martes, 15 de abril de 2008

Encuentro en un elevador


Sólo nosotros dos entramos en el elevador.
Nos miramos sin pensar en nada más.
Dos vidas, un momento, plenitud, beatitud.
Ella bajó en el quinto piso y yo, que iba más arriba,
supe que no volvería a verla jamás,
que nos habíamos encontrado en la vida sólo una vez,
que si la siguiera sería como un muerto,
y si ella volviese a mí
sería del otro mundo.

Vladimir Holan