lunes, 4 de mayo de 2015

1521


Una amiga escribe en Twitter: “No sé si reír o llorar (de todo). Anímenme: hablen de épocas en las que México haya estado peor”. Le contesta alguien: “¿1911?, ¿1847?, ¿1521?”. Me quedo pensando si este último fue propiamente un año malo. En 1521 nace el México mestizo, que es el nuestro: no puede tratarse de una fecha negativa, como tampoco lo es para mí el dieciocho de julio de 1979. Pero esta persona agrega que “hubo violencia terrible y la única caída súbita y catastrófica de una civilización registrada en este territorio”. Entiendo su punto de vista, y estoy de acuerdo con que la conquista de un pueblo resulta en violencia y horror, pero entonces me acuerdo de los tepanecas, sometidos por los mexicas y sus aliados algunos años antes y en esta misma cuenca endorreica. ¿Por qué casi nadie los toma en cuenta? Se le tiene manía a España, a pesar de que tenemos mucho de españoles, pero rara vez se habla de los pueblos ribereños que fueron conquistados por los mexicas. Los distritofederaleños también somos un poco de Tlacopan, texcocanos, culhuas. De igual forma, no suele mencionarse a los tlaxcaltecas, taínos, gente de Cempoala y demás, que también participaron en el parto (¿o en la concepción?). Los capitalinos no somos mexicas conquistados por españoles –mestizos también ellos, de celtas, romanos, etcétera–, sino una mezcla, y a lo mejor por eso 1521 dolió tanto, es verdad. Pero un mal año no fue, ¿o sí? Nuestra ciudad, que nace un trece de agosto, y no un trece de marzo, es el producto de una conquista, pero eso no significa que vivamos en una ciudad conquistada –yo no me siento conquistado. Cito un pedazo de este artículo, que creo que viene al caso: “Fuentes supo quiénes eran la Coatlicue y Tláloc y aprendió a amarlos, pero también quiso reivindicar a Hernán Cortés, y más que ningún otro escritor mexicano nos ha dicho que es urgente que reconozcamos al español que todos llevamos dentro. Según él, sólo así nos completaremos a nosotros mismos”.