viernes, 28 de julio de 2017

Actualización


En realidad no tengo nada que decir, mi situación esta en el limbo y parece que así continuará básicamente porque me niego a moverme y hacer que las cosas sucedan.

lunes, 24 de julio de 2017

Qué parió



Vivir

Hay momentos en que te encantas y otros, que te encuentras miles de defectos.
Hay ocasiones en que la fuerza con que te levantas te hace sentirte como un gigante y otros, tienes tantos miedos que te sientes un ratón.
Descubres que tienes miedo de vivir, miedo de equivocarte, miedo de no poder, miedo de enfrentar las cosas diarias de la vida y del día a día.
Tu corazón comienza a tener miedo de que hoy recibas esa noticia que temes hace tanto tiempo.
Pero, extrañamente, otros días… te sientes valiente, puedes enfrentar todo y a todos, te sientes capaz de batallar contra un huracán y salir airoso.
El miedo es una palabra nada más, las críticas no te afectan, los fracasos son enseñanzas y vivencias, y los éxitos, recompensas a tu esfuerzo.
Y ahí uno va, pasando de un estado a otro. Tratando de ser valiente. Viviendo.
Ayudando a los demás, aunque estés luchando con tus propios problemas. Dando ánimos a las personas de tu entorno, aunque ni tenga ganas de hacerlo. Ocultando tus propios miedos y tristezas… porque “ahora no es el momento”.
Riendo a pesar de haber llorado, porque “me necesitan”.
En definitiva, la vida no es fácil. Y el vivirla, ya por si, es un logro. Y vivirla y hacer algo productivo con ella es sólo de héroes.
Es importante recordar que nuestra vida es más grande que nuestros miedos, que nuestras fuerzas deben ser mayores que nuestras dudas. Que a veces podemos sentirnos confundidos, pero si prestamos atención en nuestro corazón encontraremos la respuesta. A veces, el problema es que nuestro corazón no quiere admitir lo que nuestra mente ya sabe.
Vivir no es nada fácil, pero dejar de vivir no es una opción.
Así que, una de las decisiones que viven los valientes a diario es tener que escoger entre vivir el día con un buen estado de ánimo o derrotados. Uno aprende a tomar la decisión correcta y a ser feliz con lo que hay, cuando entiende que estar triste no sirve para nada. Entonces, ¿intentamos ser feliz?
Pd. Un abrazo para esos valientes que se atrevieron a vivir un día más hoy, lo estamos logrando… hemos vencido.

viernes, 21 de julio de 2017

Avatar


Ya estoy terminando el tercer libro de la Leyenda de Korra, y aunque la Leyenda de Aang fue épica, cada vez se pone mejor esta entrega, aunque no termino de entender porque el Avatar no es nada poderoso, es muy fácil derrotar a Korra. Gran serie a pesar de que se arriesgaron a tener un personaje más adulto.

lunes, 17 de julio de 2017

viernes, 14 de julio de 2017

Deudas


Las deudas me están comiendo, pero si no gasto no tendría sentido vivir. En necesario pasarsela bien ya que considero que mis últimos años de vida la pasaré bastante mal, así que qué más da vivir muy bien a estas alturas.

lunes, 10 de julio de 2017

Bleach

Así es, no hay más que destino para nosotros
solo los que perdimos el camino
somos tragados por el miedo y la ignorancia
y caemos en esa corriente fangosa llamada destino.

Qué parió



viernes, 7 de julio de 2017

Cívica y ética


En mi trabajo me encargo de los contenidos de los libros de texto y ante un nuevo programa de estudios simplemente tengo que concluir que el verdadero fracaso no es matemáticas o español, es Formación Cívica y Ética la cuál no ha logrado crear mejores ciudadanos, más responsables, que luchen por los derechos de todos y alejados de la corrupción, patético.

lunes, 3 de julio de 2017

Tengo 46 ¿y qué?

En días pasados, Claire Marie me pregunta:
– Mamá, ¿qué día cumples?
– El martes – le dije – En este año, sería el día #2 de la semana.
– ¿Y cuántos cumples, mamá?
– 46
– ¿Eso es mucho o poco? – vuelve a preguntar pensativa.
– Hija, eso es relativo.
– ¿Cómo así, mamá?
– Bueno, hija… te lo voy a poner fácil:
Si tu papá, antes de irse al trabajo, me da un beso… me siento de 23 años, enamorada.
Si tu padre y yo, nos peleamos… me siento como una adolecente de 16 años, llena de un sinfín de emociones que van desde la rabia hasta el orgullo y pasando por la tristeza.
Si Yayo, tu abuelo, me dice: “Eres mi sol”, ese día, soy una niña de 6 años que se siente protegida.
Si llamo a Yayita Catur para preguntarle por alguna receta de comida, la forma en que ella me habla, me hace sentir de 9 años, edad en que me enseñó a cocinar.
Si tus tías, Kiki y Dodo, me escriben y me mandan un chiste, en ese momento, tengo 15 años porque revivo nuestras risas juntas.
Si tú, mi Claire Marie, al probar algo que te cociné, me dice: “Mamá, nadie cocina como tú”… en ese momento siento que tengo 35 años. Alguien joven pero con experiencia.
Si el día amanece un poco nublado y me duelen todos los huesos… Ay, esa mañana, me siento de 96 años.
Hija, yo nunca imaginé que iba a cumplir 46. Y es que, eso lo encontraba demasiado lejos. Algo así como de viejitos. Mínimo, un jubilado. Hoy, creo que porque tengo cierta edad, cuando veo alguien en bastón digo: “Está joven”, más bien, creo que tratando de ser solidaria.
(Ella se reía… le divierte que le diga cosas así.)
Bueno, hija, en resumidas, la vida está basada en nuestras emociones. Toda entera.
Esas emociones hacen que tengamos energía o no. Que estemos sanos o enfermos. Que enfrentemos la vida con un escudo y una espada, o escondidos dentro de un hueco.
Ojalá nuestras emociones fueran siempre óptimas, como las de un valiente guerrero… pero somos seres humanos, no robot. Así que, algunas veces es mucho y otras, poco. Todo depende de nosotros y de las circunstancias.
Lo ideal, hija, sería poseer emociones balanceadas, porque una cosa es crecer físicamente y otra es madurar emocionalmente. El paso del tiempo, no asegura que seremos personas más maduras. Así que, el chiste aquí es, crecer física y emocionalmente porque de esa manera… uno le da prioridad a las cosas y a los momentos y no a los números de la edad.
Y cuando amamos… nos sentimos inmortales, llenos de esperanzas, viendo la vida con valentía. Entonces, ¿nos atrevemos a crecer?

Qué Parió