sábado, 14 de enero de 2012

Que asco de vida

La semana pasada, en la Puerta del Sol, una señora me confundió con una sobrina y cuando la saqué del error, se impresionó tanto que casi se me cae al suelo. Me enseñó una foto de la chica y me pidió perdón, pero que su hermana esperaba gemelas y sólo sobrevivió una. Llevo con la mosca detrás de la oreja desde entonces: no hay fotos de mi embarazo, no encuentro historiales, ni papeles...

Hoy, cuando me he levantado de la cama, mi hija de 13 años ya estaba despierta viendo los dibujos. Al ir a darle un beso me ha dicho "qué asco mamá, te huele la boca a pene".

La semana pasada, expulsaron a mi hijo de su colegio privado (pagado con beca), por decir que los reyes magos y papá Noël no existían y la navidad era una campaña consumista carente de sentido. Varios padres nos han denunciado.

Hoy, y desde siempre juego a fútbol. La semana pasada me bajó la regla, en medio de un partido. Iba en tanga. Me di cuenta cuando pararon el partido porque pensaban que estaba herida, era la regla que chorreaba por mi pierna.

Hoy, le he preguntado en clase a un amigo si se acordaba de cómo fue la noche del Sábado, ya que bebió mucho. Me ha dicho que solo se acordaba de que había tenido relaciones en el baño con una obesa asquerosa que sus amigos habían apostado y que llevaban todo el día con comentarios de burla contra "la obesa". Bien, la obesa esa era yo.

La semana pasada, mi novia me dejó sin dar explicaciones. Después de pasarme días sin entender el porqué, llorando y deprimido, ayer me llamó diciendo que quería volver. Me explicó que me había dejado por un pavo que conoció en un chat, pero al verlo en persona, me prefirió a mí porque le atraigo más físicamente que él.

Ayer, mi mejor amigo me rompió la nariz de un puñetazo por liarme con su novia. Yo no me lié con ella. Al día siguiente recibí un sms de ella: "Lo siento, sólo quería dejarle y no sabía cómo". Ahora estoy sin nariz y sin amigo.

Hoy, ha sido mi primera vez con mi novio, también virgen. Ha tardado unos veinte minutos en encontrar el agujero. Yo tampoco me lo encontraba.

Ayer, fui con mi marido al pediatra para que nos diera solución porque nuestro hijo tiene 9 años y se sigue chupando el dedo. Cuando el médico terminó de explicarnos lo que debíamos hacer, mi marido, con tono muy serio dijo "Doctor, eso debe ser hereditario, tiene el mismo vicio que la madre, no para de chupar".

Hace tiempo, me di cuenta de que soy el típico chico que las madres quieren para sus hijas. Ahora sólo me falta gustarle a las hijas.