¿Cómo concentrarse en el amor habiendo tantas opciones en la TV, tantas candidaturas sexuales en internet, tanta fantasía en la publicidad? A ojos de toda esta explosión de criterios impuestos, la pareja común y corriente, la que no aparece tras ningún monitor, está formada por pléyades de humanos que tienen mal aliento, se despiertan con el pelo revuelto, se pelean por nimiedades. A las mujeres les baja la regla, y los hombres se tiran pedos. Nada que ver con ese anuncio de ron, con esa publicidad de General Motors.
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