lunes, 18 de agosto de 2014

Que asco de vida

Hoy, comí en casa de mis abuelos con dos amigas y un amigo. Casi todas mis amigas me llaman Cuqui (como diminutivo de mi apellido), a lo que mi abuelo respondió: "Eso es nombre de maricón". Soy gay, pero él no lo sabe. Casi se mueren de la risa.

Ayer, recibí una llamada de mi madre y me llevé la alegría de mi vida, ya que llevo varios meses viviendo en el extranjero y pocas veces hablamos por teléfono. Sólo quería saber donde estaban las pinzas de depilar.

Hace tiempo, mi padre compró unas lucecitas solares del IKEA para colgarlas en un árbol de nuestro jardín. Las colocó sin darle mucha importancia, y no se iluminaron hasta que anocheció. A las dos de la madrugada nos dio por mirarlas, había una brillante figura con forma de esvástica sobre nuestro limonero. Vivimos en un primero, debió de verlo el edificio entero.

Hoy, hemos descubierto que mi hermano es un títere. Va a donde su novia quiere, se mueve como su novia quiere, y dice lo que su novia quiere que diga. Se casan el mes que viene.

Hoy, me acabo de dar cuenta que desde hace unos meses mis padres no dejan de contar los días que me faltan para ser mayor de edad y así echarme de casa y ampliar su habitación. Lo pongo en familia porque es lo que me falta.

Hoy, justo ahora mismo, le acabo de preguntar a mi hijo qué quiere ser de mayor. Tiene diez años y me ha contestado: "Quiero ser famoso como el que salía en la tele ayer". Mi mujer y yo nos olvidamos de quitar el porno ayer por la noche y se ve que se levantó.

Ayer, mi jefa me dijo que me subiría el sueldo a cambio de mantener sexo con ella. No está muy buena pero la necesidad es la necesidad.

Ayer, cuando fui a un locutorio a imprimir el trabajo de recuperación, me percaté de que a mi lado había un hombre muy sonriente y moviendo los muslos. Pensé que estaba chateando con algún familiar, pero estaba viendo fotos porno.