lunes, 25 de junio de 2012

Trabajo

Ha pasado un tiempo. Ha pasado más de un mes o dos. Ha pasado el frío. Ha pasado el tiempo de envolverse en un impermeable negro. Ha pasado la época de las ventanas cerradas de su diminuto departamento y ha pasado la época en que se negaba a cubrirlas con cortinas. Ha pasado el tiempo suficiente para que su gato Vicente se adueñe de todos los lugares e insista dormir en un cojín dentro de la tina. Ha pasado esa forma de sentir que es mejor encerrase que salir. Ha pasado de todo; incluso tres largos meses en su nuevo trabajo, incluso el hecho que ya se quiere ir de ahí.