vez del 40%) declara leer menos, de los cuales casi todos (90% en vez de 83%) dicen que leían más cuando tenían de 6 a 22 años. Queda claro que leían libros de texto, y que no aprendieron a leer por gusto.

Los entrevistados que no leen dan varias explicaciones, la primera de las cuales (69%) es que no tienen tiempo. Pero el conjunto de los entrevistados considera que la gente no lee, en primer lugar, por falta de interés o flojera. Sólo el 9% dice que por falta de tiempo.

Los entrevistados que han hecho estudios universitarios o de posgrado dieron respuestas
todavía más notables. Según la ENIGH 2004, hay 8.8 millones de mexicanos en esa situación privilegiada (incluye a los 2.8 millones de universitarios que no terminaron sus estudios). Pero el 18% (1.6 millones) dice que nunca ha ido a una librería; el 35% (3 millones), que no lee literatura en general; el 23% (2 millones), que no lee libros de ningún tipo; el 40% (3.5 millones), que no lee periódicos; el 48% (4.2 millones), que no lee revistas y el 7% (más de medio millón) que no lee nada: ni libros, ni periódicos, ni revistas. El 30% (2.6 millones) dice que no gasta en libros, el 16% (1.4 millones) que gasta menos de $300 al año. O sea que la mitad de los universitarios (cuatro millones) prácticamente no compra libros. (Estos números confirman y acentúan lo que encontró la encuesta nacional sobre la cultura en México, realizada por la Universidad de Colima a fines de 1993: el 22.1% de los entrevistados con licenciatura o más no había comprado libros en los últimos doce meses.) Sin embargo, el 66% dice que compra la mayor parte de los libros que lee. Como dice leer en promedio cinco libros al año, esto implica que compra tres. El 77% dice que tiene su propia biblioteca, pero en el 68% de estas bibliotecas personales hay menos de 50 libros. Y ésta es la crema y nata del país.

Según la encuesta, los mexicanos destinan casi el 2% del presupuesto familiar a la compra de libros: $220 pesos anuales La mayoría (55%) dice que no gasta ni un centavo, pero muchos estiman que gastan el cinco o el diez por ciento. La estimación está infladísima. Según la ENIGH 2004, el gasto corriente monetario en libros, revistas y periódicos fue el 0.4% del gasto familiar. Los libros representan cuando mucho la mitad, digamos 0.2%: diez veces menos que lo declarado en la encuesta.

Según la encuesta, los mexicanos de 12 años o más leen en promedio 2.9 libros al año: 45.7% comprados, 20.1% prestados por un amigo o un familiar, 17.9% regalados, 10.2% prestados por una biblioteca y 1.2% fotocopiados. Sumando los comprados y regalados (63.6%, o sea 1.8 ejemplares), se pueden calcular los ejemplares vendidos: 103.3 millones de habitantes en octubre del 2005 x 75.7% de 12 años o más x 2.9 libros al año x 63.6% vendidos = 144 millones de ejemplares vendidos en el país el año 2005, lo cual parece exagerado.

En la ciudad de México (DF y zona metropolitana), según la encuesta, se leen 4.6 libros al año: 64.7% comprados, 16.5% prestados por un amigo o familiar, 10.2% regalados, 5.4% prestados por una biblioteca y 1% fotocopiados. Esto daría 18.5 millones de habitantes x 76% de 12 años o más x 4.6 libros al año por 74.9% comprados o regalados = 48 millones de ejemplares vendidos en la ciudad de México el año 2005, lo cual parece exagerado.

En la sección amarilla del directorio telefónico 2005 de la ciudad de México, había unas 325 librerías. Si se les atribuye la venta de 48 millones de ejemplares, vendieron 150,000 ejemplares cada una, que es altísimo. Las 75 librerías de Educal, cuyo tamaño es superior al promedio, tenían como meta para el año 2004 vender 75,000 libros y artículos culturales en promedio.

Y si la cifra de 48 millones de ejemplares para la ciudad de México es exagerada, la cifra nacional (144 millones) es una exageración mayor, porque implica que la ciudad de México no representa más que el 33% del país. Para muchos editores, representa el 80%. Pero suponiendo, conservadoramente, que sea el 50%, el total nacional daría el doble de la cifra (exagerada) de la ciudad de México: 96 millones, un ejemplar por habitante.

Según Fernando Peñalosa (The Mexican book industry, 1957), había 150 librerías en el directorio telefónico de la ciudad de México de 1952. Si en el directorio de 2005 hay el doble (325), pero la población se ha sextuplicado (de 3.3 a 18.5 millones), en 53 años el número de librerías por millón de habitantes se ha reducido de 45 a 18. Otro indicador: desde 1950 (en todo el país, en todos los niveles) el número de maestros se ha multiplicado casi por veinte (Estadísticas históricas de México). Sin embargo, el número de lectores (a juzgar por el número de librerías de la ciudad de México), apenas se ha duplicado.

