lunes, 3 de mayo de 2010

No entiendo

Una amiga me acaba de llamar. Hace seis meses terminó un noviazgo que duró casi tres años. Obviamente, le costó una bubi y la mitad de la otra recuperarse del duelo. Dice que justo las últimas semanas se sentía lista para volver a salir con alguien, ya reanimada y curada. Pero anoche, así de la nada, después de seis meses de no saber nada de… le pondremos Pancho Pantera, éste le llamó. Así de pronto. Le pidió que se vean el viernes. Ella, evidentemente, dice que cuando vio su número en el celular le dio un saltapatrás, con mano temblorosa contestó y Pancho Pantera con voz de borrego a medio morir, le pidió que se encontraran. Ella aún no dice que sí pero tampoco que no. Su incógnita (y muy común), misma que no la deja concentrarse ahorita en el trabajo, es ¿Por qué demonios precisamente cuando uno comienza a sentirse bien y a dejar atrás, ESA PERSONITA DE LA VIDA Y EL AMOR, reaparece como el Ave Fénix? Como si alguien le hubiera avisado ‘Ya Fulano(a) se siente bien, parece estarte superando. Llámale y menéale el tapete’?

Elsy Reyes