lunes, 28 de septiembre de 2015

¿Esto también es amor?

Se pregunta ella cuando se descubre mortalmente aburrida de las frases simples que su marido, intentando ser amoroso, le dice como si repitiera la receta para preparar una simple sopa. Ese “Te quiero, nena” o “Buenas noches, cariño” dignos del más anodino memorándum administrativo le saben a la peor de las afrentas y se siente todo, menos amada.
Es que los años de matrimonio estable y pareja ejemplar hoy la asfixian como si tuviera una placa de metal incrustada entre los pulmones y apenas puede inhalar el aire con aroma doméstico de la recámara donde pasa las noches desde hace quince años con su marido al que ¿ama?