lunes, 1 de abril de 2013

Capitalismo


Si sostengo, invocando la ley de la oferta y la demanda, que en el mundo hay mucha más demanda por pan que por operaciones de cirugía estética; y mucho más de alivio de la malaria que de vestidos de alta costura; si sugiero un referéndum que pregunte a los ciudadanos si prefieren destinar las reservas monetarias para salvar vidas o salvar bancos; se me acusará, sin duda, de ser demagógico. Si, por el contrario, acepto que es más urgente, más necesario, más conveniente y más provechoso para todos impedir la quiebra de una aseguradora o de una institución bancaria, que dar de comer a millones de niños, socorrer las víctimas de un huracán o curar el dengue, se dirá que soy realista.

Ese es el mundo en que estamos. Mundo acostumbrado a que nunca hay suficiente para los que no tienen nada, pero siempre hay suficiente para los que tienen todo. No hay suficientes recursos para superar la pobreza, pero sobran los recursos para satisfacer necesidades superficiales.

Manfred Max Neef