lunes, 20 de abril de 2015

De haber sabido


Hoy resulta que abro los ojos cada mañana y no han llorado, mis manos están limpias de caricias extrañadas, mi ventana no es pretexto para huir entre suspiros a tu boca, y en mis días ya no faltas. No tengo absolutamente nada de lo que quise, no te tengo a ti ni a tus ojos, ni tu cuerpo en mi cama, ni vivo en tu casa, ni dependo de tus ganas. No tengo nada de lo que quería tener cuando creía que te quería para el resto de mi vida. Tengo un montón de cosas que jamás soñé, tengo una sonrisa enorme que se forma en su cara cada vez que me ve, tengo sus brazos que se han vuelto mi almohada favorita al punto de contracturarle el hombro, tengo sus ganas, su sueño en mi cama, y una ventana que miramos juntos cada mañana. También tengo un gato, y no me falta nada. Tengo una voz horrible con la que canto cuando él baila, tengo el pelo despeinado de alegrarme con tantas ganas, tengo un montón de vestidos para presumir mis piernas flacas, las mismas con las que camino a donde me dé la gana. Tengo un montón de cosas desde que no te tengo a ti.