lunes, 16 de junio de 2014

La mujer que quiero



Hoy solo me basta que la mujer que quiero para siempre quiera estar conmigo por el resto de la tarde, pero cuando se va conmigo a casa, nunca cierro con llave, dejo la puerta abierta y, sin que ella lo note, le lleno la cara de besos por si en la mañana se le ocurre, no sé, irse.