martes, 29 de julio de 2008

Sangre azul


Regreso de donar sangre, proceso que me llevó más de tres horas (supongo que así es el proceso para los que somos de sangre azul).
Trabajadora social: Tienes alguna enfermedad o algún dolor.
Yo: Lo único que tengo roto es el corazón.
Ella: ¡Bueno! Ese no es ningún problema, se puede arreglar en este momento.
Yo: Glup!

Después de 2 horas regresé con ella para el trámite final.
Ella: Toma asiento Eduardo.
Yo: ¿Sabes mi nombre?
Ella: No es fácil olvidar un corazón roto.
Yo: Eso es verdad. mmmmmmm, ya me voy.
Ella: Ven cuando quieras.

¡Maldición! ¿Por qué esa señora mayor de 40 si se animó y el sábado en la disco ni una colegiala me hizo caso? Y eso que yo estaba bien sexy.

Mmmmmmmm, como que ya no me gustó este post.