Un aspecto interesante de la encuesta es que muestra claramente que el interés (o desinterés) de los padres en la lectura se reproduce en los hijos. Habría que medir esto, no sólo en los hogares, sino en las escuelas y universidades. Una encuesta centrada en el mundo escolar, seguramente mostraría que los maestros no leen, y que su falta de interés se reproduce en los alumnos, por lo cual multiplicar el gasto en escuelas y universidades sirvió para multiplicar a los graduados que no leen.

martes, 17 de mayo de 2011

Sobre Felipe Calderón

Número de bombas atómicas

El siguiente video muestra todas las pruebas nucleares que han realizado diversas naciones solamente en el siglo XX. Lo que se destaca es que la cifra es mayor a 2 mil bombas atómicas disparadas sobre el planeta.

lunes, 16 de mayo de 2011

Debo hacerlo

No tiraré todo por la borda, no me suicidaré, no huiré, no culparé a mi inexperiencia ni al alcohol. Asumiré mis acciones con responsabilidad y trataré de tapizar con buenos actos esta mancha en mi currículo. Adquiriré la tranquilidad de mi conciencia a través de esfuerzo y la dedicación. Soportaré lo que tenga que soportar, soportaré lo que me merezco. Sé que vale la pena.

QVMT

El funeral en QVMT y la despedida. Ver los links.

domingo, 15 de mayo de 2011

Enrique e Isabel


Recordando: Dos grandes amigos. Con Enrique jugábamos Fut por todos lados y en todos perdíamos. Finísima persona, su único defecto es que le va al Cruz Azul.

Isabel es maravillosa, una amigable persona que siempre tenía tiempo para ti. Platiqué con ella prácticamente diario durante 4 años en nuestro trayecto a nuestro hogar.

Saludos a ambos.

sábado, 14 de mayo de 2011

Consuelo

El mundo se acaba, tu mundo se derrumba, los planes, los sueños, el futuro; pero no sabes que es peor, si tu coraje o tu desencanto, si tu orgullo herido o el amor que se ha ido, o más bien el amor que nunca hubo.

Que asco de vida

Hoy, me ha atropellado un coche en un paso de cebra. El conductor se ha bajado y lo primero que ha hecho ha sido mirar el capó de su BMW, ve que no le ha pasado nada, se monta en su coche, da marcha atrás y se va esquivándome. Espero que no haya mucha gente como tú, hijo de la gran puta.

Hoy, mi jefe lleva diciendo tres semanas que tiene que despedir a alguien de la oficina, la cosa está entre una compañera y yo. Hoy los he pillado liándose en su despacho.

Hoy, estoy enamorada de mi padrastro. No, no estoy mal de la cabeza, la que lo está es mi madre por empezar a salir con mi mejor amigo del que llevaba enamorada 3 años. Me siento como la última mierda al ver que prefiere a mi madre antes que a mí.

Hoy, y desde hace un tiempo tengo un novio muy bromista. Me ha llamado y me ha dicho que se iba a suicidar y que si le quería decir algo, le he dicho que en el testamento me dejara la cámara de fotos que tanto me gusta. Me acaban de llamar del hospital. Ha intentado suicidarse de verdad.

La semana pasada, ligué en una fiesta con una tía del instituto que siempre me ha gustado, ya en la habitación, me empujó sobre la cama y desabrochó mi chaqueta, al ver mi camiseta de Mario Bros textualmente dijo: "lo siento pero no pienso perder la virginidad con un friki" y se marchó.

Cáncer de mama

viernes, 13 de mayo de 2011

Apariencia sexual

Acá les dejo un texto mío publicado en CM sobre la importancia de nuestra autoimagen sexual y la de burradas que podemos hacer por ello.

La autoimagen es el concepto que cada uno tenemos de nosotros mismos. Hoy el mundo de la sexología se encuentra con una serie de trastornos derivados de una búsqueda estética imperiosa cuyo origen yace en la autoimagen sexual. Como nunca, nos urge ser atractivos y los resultados son cifras a la alza de personas sometiéndose a tratamientos y cayendo en desórdenes. La Dra. Debra Herbenick del Center for Sexual Health Promotion en Bloomington, EU, en su estudio Development and Validation of the Female Genital Self-Image Scale, afirma “nunca antes hemos necesitado tanto ser deseados sexualmente. Jamás nos preocupamos de este modo por cómo lucen hasta nuestros genitales, ni tampoco era común caer en trastornos del deseo y la autoestima bajo la creencia de que nuestro cuerpo no es tan atractivo como debiera”.

He aquí las prácticas y trastornos más frecuentes derivados de la obsesión por hacernos merecedores y sentirnos aptos para ser deseados. Parece ser que seguimos buscando afuera lo que siempre ha estado dentro de nosotros. Los desórdenes alimenticios –por tener raíces emocionales más profundas- están exentos de este grupo.

