sábado, 28 de julio de 2007

Amigos

Indudablemente todos tenemos nuestros días negros, en que amanecemos más cucarachos insoportables y bichos rastreros que de costumbre. De esos momentos en que verdaderamente necesitamos mandar al mundo a lo más pútrido del infierno y sentimos una plena satisfacción en hacerlo. Lo disfrutamos inclusive.

Pero hay gente, que definitivamente viven instalados en el lado obscuro de la fuerza. Es más, junto a ellos el Darth Vader, el demonio y los políticos son unas almas cándidas y llenas de bondad. Chocosita Martínez es uno de esos seres.

Es del tipo de persona que te resulta tan molesta, que quisieras que el block and delete existiera para situaciones como fiestas, salidas al antro o simples encuentros casuales. Que ni la vieras, que no te viera. Podrías borrarla con un sólo click de tu existencia y lo disfrutarías. Chocosita Martínez estudió conmigo en la preparatoria, trabajé con ella en Monterrey y tengo, por mala fortuna, un montón de conocidos en común. Y por lo tanto, eventualmente tengo que saludarla de besito en el cachete y sonreírle míticamente mientras me cuenta como es su maravillosa vida. La escucho hablar imaginándola constantemente sumergida en un barril de ácido muriático. Cuyo uso básico es quitar la mierda de los excusados.

Es la típica morra capaz de dejar a sus amigos sólos a media peda, la que se acuesta con tu interés amoroso vigente, habla mal de ti en el jale o bien, se solaza en su zorrequez (me gustan tanto el verbo solazarse como la palabra "zorrequez"), asegurándote que ella es mejor que tú en TODO. A ella no le ganas, en nada. Ni en lo nefasta, por supuesto. Si le dices que lees, te dirá que ella es súper fan de los libros de autoayuda, es una chica "cosmo" (lo que sea que eso signifique) y además, altamente eficiente en absolutamente todo. Si Dios reencarnara, seguro lo haría en ella, al menos su ego es bastante grande como para contenerlo.

Honestamente, Chocosita Martínez es algo así como una leyenda urbana, como la llorona, como el Charro Negro. Hay una en cada ciudad, en cada grupo de amigos. Y se reproducen. Dios los salve de su presencia aburrida y devastadora. En lo personal, yo le di block and delete hace un buen. Lastimosamente mis amigos no, y tengo que escuchar las nuevas y mejoradas jaladas que les hace. Me dan ganas de borrarlos y bloquearlos a ellos por ineptos, pero eso implicaría dejarle de hablar a las 4 únicas personas que considero mis amigas en el pueblo, y considerando el reciente reingreso a las filas zacatecas, quizá no sea tan buena idea.

Larga vida a los nefastos, que de ellos es el reino de las injurias.

Dre.