lunes, 19 de marzo de 2007


Hice de mí lo que no supe,
y lo que podía hacer de mí no lo hice.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Pronto me tomaron por quien no era, y por no
desmentirlo me perdí.
Cuando quise quitarme la máscara
estaba pegada a la cara.
Cuando la quité y me miré al espejo
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el disfraz que no me había
quitado.
Arrojé la máscara y dormí en el guardarropa
como un perro que la gerencia tolera
porque es inofensivo.
Y voy a escribir esta historia para probar que soy sublime.

(Fragmento de “Tabaquería” de Álvaro de Campos, en realidad Fernando Pessoa)