Cirugía cosmética
Y no sólo hablo de estiramientos faciales, botox, liposucciones y acomodamiento de carnes. De acuerdo a la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica (ISAPS) y la American Society of Plastic Surgeons , (ASPS) desde el 2000 se han incrementado en 300% las solicitudes de intervenciones de embellecimiento genital y blanqueamiento anal a base de láser e hidroquinona. El 20% de los pacientes son hombres.

Las más demandadas consisten en disminuir e igualar el tamaño de los labios mayores y menores o labioplastia; circuncisión del clítoris, lo cual lo hace más sensible y pequeño; liposucción del monte pubiano y labios mayores (para que luzcan menos abultados) e himenoplastia o reconstrucción del himen: una virginidad construida en el quirófano.

Las solicitudes masculinas más recurrentes son el aumento de longitud peneana y claro, la circuncisión por estética, considerada por algunos grupos no sólo innecesaria sino mutilación. Este tipo de intervenciones, cuando se buscan recurrentemente, también se colocan dentro de la Adicción a la Cirugía Cosmética o CSA, por sus siglas en inglés.

Por otro lado la demanda por aumento de senos se ha incrementado en un 400% desde 1992. En una encuesta realizada por la Universidad de Indiana a mujeres que se habían colocado implantes mamarios por estética, éstas reportaron un mayor nivel de excitación y placer sexual al verse con unas lolas copiosas, redondas y firmes.

Tanorexia
La piel bronceada es identificada con una herramienta poderosa de sex appeal. En ese camino, muchos han caído en lo que desde 2005 se comienza a considerar una adicción al sol y las camas de bronceado. Las consecuencias dermatológicas pueden ser fatales. Al igual que otras adicciones, causa síndrome de abstinencia y afecta otras áreas de vida. En 2007 el terapeuta sexual alemán Karl Pflugbell expuso el caso de un hombre que no conseguía erecciones a menos que su piel estuviera perfectamente dorada.

Trastornos sexuales por auto imagen corporal
El disgusto por la propia imagen puede llegar a enloquecernos y a matarnos el deseo, es decir provocar deseo sexual hipoactivo. Según un estudio de la Society for the Scientific Study of Sexuality, hasta el 40% de las mujeres a nivel mundial sufren de una disminución de la libido cuando se sienten subidas de peso o alguna parte de su cuerpo (incluida su genitalia) no les parece agradable. Y hasta el 60% se niega a un encuentro sexual por vergüenza. Otros trastornos como la anorgasmia también están supeditados al gusto físico de sí mismas. Cuando los niveles de testosterona (hormona responsable del deseo) son adecuados y no hubo hechos traumáticos antecedentes, comienza el verdadero trabajo de los terapeutas pues la recuperación consistirá en enseñar a la paciente a amar, conocer su cuerpo y aceptarse. Entonces, de ese modo sentirán que merecen sentir orgasmos.

Los hombres no se escapan. Diversos estudios en endocronología suponen que la correcta producción de hormonas sexuales puede derivar de factores psicológicos. “Estos pueden influir en la tasa de secreción de GnRH, testosterona y estrógenos y por lo tanto también disminuyen las funciones sexuales, tanto en el hombre como en la mujer”, advierte el Dr. Gustavo Berzunza Castro. La falta de producción de dichas sustancias puede incluso provocar menor producción de esperma. “Para muchos animales es imposible el ritual de apareamiento o ya la fecundación si se encuentran en condiciones poco agradables o estresantes para ellos. Los seres humanos encontramos incomodidad en nosotros mismos y sucede lo mismo”, agrega. Nos parecemos demasiado entre especies. De este modo se teoriza incluso que muchos problemas de infertilidad pueden venir del poco goce de uno mismo. Parece que es momento de trabajar en la autoestima.

Elsy Reyes

jueves, 12 de mayo de 2011

Mi vida en estos momentos


Lo peor es que no se cómo estoy viendo el vaso, pero al final de la semana definitivamente será medio lleno.

HISTORIA DE LA PRIMERA RUEDA AMERICANA

De los infinitos intercambios entre el Viejo Mundo y el Nuevo, que acabarían por darle un rostro nuevo a Europa y América, Hugh Thomas se detiene en un héroe olvidado de nuestra historia común, el español Diego Hernández, primer constructor de una rueda en la América continental.

