sábado, 1 de junio de 2013

Que asco de vida

Hace unos meses, conocí por facebook a la chica perfecta. Parecía maja, interesante, atenta, muy sensible, inteligente, buena persona y además de que iba a mi instituto parecía que yo le gustaba mucho. Todo perfecto hasta el día en que me enteré de que esa chica no existía: fue mi antiguo amigo el que lo ideó todo para humillarme y sacarme información privada. Me enamoré de una mentira.

Hoy, estaba en la biblioteca estudiando, rodeada de muchísima gente ya que estamos de exámenes. Me he puesto los cascos para centrarme en mis problemas de mates, y me he abstraído tanto que al darme ganas de tirarme un pedo, lo he hecho pensando que estaba en mi casa. En mi vida había pasado tanta vergüenza.

Hoy, más bien ahora mismo, me he dado cuenta de que mi vida está tan vacía que dejo los mensajes del móvil y de mis respectivas redes sociales sin leer unas semanas por el mero hecho de que me hace ilusión ver el icono y poder leer "tienes un nuevo mensaje".

Hace unos meses, vivo en un piso de estudiantes. Uno de mis compañeros es tan antisocial, que para comunicarnos le dejamos notas en la puerta.

Hoy, y desde siempre, soy sonámbula hasta tal punto que puedo perfectamente escribir dormida sin ser consciente. Ayer, soñé que cogía mi móvil y la escribía un mensaje a la novia del chico con el que me lío confesándoselo y que acto seguido lo borraba. Os podéis imaginar que ahora no sé si se lo he escrito de verdad. Tengo miedo.

Hoy, mis compañeros de clase han decidido hacer una cena todos los de la clase, menos yo.

Hoy, me he enterado de que soy tan pesada que mis amigos me llaman "la testigo de Jehová".

Ayer, tomando una cerveza con una amiga, me comentó que su novio se había ido de cena de empresa con sus compañeros de trabajo y al final acabaron en un burdel, pero que él no hizo nada. Me entró la risa a lo bestia y le escupí la cerveza en la cara. Creo que no me volverá a hablar nunca más.

Hoy, me he quedado dormido en clase. A última hora. "Mis amigos" me han hecho fotos y me han abandonado (roncando) a mi suerte. He tardado media hora en despertarme, solo, en el instituto. Ha sido idea del profesor.