Se me han ido muriendo los amigos
 se me han ido cayendo del abrazo
 me he quedado sin ellos en el día
 pero vuelven en uno que otro sueño.
 
Es una nueva forma de estar solo
 de preguntar sin nadie que responda
 queda el recurso de tomar un trago
 sin apelar al brindis de los pobres.
 
Iré archivando cuerdos y recuerdos
 si es posible en desorden alfabético
 en aquél rostro evocaré tu temple 
en ese otro el ancla de unos ojos.
 
Sobreviviré el amor y por fortuna
 a esa tentación no se la llevan
 yo por las dudas toco la mismísima
 madera/ esa que dicen que nos salva.
 
Pero se van figurando los amigos
 los buenos/ los no tanto/ los cabales
 me he quedado con las manos vacías
 esperando que alguien me convoque.
 
Sin embargo todos y cada uno
 me han dejado un legado un regalito
 un consuelo/ un sermón/ una chacota 
un reproche en capítulos/ un premio.
 
Si pudiera saber dónde se ríen 
dónde lloran o cantan o hacen niebla 
les haría llegar mis añoranzas 
y una fuente con uvas y estos versos.
 
Mario Benedetti.