Las relaciones entre España y México son todavía más complicadas que las de México con Estados Unidos. Y decir esto no es salir con cualquier cosa. Cabría sustituir aquí la expresión de “vecinos distantes” por la de “hermanos lejanos”. Pero nada resulta adecuado para traducir nuestra impresión en el momento en que viajamos por primera vez a México y contemplamos sus colosales edificios imperiales. Es verdad que si uno conoce sólo México no conoce España, y que si conoce únicamente España desde luego que no conoce México: para saber del uno o de la otra es imprescindible estudiarlos a ambos. A veces, en el Zócalo, incluso en siglo XXI, se tiene la impresión de que el Virrey debe de andar por allí, con toda su elaborada corte. Y a unos metros, el Tlatoani.

En México pensamos también, al mismo tiempo, en la bienvenida que el país dio a tantos profesores y artistas de la España republicana en 1939, y en la obra de inmenso beneficio que dejaron ellos en su patria nueva. Y reflexionamos lo mismo sobre los “indianos”, que hicieron fortuna en México –abriendo fuentes de trabajo y nuevas explotaciones, y estableciendo familias nuevas, criollas y mestizas– y regresaron a dotar su nativa aldea asturiana –o vasca, andaluza, catalana– de colegios, iglesias, clínicas, hospicios y bancos. A Llanes, en el este asturiano, se lo conocía como “Mexiquito” por el número de indianos mexicanos que regresaban allí, construían sus casas con una torrecita y plantaban una palmera delante como signos de identidad. Atesoramos igualmente el magnífico diario de Fanny Calderón de la Barca, la esposa del primer ministro de España en México, cuando por fin se establecen las primeras relaciones diplomáticas entre ambos países, en la década de 1840 –un diario que nunca ha llegado a publicarse entero en castellano. Pensamos además en aquella ingeniosa afirmación mexicana de que la Conquista corrió a cargo de los indios –ellos, los enemigos de Moctezuma, la posibilitaron, la aseguraron–, mientras que la Independencia fue obra de los españoles –no pocos, muy influyentes, descontentos en Nueva España con el liberalismo de las Cortes de Cádiz. Rememoramos a virreyes ilustres, como el barroco Marqués de Mancera, amigo de Sor Juana Inés de la Cruz, que el libro magnífico de Octavio Paz trae a cuento, o, ya en el ilustrado siglo XVIII, al Marqués de Croix, el autoritario responsable de la llorada expulsión de los jesuitas, cuya esposa fue amante del dramaturgo Beaumarchais en España.

Éstas y muchas otras facetas más ricas de la relación entre España y México probablemente son conocidas por todos nosotros. Pero se me ha pedido que hable de las relaciones iniciales entre España y México, entre la España del siglo XVI y la Nueva España, y eso es lo más acertado, dado que he dedicado más esfuerzos a ese capítulo que a cualquier otro aspecto de esta larga y rica historia.

La Nueva España recibió este nombre de Cortés, en la primavera de 1520. Nombrar, desde los griegos, desde la Biblia, era conferir entidad a las cosas, hacerlas ser. (El historiador Herrera adjudicó el mérito del bautismo a Grijalva, el predecesor de Cortés cuando exploraba esos territorios; sin embargo, no aportaba prueba alguna para ello.) Eso fue más de un año antes de la conquista final de Tenochtitlan, cuando Don Hernando ya había enviado a España su primera Carta de Relación acerca de su propio descubrimiento y penetración en las tierras de México, y cuando, sin duda, el emperador Carlos V –el rey Carlos I– la había leído, junto con sus consejeros y su corte. Ambos, el Rey y la corte, habrían podido apreciar en España el tesoro que Cortés había enviado desde Veracruz antes de emprender su ascenso hacia la capital de México –ciertas cantidades de oro, algunos mosaicos de turquesa, un penacho que la tradición describió como perteneciente a Moctezuma, algunas labores de filigrana en oro, mosaicos de pluma, y algunos ejemplos de armamento típico, como lanzas y macanas de madera y filos de obsidiana, entre otras muchas cosas. En la partida no se incluía esculturas monumentales ni murales pintados –¿cómo habría sido posible?–, aunque estos prodigios eran también ejemplo de los altos avances que el México antiguo había alcanzado. La colección de objetos enviados por Cortés desde Veracruz en el buque de Alonso Hernández y del navegante Montejo era una indicación extraordinaria de la gran variedad y la elevada calidad artística de aquel México hasta entonces desconocido en Europa. Ese regalo era obra de la casualidad. Ni los indios cempoaltecas y totonacas de Veracruz, que obsequiaron a Cortés con tales tesoros, ni los mismos españoles, habrían podido percatarse de su valor.

