Llevo 5 años dando clases, inicié enseñando a personas ciegas y hoy me dedico a enseñarles a jóvenes pubertos que no sueltan su celular y que les vale gorro la historia.
Tengo incontables historias positivas que me ha dejado la docencia. En verdad es una labor un tanto injusta, pero que te llenan el alma. Posiblemente estaría más amargado si me dedicara a otra cosa.
