viernes, 24 de junio de 2011

Para poner el cuerno

Miren que para todo hay mercado mijos. Ay reyes chulos sexonautas he aquí una empresa que les pone toda la parafernalia para poner el cuerno como profesionales. Que, bueno, en México aún no he sabido de alguna pero no dudo que les demos la idea. Esta empresa está dedicada y comprometida con aquellos que desean ardorosamente poner el cuerno (y el cuerpo) pero viven angustiados porque su pareja los cache. O bien, ya no les quedan mentiras qué aplicar.
tucoartada.com se dedica chulamente (de chulo bonito y chulo pimp) a crear un verdadero montaje para aquellos que por ejemplo quieren irse a dar un encerrón de una noche hasta de una semana, o qué sé yo, meses, con su ‘pareja paralela’ o amante, como gusten llamarle. Ahora les explico lo de la ‘pareja paralela’.

Copy-pasteando los servicio que ofrecen, acá se los pongo

Podemos hacerle llegar una invitación para un congreso o evento, organizarle su viaje, buscarle hotel, pagar su alojamiento, confirmar con documentación su asistencia, brindarle cobertura telefónica.
Llamadas telefónicas.
Hotel virtual.
También nos encargamos en su nombre de la compra y entrega de regalos para sus compromisos.
Nuestros servicios son personalizados, por favor consúltenos cualquier cosa que pueda necesitar para organizar su propia coartada personal.

O sea, tú le dices a tu marido, novio, señora (orientaciones aparte) que tienes un viaje de trabajo en CasadelDiablo y ellos te hacen llegar la invitación, hacen llamadas, mails, te dan boletos de avión fake y hasta contestan el teléfono por si tu amorcito te llama al supuesto hotel y le dicen ‘El licenciado ahora está en la conferencia pero déjeme su recado’. En fin, la historia que se les ocurra: que fuiste a visitar a tu tía Cuca que estaba muy mala en tu pueblo natal, ah, pues ellos fungen como la tía Cuca, el doctor y hasta el tío Cuco.

Y bueno, en el sitio este, ponene unas imágenes de romanticismo y cachondería que antojan. Ya veo al Señor imaginánadose ante esa foto con grandísima sonrisa, que es él quien abraza desnudo a su compinche sexual en una alberca (y preparando la American Express para hacerse realidad la fantasía, chequen la foto en el sitio. Me da cosita copiarla). Podrán notar que la cosa va a lo seguro. En fin, habrá que ver la demanda en España. Yo honestamente -y miren que en mis años mozos fui bastante infiel- siento tremenda pereza de andar escondiéndome por los rincones. Creo que cuando alguien más me anda haciendo tilín el ombligo, es momento de entender que ya no estoy en el lugar correcto.

No obstante, esa soy Yo, y cada ser humano es un universo en sí mismo. La infidelidad como bien hemos dicho en este blog y los podcasts más que ser un asunto de prejuicio y juicio de valor, definitivamente es un proceso personal y puede ser creativo, paliativo o destructivo. En mi experiencia, la mía, reitero siempre hay tres engañados: el que se engaña a sí mismo, a su pareja y quien se presta a ello. No podemos descalificarla, porque también hay casos -quizás los menos- en esta sociedad que nos ha enseñado que sólo debemos estar con una persona y solo una a la vez- que no sólo tuvieron un enriquecedor aprendizaje sino que los llevó a una mejor vida. Pero muchos no sienten que eso les funcione. Para mí es un regalo de paz mental. Uno a la vez, gracias.

Hace un par de meses tuve la oportunidad de entrevistas a dos autoras de un libro sobre Infieles, desde un enfoque muy interesante (perdón, no recuerdo los nombres, se los debo y reposteo esto. A esta hora ya no me pidan milagros mentales). Bueno, la cosa es que ellas describieron a esos infieles como personas en busca de experiencias enriquecedoras en sus vidas, que tenían todo cuidado en que su pareja no se enterara de lo que ellas llamaron ‘su pareja paralela’. Muy interesante su punto de vista, y muy debatible. Porque quizás la mayoría no podría comprender ese ‘proceso creativo’ de su pareja, por el contrario se sentirían heridos, madreados, traicionados. E imposibilitados a comprender que ese ‘proceso creativo’ de su pareja le era muy necesario; y que incluso podía traer beneficios a su relación. Pese a que esos ‘infieles’, sean lo suficientemente cuidadosos para que su mujer, esposo, etc. no se entere, de alguna manera están haciendo algo que no estaba pre negociado. Y eso, es falta de ética de pareja. Si estás en una relación abierta o con un acuerdo de que cada quién puede (con mucho ‘respeto’ y cuidado) tener encuentros sexuales, eróticos o emocionales con otros, pues va. Pero ¿y si no? Válgame la cosa.

Pues así el asunto. Esta empresa de coartadas parece que arma todo el numerazo para que uno pueda vaiajar o tener una tertulia sexual a todas márgaras mientras no hay el menor dejo que pudiera generar duda de dónde andabas. ¿Los contratarían? Yo, zafo. Nada más de acordarme de esa sensación, me regresa la angustia. Porque a lo mejor el incauto o incauta niiiiii se las huele pero algo dentro de ti te dice ‘¡Puerc@!’. Y otras veces se mezclaba con una especie de sensación satisfactoria vengativa (por lo que te había hecho y no me había parecido). Y entonces vuelvo a la misma interrogante ¿Qué hace uno ahí ya? Algunos tendrán las suyas ¿Los hijos? ¿Negocio compartido? ¿Miedo a reiniciar una vida? ¿Falta de valor para hablar o para aceptar? ¿Comodidad, interés económico? ¿Cuánto vale la paz mental?

Elsy