Cortés, además, envió varios esclavos que le habían regalado, al igual que le ocurriera a Colón en el Caribe. Provenían de Yucatán. Es una lástima que ninguno de ellos, aparentemente, supiera o dijera nada de la agridulce poesía característica del México prehispánico, de la que Don Miguel León-Portilla es tan buen conocedor, y que el padre Garibay estudió y consignó con tanto detenimiento. Sin embargo, eran capaces de jugar con objetos de madera y con pelotas, como el pintor Weiditz se encargaría de mostrarnos más tarde. Tal vez en aquel primer viaje de regreso a Europa, algunos de los indios pudieran hacer una demostración del encanto de la pelota de goma, que fue una de las contribuciones más interesantes que el Nuevo Mundo haya hecho al Viejo. Pedro Mártir, el inteligente italiano de la ciudad alpina de Como, nos ofreció, unos años más tarde, la descripción de un juego de pelota en su relato acerca de los indios en España.

Más importante aún que la pelota fueron los productos agrícolas de la Nueva España. Entre ellos no se incluía la que sería flor y gema de todos los de las Américas: la papa o patata peruana; pero estaban el maíz, el guajolote, el chocolate, el tomate. La lista es larguísima y está hecha de cosas de la naturaleza, a la que se agregarían pronto tributos del más arduo trabajo manual humano, y regalos de los centenares de lenguas americanas, y del ingenio de sus hablantes.

Por lo que respecta a las contribuciones españolas a favor del México antiguo, el padrón es también copioso. Antes de hacer una relación, me gustaría recordar que, al igual que los ingleses llevaron el té de China a la India, los españoles se apersonaron con la patata sudamericana en Nueva España, donde se arraigó y aclimató como cosa muy propia.

La contribución de España al Nuevo Mundo no puede ponderarse como de mero interés artístico. Las cuentas de vidrio o los vasos de cristal veneciano con que los conquistadores obsequiaron a los monarcas indios y a los nobles que encontraban a su paso fueron, sí, cosa modesta. Las pinturas de la Virgen María en altares portátiles o los retratos de San Cristóbal habrían sido las primeras representaciones pictóricas que el Nuevo Mundo pudo conocer de Europa. Pero, en poco tiempo, los indígenas podrían apreciar algo también bello, aunque fatal al mismo tiempo, en las armaduras y las espadas y dagas europeas. Poco más tarde, se pudo utilizar y valorar las primeras muestras de la arquitectura española que, en forma de los templos, capillas, conventos, palacios, arcadas, viviendas, fuentes y acueductos, comenzaron a conformar las ciudades del Nuevo Mundo.

Hubo cosas aún más importantes que las obras de arte. La rueda, los animales domésticos de tiro y cría –como el caballo y el buey, la mula y la vaca, la oveja y las aves de corral, el obediente perro y el asno humilde y sufrido, que podrían observarse en cantidades importantes en poco tiempo, como de hecho ya había ocurrido en Cuba y la Española. De todos los regalos, la rueda, en forma de poleas o sobre carros, debe de haber parecido a los indios de Nueva España la innovación clave –aun más cuando tengo la sensación, al observar los juguetes del México antiguo, que la rueda útil se encontraba a un paso de inventarse allí. Los carros se encargaban de transportar la artillería de Cortés, como hicieron poco más tarde en el caso de Pizarro, y trajinaron las imprentas y libros, los instrumentos musicales y partituras, y las semillas, los telares, los bienes del primer comercio virreinal y, desde luego, a la gente, que también se sirvió de las monturas. La Leyenda Negra de que echaron mano los ingleses en su propaganda del siglo XVI olvidó la rueda.

Llegados a este punto, quisiera terminar recordando a un héroe olvidado. Necesitamos a los héroes, y los hay de veras. Se trata del hombre que, probablemente, talló y puso a rodar la primera rueda en el Nuevo Mundo –en el continente, no en las islas–: el tatarabuelo espiritual de los grandes constructores de vehículos del siglo XVIII, y antepasado técnico de Ford y de Chrysler. Se trataba, creo, de un tal Diego Hernández, natural de la muy antigua San Felices de los Gallegos (San Félix), en el Reino de León, en lo que es hoy la provincia de Salamanca de la Autonomía de Castilla-León. Había sido sastre, además de carpintero, y era uno de los conquistadores más jóvenes que acompañaban a Cortés. Era conocido como soldado de extraordinaria fortaleza. En 1519 se encontraba armando carros de madera en Veracruz. Se encargó de labrar parte del maderaje que se utilizó para construir los famosos bergantines del lago de Texcoco. Más tarde, promovió un proceso judicial contra Cortés en relación con ciertos pagos –un rasgo que se volvería propio del latinoamericano típico: litigar contra la autoridad, por alta que sea, si se cree tener derecho a ello. Mi investigación acerca de este héroe olvidado continúa, basada en la colección de los documentos tan fascinantes e importantes que son las “relaciones de servicios y méritos” de los soldados de la Conquista, muchos inéditos e incluso nunca consultados, que se encuentran en el Archivo de Indias, en Sevilla.

