lunes, 6 de julio de 2009

Perder el tiempo

¿Ustedes creen en el tiempo perdido? Es decir, hacer algo y quedarse con la sensación de que, bueh, fue una pérdida de tiempo. Por ejemplo, hacer una fila de 30 minutos en el banco y llegar sólo para darse cuenta de que olvidaste tu identificación. Además de ser un pendejo distraido, seguramente pensarás que has perdido el tiempo. ¿Qué tal una relación? Quizá todos hemos dicho o pensando, en mayor o menor medida, que una relación apestosa terminó siendo una pérdida de tiempo. ¿Existe tal cosa como eso? ¿Pasar un año con una persona y acabar diciendo “puta, qué perdida de tiempo”? Supongo que no, sobre todo porque en realidad no lo estamos diciendo en serio y con la cabeza fría.

Pero lo que sí vale decir es: “qué habría sido de mí si…”. Quizá sea ocioso, pero hacerse escenarios sobre la multitud de decisiones que podríamos haber tomado, y no sólo con las relaciones, sino con el trabajo, la escuela, la familia, puede ser un ejercicio sano.

Sólo hay que tomárselo con cuidado. No me parece mal arrepentirse de alguna pendeja que hicimos, pero sí arrepentirse demasiado. La cita es de Aldous Huxley: “El remordimiento crónico, y en ello están acordes todos los moralistas, es un sentimiento sumamente indeseable. Si has obrado mal, arrepiéntete, enmienda tus yerros en lo posible y encamina tus esfuerzos a la tarea de comportarte mejor la próxima vez. Pero en ningún caso debes entregarte a una morosa meditación sobre tus faltas. Revolcarse en el lodo no es la mejor manera de limpiarse”.