jueves, 22 de febrero de 2007

Mientras caigo


Sin saber dónde habrá de terminar el viaje,
soy la muñeca que baja por el río de agua sucia,
la mujer que creyó sobrevivir debajo del agua,
debajo del cuerpo de su amante.

Caerse es un intento de reordenar el mundo,
la manera en que el alma grita cómo duele la cordura.
Caerse de una escalera:
abrir la puerta siempre cerrada
de las cosas prohibidas de la infancia.

Casi treinta años cayendo y la caída no termina.
Pobre mi corazón entre peldaños y barandales,
pobres de los hijos que no tengo
porque no acaban de caer en mis deseos.

Mientras caiga,
juego al teléfono descompuesto
con la gente que se ha ido de mi vida.
Me quedo con la mitad de lo que dicen
y no vuelvo a preguntar
aunque no entienda.


Gabriela Aguirre Sánchez