Entre esos servicios y méritos, que fueron frecuentemente mutuos, los indígenas mexicanos y los aventureros españoles, los sabios prehispánicos sobrevivientes de la Conquista y los frailes evangelizadores, llegaron a algo más. Después del trauma que significó el encuentro, la guerra, la sojuzgación, las epidemias, el serio intento particular de esclavizar parcialmente a los indios –logrado parcialmente, en ciertas áreas y oficios, sobre todo al principio–, y el serio intento de protegerlos por la ley –parcialmente alcanzado, sobre todo desde el último tercio del siglo XVI–, indígenas y españoles, y los nuevos mestizos, con todo y sus jerarquías y sus abigarradas castas oficiales, lograron, a fuerza de saberse –en última instancia– igualmente hijos de Dios, forjar una nación. Compleja, múltiple, incomunicada, variadísima, diversa, sobre todo desigual... pero una. Una nación.

Era México. Es México. Ese hermano de España, imprescindible para entenderla, y para entenderse. Ese hermano de España que le queda lejos sin tener en realidad, hoy día, por qué.

HUGH THOMAS

lunes, 9 de mayo de 2011

Monólogo

Hace ya una semana de aquello. Pensé que con el tiempo me sentiría mejor, pero no es así. La sensación terrible se incrementa con el paso no de los días, sino de las horas. El remordimiento es asesino, insoportable.

Creo que aún no lo asimilo bien. Todo parece un sueño, algo irreal. No puedo creer que lo hice. ¿Cómo pude? ¿Cómo fui capaz?

Soy una persona muy insegura. A veces, cuando pensaba en sus ex novios perfectos y me sentía celoso, me reconfortaba pensar que yo tenía algo que ellos no tenían. Algo dentro de mí. Que yo, por dentro, era mejor. Ahora sé que no es así.

Tengo pesadillas todos los días. Amanezco con un hueco en el pecho que no me deja en paz. Tengo ganas de llorar varias veces al día. Lo hago. Incluso enfermé.

Sufro.

Sufro y lo peor es que no sirve nada. Sufro y eso no ayuda, no purifica, no desvanece la culpa poco a poco, no reconforta en lo más mínimo, no otorga ningún perdón.

Sufro y todo sigue exactamente igual. El concepto que tenía de mí está hecho pedazos y el mundo no se detiene para que yo pueda recogerlos y pegarlos.

Sí, sé que sueno fatalista y etcétera. Pero no lo entienden. Todo se me movió. Mi idea del amor, el mundo, y de mí se derrumbó. Al haber traicionado yo, yo que creí que jamás lo haría, que perjuré jamás lo haría, me queda bastante claro que no se puede confiar en NADIE.

“No puedes traicionar a alguien a quien amas”, siempre había creído eso. Ahora resulta ser que creí mal. Que se puede ser lo suficientemente idiota para traicionar a los seres que amas. Que se puede ser así de imbécil.

¿Aprendí algo de esta experiencia? Sí.
¿Estoy arrepentido? Sí
¿Seguiré luchando por remediarlo? También.

Pero algo murió para siempre.

Ella merece algo mejor. Seré mejor.

QVMT

Borja recibe un reconocimiento y la hija del jefe.

sábado, 7 de mayo de 2011

Comercial

BEATLES Rock Band from alberto mielgo on Vimeo.

Que asco de vida

Ayer, me fui de fiesta y conocí a una chica, a la cual me llevé a mi apartamento. Nada más entró echó un vistazo, me miró raro y se fue sin dar explicaciones. Hoy, leyendo ADV creo haber descubierto que era judía. Yo soy budista, y eso que viste no era una esvástica nazi, sino un símbolo de esta religión. Sí, yo también me quedé con el calentón.

Hoy, con 47 años debo de confesar que soy virgen. ¿Lo dejo ya para la otra vida, no?

Hoy, bueno dentro de dos semanas tengo que leer el discurso del acto académico de mi colegio. Salí elegido por toda la clase. Soy tartamudo.

Ayer, en las noticias de Tele5 hubo un reportaje sobre lo mala que era la comida basura y la bollería industrial. En una de éstas, enfocan a una gorda por la calle. Esa "gorda" era yo.

Ayer, le expliqué a la niña de 15 años a la que doy clases particulares que iba a dejarlo porque había encontrado otro trabajo mejor pagado. Me ofreció sexo a cambio de que no me fuera.

viernes, 6 de mayo de 2011

Tristeza

Conozco a la persona más feliz del mundo, y también a la más triste. Ayer las vi juntas: la primera ignora todo y la segunda piensa demasiado en el pasado. Me pregunto si algún día la segunda encontrará la respuesta que tanto busca y si le servirá de algo.
Al final me limité a mirar con gusto cómo la primera contagiaba a la segunda con un algo de risa. Qué momento.

Pero bueno, quizá no entiendo nada.

jueves, 5 de mayo de 2011

Viejos amigos

El siguiente cuento está dedicado a tantas personas que sin querer o con toda la intención del mundo decidieron salir de mi vida. Y aunque no me han hecho falta, si los recuerdo con cariño. 

Saludos a todos.

Eduardo.


Todavía no lo saben.
     Van en sentido contrario, por la misma acera, con cierta prisa. Uno lleva una carpeta muy grande y camina ensimismado, mirando hacia el suelo. El otro se va fijando en la gente con la que se cruza o a la que adelanta, rápidos vistazos que sólo se prolongan si sus ojos se posan en una mujer guapa o en un rostro peculiar. Si eso ocurre, no se detiene ni se da la vuelta, pero no deja de mirar a la persona dueña del rostro hermoso o raro hasta que queda a sus espaldas.


     Cuando están a unos pocos pasos, el que no lleva la carpeta se para.
     —¡Germán!
     El que iba despistado se para también, busca, aún sorprendido, a quien le ha llamado, y ve a su amigo. Su expresión se anima.
     —¡Hombre, Nacho! ¿Qué tal?
     —Bien. ¿Y tú? —y sin darle tiempo a responder, añade—: ¿Dónde vas?
     —A entregar un trabajo —y alza levemente la carpeta—. ¿Y tú?
     —A recoger un certificado. ¿Tienes tiempo para tomar algo?
     El de la carpeta duda un momento.
     —Sí —resuelve al fin—. Un café rápido.

     Entran en la cafetería frente a la cual se han encontrado. En la barra hay un par de asientos libres y los ocupan. Uno de ellos está calveando. Es bajo. Tiene ya bastante barriga, aunque vestido todavía da el pego. Es tímido, algo inseguro, y a la vez, o quizá por eso mismo, orgulloso. El otro es más moreno. Es disperso, errático, un tanto soñador y, a la vez, algo cínico. Usa lentillas. Ha estudiado Filosofía, pero se dedica al diseño gráfico. Son muchos, pero como entre todos únicamente suman dos bocas, les basta con dos cafés.

     —¿Qué tal Paloma? —pregunta el de la carpeta.
     —Bien —responde el que se dirigía a la oficina de correos—. Con bastante trabajo, pero bien.
     —¿Y el niño?
     —Muy bien —los cansados ojos del padre se iluminan por un instante—. A punto de echar a andar. ¿Y tú? ¿Sigues con la chica ésa? No me acuerdo de cómo se llamaba, la inglesa.
     Le invade un ligero sentimiento de culpa por no recordar el nombre, pero, al fin y al cabo, se disculpa, sólo la ha visto una vez, y con mucha más gente.
     —No. Volvió a Londres, fui a verla y... —sonríe, con una mezcla de melancolía y complicidad—. Uno de esos viajes que es mejor no hacer.

     Aquí, en su territorio, Germán es un tipo estrafalario, con un punto genial. Su aspecto (pelo largo, recogido en una coleta, una camiseta de manga larga de marinero, a franjas horizontales azules y blancas, entallada, pantalón caído), su éxito profesional, su vida bohemia, con novias que se suceden, separadas por temporadas en solitario, le confieren el atractivo de alguien raro, difícil de clasificar, pero claramente perteneciente a un grupo social prestigioso. Aunque en Londres su aspecto es el mismo y viste igual, estar con él viste mucho menos: la extravagancia es mucho más frecuente, y ni siquiera se decidirían a clasificarle como alguien difícil de clasificar. Al menos, así se explica su amigo el fracaso de su viaje mientras les sirven los cafés. El de la carpeta lo pide descafeinado. Es un ejemplo del absurdo de la vida, o de sus infinitas posibilidades: que exista el café descafeinado. Uno echa azúcar, el otro no.

     —¿No te pones azúcar? —observa Nacho, algo sorprendido.
     —No —replica Germán—. Ya es bastante dulce la vida como para ir azucarándola, ¿no?
     Esas son las salidas que le gustan de su amigo, una mezcla de ingenio, ironía y amargura que revela que, debajo de su coraza y de su éxito, hay una herida que duele.
     —¿Por dónde vas ahora? —pregunta Nacho.
     —Ningún sitio en particular —enarca las cejas—. Llevo una época bastante encerrado.
     Saca un cigarrillo y lo enciende. Su amigo piensa que está más pálido y delgado de lo habitual. ¿O un poco amarillento? ¿Serán las luces de la cafetería?
     —¿Hace cuánto no nos veíamos? Cuatro meses o así, ¿no?
     —Por ahí —contesta Germán, tras dar un sorbo del café—. Desde la fiesta en casa de Ramón.
     —¿Has vuelto a ver a alguno de éstos?
     —No. Bueno, sí —rectifica rápidamente—, a Chus. Me lo encontré en El 22, pero iba bastante pedo y con gente que no conocía, y tampoco hablamos mucho.
     Nacho recuerda en ese momento que Lidia no estuvo en lo de Ramón. ¿Cuánto lleva sin verla? ¿Diez meses, quizá? Habló con ella por teléfono hará tres meses, quedaron en llamarse para verse, y hasta ahora.
     —¿Y Lidia? —pregunta—. ¿Qué sabes de ella?
     —Se está separando.
     —¿Sí? No sabía nada.
     Tiempo atrás, Lidia y Nacho habían salido juntos. Cuatro años antes ella se había hecho novia de un abogado que no había encajado demasiado bien en el grupo.
     —Me da pena por el crío —dice Germán.
     —¿Quién se va a quedar con él?
     —Hombre, supongo que Lidia...

     Entra una chica de unos treinta años, delgada, boca grande, pelo negro y lustroso peinado hacia atrás por encima de las orejas. Ninguno comenta nada, pero los dos saben que el otro también se ha fijado en ella. Siempre han tenido un gusto semejante en lo que a mujeres se refiere. Ésa es una de las raíces de su amistad.
     —¿Alquilaste por fin el estudio ese? —se interesa Nacho.
     —Sí —dice Germán—. Es pequeñito, pero está bien.
     —¿Tienes teléfono allí?
     —Sí.

     Germán le da el número, y Nacho lo apunta en una servilleta. Continúan un rato más intercambiando información y, cuando les traen la cuenta, Nacho se adelanta y tiende un billete hacia el camarero. Germán no hace ningún esfuerzo por impedirlo, quizá porque dos cafés es demasiado poco como para gastar energías en la típica representación, dos personas intentando evitar que pague la otra.
     —Bueno —dice el que le gusta leer, mientras el aficionado al jazz espera las vueltas—. Nos veremos el sábado, ¿no?
     —¿El sábado? —se sorprende Nacho—. ¿Qué hay el sábado?
     —Sergio da una copa en su casa por su cumpleaños —responde Germán, con la incómoda sensación de que tal vez ha metido la pata. Pero, pensándolo un poco más, si es así no le importa: le apetece ver a su amigo.
     —Pues no me ha invitado. Está claro que llevo tiempo fuera del mercado —se lamenta, aunque, en realidad, sabe que si ya no le llaman es en parte porque también él ha dejado de llamar.
     —Daría por hecho que ya te enterarías —dice su amigo, no muy convencido—. ¿Irás?

     Y es que, realmente, le apetece que vaya. Son muchos años. ¿Veinte, ya? No tanto, reflexiona Germán, pero casi. Han viajado juntos, han ido al cine, se han avisado cuando había un plan divertido, ¿cuántas veces habrán salido borrachos de un garito para encontrarse, sorprendidos, mitad orgullosos, mitad avergonzados, con que ya había amanecido?
     —Si puedo, sí, aunque a lo mejor nos íbamos de fin de semana. Depende de que me den el coche, está en el taller —explica Nacho, mientras recoge las vueltas, excepto la moneda de veinte céntimos—. Si nos quedamos, nos pasamos.

     Salen a la Gran Vía y se despiden, ambos contentos de haberse visto. Cada uno retoma la dirección que llevaba antes del encuentro.

     Todavía no lo saben, pero nunca más volverán a verse.


lunes, 2 de mayo de 2011

Odio tanto que

No soporto la pendejez que no es mía y mucho menos que me regañen por eso. Me caga la idea de trabajar en sábado. Odio que me molesten después de mi "horario de trabajo". Y, sobre todo, detesto que la gente piense en el clásico-y-estúpido "como yo pago, te callas"... Pendejosss, por eso y varias cosas más: Quédense con su jodido dinero.

QVMT

Para ver el móvil del futuro apretar aquí y aquí.

domingo, 1 de mayo de 2011

Gorillaz La Musicale

Disfruten, más de hora y media de buena música.

Gorillaz La Musicale

Recordando


En esta primaria estudié. Aquí me enamoré por primera vez (Zamantha), adoré a mi maestra de 1o., conocí a mi mejor amigo (Erick Ovilla), me rompieron el corazón por primera vez (Tania), me golpearon al salir de clases, me castigaron infinidad de veces (planas de no debo de...) y lo mejor de todo, ahí viví.

Finales

Gracias a la Playstation Store (que actualmente lleva más de dos semanas sin operar debido a problemas "técnicos") logré jugar Grandia, un RPG que salió en 1997 en el PSOne.

Independientemente de tener un sistema de juego sólido y muy superior a otros títulos que saldrían varios años después, Grandia brilla por su historia. Giros en donde uno no se espera que haya y maduración de los personajes. Ya Grandia III me impactó cuando el hijo decide dejar a su madre para seguir con sus sueños y Grandia tiene muchos elementos similares que sobrepasan las temáticas tradicionales de otros RPG´s.





Después de 10 años ver a Justin casado y con 5 hijos, OMG!